El ¡°paleto¡± de Valdemoro que abri¨® sucursal en Suiza
Hijo de un agricultor, Francisco Granados, inici¨® su carrera pol¨ªtica en su pueblo e hizo negocios con tres amigos de Nuevas Generaciones. Ahora lidera una trama corrupta
A Francisco Granados Lerena, 50 a?os, le gustaba ejercer de hombre del pueblo, de pol¨ªtico apegado a sus ra¨ªces, en este caso su pueblo, Valdemoro, donde fue concejal y luego alcalde, donde comenz¨® su carrera pol¨ªtica pero tambi¨¦n donde consolid¨® su amistad con algunos compa?eros de colegio, presuntos compa?eros de viaje en sus trayectos m¨¢s oscuros, algunos de los cuales le han llevado a la c¨¢rcel. El apego a su pueblo pod¨ªa ser sentimental, pero tambi¨¦n mercantil: en Valdemoro estaba su centro de operaciones.
A veces se defin¨ªa a s¨ª mismo como un paleto llegado a Madrid a triunfar en pol¨ªtica, como quien nada tiene que ocultar y como quien tiene su regreso a casa asegurado. Es hijo de agricultor venido a m¨¢s, con capacidad para disponer de cosechadoras y pagar una buena educaci¨®n a su hijo. Estudi¨® Econ¨®micas en la Universidad Complutense, e ingres¨® pronto en la entidad bancaria francesa, Societ¨¦ Generale, donde se ocup¨® del an¨¢lisis de productos el¨¦ctricos y energ¨¦ticos. ?l mismo ha divulgado que fue considerado como el mejor analista europeo en activos el¨¦ctricos durante un par de a?os, dato que no ha podido ser verificado. Sus a?os como analista financiero le obligaron a vivir en Jap¨®n, Francia y a pasar algunas temporadas en pa¨ªses latinomaericanos. De su trayectoria burs¨¢til vienen sus primeras explicaciones acerca de su patrimonio inmobiliario. Granados ha declarado que gan¨® bastante dinero en aquellos tiempos y ese fue su argumento para justificar en 2009 en un par de folios enviados a la Asamblea de Madrid que dispon¨ªa de un piso de 110 metros cuadrados, un ¨¢tico d¨²plex de 164 metros y y adosado de 143 metros, todos ellos valorados en 801.760 euros. La pol¨ªtica no le hab¨ªa enriquecido, seg¨²n sus propias palabras. Todos estos inmuebles estaban situados en Valdemoro.
Le gustaba ejercer de hombre del pueblo, de pol¨ªtico apegado a sus ra¨ªces, a Valdemoro
Con 23 a?os ya era militante del PP y candidato a la alcald¨ªa. De sus a?os en la oposici¨®n no hay especiales noticias, salvo que su gran amigo David Marjaliza, su compa?ero de clase y luego constructor de confianza, era el l¨ªder del Partido Independiente de Valdemoro. En las elecciones municipales de 1995, Marjaliza sum¨® 494 votos y no obtuvo concejal, pero hay quien piensa que impidi¨® que Granados obtuviera la mayor¨ªa absoluta entonces. Lo consigui¨® cuatro a?os despu¨¦s, como uno de los tres alcaldes que rompi¨® la hegemon¨ªa socialista en el sur del Madrid, el conocido como cintur¨®n rojo, junto a Joaqu¨ªn Vilumbrales (Alcorc¨®n) y Fernando Vergara (Ciempozuelos). Granados cumpl¨ªa los 35 a?os como alcalde y comenzaba as¨ª la parte m¨¢s notable de su carrera pol¨ªtica.
Repite mayor¨ªa absoluta en las elecciones de 2003, a partir de donde da el gran salto porque Esperanza Aguirre le conf¨ªa un puesto. Inicialmente iba a ser consejero de Medio Ambiente pero finalmente le encarg¨® Transportes porque necesitaba alguien de confianza debido a la gran cantidad de dinero que estaba en juego por la ampliaci¨®n del Metro. Aquellas elecciones ser¨¢n dif¨ªcilmente olvidadas porque Aguirre obtuvo la presidencia por la deserci¨®n de dos diputados del PSOE, Tamayo y Sa¨¦z, en el episodio conocido como El Tamayazo. Aguirre no ha explicado todav¨ªa cu¨¢les eran las condiciones que vio en este alcalde para confiarle una misi¨®n tan especial como era la de presidir la comisi¨®n de investigaci¨®n que se abri¨® para analizar el caso, comisi¨®n que no termin¨® aclarando si hubo algo turbio en la decisi¨®n de los diputados que le dieron la presidencia, lejos de las luchas internas seculares entre los socialistas madrile?os.
La comisi¨®n hizo famoso a Granados y le destap¨® como un pol¨ªtico simp¨¢tico, muy accesible a la prensa, en apariencia conciliador. Granados era un hombre eternamente sonriente, tanto es as¨ª que se le consideraba la sonrisa del Gobierno Aguirre.
A veces se defin¨ªa a s¨ª mismo como un paleto llegado a Madrid a triunfar en pol¨ªtica, como quien nada tiene que ocultar?
Aunque ¨¦l nunca dejaba de hacer menci¨®n a sus or¨ªgenes de pueblo, su trayectoria profesional y personal parec¨ªa ir por otro lado. Su mujer, Mari Nieves Alarc¨®n Castellanos, es tambi¨¦n economista y se ha dedicado fundamentalmente a la docencia. Fue profesora de Econom¨ªa Pol¨ªtica en el centro universitario Villanueva y tiene una larga trayectoria como experta en conciliaci¨®n laboral e igualdad de g¨¦nero. Sin embargo, en abril de 2008 obtuvo un puesto como consejera en la sociedad Caja de Madrid Pensiones S.L., cargo que ocup¨® hasta septiembre de 2014, es decir hace un mes, seg¨²n ella misma reconoce en su perfil de Linkedin. Granados nunca quiso explicar cu¨¢les eran las razones por las que su mujer hab¨ªa obtenido dicho cargo. El matrimonio tiene dos hijas, de 18 y 15 a?os.
El patrimonio conyugal motiv¨® una agria pol¨¦mica en varias ocasiones. Una fue el 22 de octubre de 2006 cuando se produjo un extra?o suceso: el veh¨ªculo de su mujer, un Mini Cooper descapotable, sufri¨® un incendio en el garaje del d¨²plex en el que viv¨ªan. Resultado de ese incidente, se hizo p¨²blico que el veh¨ªculo no era propiedad de Mari Nieves Alarc¨®n sino que estaba a nombre de una empresa del constructor Ramiro Cid, tambi¨¦n detenido en la Operaci¨®n P¨²nica junto a Granados.
Cid es uno de los grandes amigos de Granados como David Marjaliza, hijo de otro constructor de Valdemoro que fue expulsado de Nuevas Generaciones a finales de los noventa por supuestas ¡°pr¨¢cticas ilegales¡±, seg¨²n fuentes del PP. ?l es ahora una de las presuntas piedras angulares sobre las que gravita la Operaci¨®n P¨²nica. Marjaliza y Granados llegaron a acumular en Suiza, al menos, unos 5,8 millones de euros. Cada uno ten¨ªa sus propias cuentas, si bien las autoridades helv¨¦ticas advirtieron transferencias entre ambas y operaciones comunes, lo que levant¨® sospechas. Este es el origen de la Operaci¨®n P¨²nica, ya que, con esa informaci¨®n bancaria, la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n comenz¨® a investigar la procedencia de esos millones.
La estrecha relaci¨®n de Marjaliza con el exconsejero qued¨® al descubierto cuando el diario P¨²blico destap¨® que la mujer de Granados supervisaba las obras de una casa de 1.000 metros cuadrados, edificada sobre seis parcelas y registrada a nombre de V¨ªas y Obras S.L. en Valdemoro. El exconsejero explic¨® a la prensa que el matrimonio hab¨ªa pensado en alg¨²n momento comprar dicho inmueble (valorado entonces en m¨¢s de un mill¨®n de euros) y que las visitas de su mujer se deb¨ªan a que le gustaba el interiorismo. Para entonces, a?o 2009, Granados era el consejero de Justicia, Interior y Presidencia y estaba considerado como el n¨²mero dos de Esperanza Aguirre.
Si Granados fue realmente el n¨²mero dos o el n¨²mero tres de Aguirre solo lo sabe la propia Aguirre. Durante su gesti¨®n como presidenta de la Comunidad, Granados ocup¨® puestos de la m¨¢xima confianza. A su labor como consejero de Transportes, le sigui¨® las carteras de Interior, Justicia y Presidencia. Aguirre mantuvo una calculada ambig¨¹edad entre sus dos delfines, Francisco Granados e Ignacio Gonz¨¢lez, actual presidente. Granados era el simp¨¢tico hombre del pueblo y Gonz¨¢lez el gestor serio y poco accesible. De hecho, Gonz¨¢lez, estando ante un grupo de periodistas una vez conocida la detenci¨®n de Granados, lleg¨® a hacerles una pregunta con cierto aroma de reproche: ¡°?Qu¨¦ os daba que os gan¨® a todos?¡±.
Aguirre fomentaba la rivalidad entre Gonz¨¢lez y Granados. En los momentos de crisis los reun¨ªa en su antedespacho de Sol. Una tarde prepar¨® con ellos una importante reuni¨®n que iba a tener con Mariano Rajoy en G¨¦nova. La presidenta ensay¨® con Gonz¨¢lez en el papel de Rajoy malo y luego con Granados en el papel de Rajoy bueno y receptivo a sus propuestas.
Granados era muy abierto con la prensa, un asiduo a todas las tertulias de cualquier televisi¨®n. Le gustaba la fama. A los periodistas comentaba su preocupaci¨®n por mantenerse siempre a dieta y por no poder ir al gimnasio por falta de tiempo, confiaba su gusto por los relojes de marca, ense?aba las pulseras que elaboraban sus hijas, algunas con la bandera espa?ola, su afici¨®n por el f¨²tbol, su dotes como jugador de mus, su pasi¨®n por el Atl¨¦tico de Madrid, por montar a caballo en su finca de Valdemoro y por la caza menor. Luego se supo que posiblemente le gustaba m¨¢s la caza mayor. Entre copas, chistes y alg¨²n que otro puro, Granados ganaba popularidad y deslizaba algunas confidencias sobre el partido y la Comunidad de Madrid. Su tel¨¦fono estaba siempre disponible para cualquier periodista.
Siendo consejero de Interior surgi¨® uno de los episodios m¨¢s oscuros, todav¨ªa no suficientemente aclarado, de los Gobiernos de Aguirre en la Comunidad de Madrid. Un caso de espionaje de altos cargos, en los que interven¨ªan antiguos agentes de la polic¨ªa y de la Guardia Civil. No debe quedar al margen que uno de los principales cuarteles de la Guardia Civil en Madrid est¨¢ precisamente en Valdemoro y que tambi¨¦n son conocidas sus amistades con miembros del Instituto Armado. Granados, incluso presume de llevar siempre un llavero de la Benem¨¦rita. De hecho, un agente de la UCO ha sido expedientado por darle presuntamente un chivatazo a Granados en el transcurso de la Operaci¨®n P¨²nica que le ha llevado a la c¨¢rcel. Ignacio Gonz¨¢lez siempre ha mantenido que fue Francisco Granados quien organiz¨® una trama para espiarle. El caso lleg¨® al juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de Madrid que lo archiv¨® al entender la magistrada Carmen Valcarce que no hab¨ªa pruebas suficientes, aunque la Audiencia Provincial de Madrid le ha obligado a reabrirlo.
El caso de los esp¨ªas marc¨® el inicio del fin de Granados. Apartado del Gobierno, trabaj¨® como secretario general del PP de Madrid y ocup¨® un esca?o como senador. En febrero de 2014 trascendi¨® que ten¨ªa una cuenta en Suiza. Esta vez se defendi¨® con un comunicado. ¡°Como consecuencia de mi actividad profesional en la banca de inversiones anterior a mi entrada en pol¨ªtica, s¨ª tuve abierta una cuenta a mi nombre en Suiza desde 1996 y que proced¨ª a cancelar en 2000¡±. Y a?ad¨ªa: ¡°Todos mis ingresos y patrimonio est¨¢n declarados ante la Hacienda P¨²blica espa?ola, y publicados en la p¨¢gina web del Senado de acuerdo con la legislaci¨®n vigente. Durante mis a?os de actividad pol¨ªtica no he mantenido ninguna cuenta abierta en el extranjero¡±.
El pasado lunes naci¨® la Operaci¨®n P¨²nica ante la opini¨®n p¨²blica, que destapaba una red de tr¨¢fico de influencias que actuaba como ¡°conseguidores¡± para terceras empresas a cambio de comisiones. Y Granados es el eje de la trama, la persona que supuestamente ¡°engrasaba el funcionamiento de la red mediante sus contactos pol¨ªticos¡±. como dice el auto. Su carrera pol¨ªtica hab¨ªa terminado hace tiempo, pero no su influencia. Y en una de sus ¨²ltimas apariciones televisivas lleg¨® a decir: ¡°Si me buscan, me van a encontrar¡±.
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