Las urnas ef¨ªmeras del 9-N
Algunos sectores de opini¨®n hubiesen deseado una consulta legal para votar que no
Una de las consecuciones del independentismo asumido por el president Artur Mas es la sugesti¨®n de que Catalu?a y el conjunto de Espa?a son un juego de suma cero, en el que si uno pierde el otro gana. En sus diversas versiones de ¡°Espa?a no nos quiere¡±, ¡°Espa?a nos roba¡± o ¡°Espa?a no nos deja votar¡±, la extrapolaci¨®n independentista ha sido que una inmensa mayor¨ªa de la sociedad catalana as¨ª lo entend¨ªa. Es una de las falacias que sostienen el trayecto del 9-N, porque con fricciones, complicidades, desajustes y agravios, esa relaci¨®n hist¨®rica no es de suma cero. Cierto: algunos momentos son m¨¢s c¨®modos que otros.
No hace falta hurgar mucho en las encuestas para constatar que la gran mayor¨ªa no est¨¢ por el secesionismo, a pesar del caudal institucional y medi¨¢tico. Casi de modo inevitable, la falacia de la suma cero s¨ª ha cuajado en el conjunto de Espa?a al confundirse demasiado a menudo Catalu?a con nacionalismo, naci¨®n irredenta con sociedad, insatisfacci¨®n heterog¨¦nea con independentismo un¨ªvoco. Es otro logro de un nacionalismo que aparentemente se ha radicalizado en bloque, aunque en el cuadro electoral de Catalu?a el partido m¨¢s populoso siga siendo el de la abstenci¨®n.
Al referirnos al 9-N somos propensos al intento de cuantificar el n¨²mero de los que vayan a ejercer el voto en las urnas ef¨ªmeras, a¨²n sin garant¨ªas democr¨¢ticas, cuando lo que tiene un mayor significado es la mayor¨ªa sustancial de los que previsiblemente no votar¨¢n. Si se atendiera m¨¢s a esta proporci¨®n, lo que se deduce es que la iniciativa independentista se activ¨® sin contar con aquella inmensa mayor¨ªa de la que siempre se habla y que no consta en el sistema contable de la opini¨®n real. Es m¨¢s: la contabilidad sociol¨®gica detecta tensiones subterr¨¢neas y estados de opini¨®n todav¨ªa informulados, siendo lo m¨¢s inquietante una polarizaci¨®n de ra¨ªz en la sociedad, por la innecesaria contraposici¨®n de sentidos de pertenencias que hasta ahora se compart¨ªan con naturalidad porque la presi¨®n nacionalista existente no era de tan alta intensidad.
En Barcelona, el populismo independentista y el populismo antisistema pueden configurar un poder municipal de resultados inciertos
En la hip¨®tesis de una consulta que fuese legal, la previsible amplitud del no ¡ªespecialmente en Barcelona¡ª pondr¨ªa en cuesti¨®n la transmutaci¨®n mitol¨®gica que se atribuye a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el segundo Estatut. De ah¨ª que algunos sectores de opini¨®n hubiesen deseado la posibilidad hipot¨¦tica de una consulta legal, precisamente para votar que no.
Tratar al Estado como si fuese un aderezo de quita y pon ha sido uno de los errores pol¨ªticos del tacticista Artur Mas, y eso finalmente puede requemarlo. Se ha saltado varios cap¨ªtulos de la historia del catalanismo neg¨¢ndose a reconocer que la v¨ªa posibilista de Camb¨® sigue siendo menos perjudicial que las aventuras rupturistas que protagoniz¨® Companys. Mas ha cedido los destinos de Converg¨¨ncia para alimentar el voto de una ERC que si tuviera el poder no sabr¨ªa por d¨®nde comenzar.
En la ciudad de Barcelona, el populismo independentista y el populismo antisistema pueden configurar un poder municipal de resultados m¨¢s bien inciertos para la ciudadan¨ªa contribuyente. Y mientras tanto, tenemos el impacto Pujol y los que vendr¨¢n. Es predecible un creciente desamparo institucional porque, tras el 9-N, el microcosmos pol¨ªtico-medi¨¢tico de Catalu?a se ensimismar¨¢ en nuevas c¨¢balas y leyendas.
Recuperar el centro o rehacer el proyecto del catalanismo hisp¨¢nico ahora mismo vienen a ser como aquellas empresas sin resultado que generan melancol¨ªa. Pero nada est¨¢ escrito. No es menos cierto que despu¨¦s del 9-N hay una oportunidad para que la cuesti¨®n catalana sea considerada a fondo y de modo compartido por toda Espa?a, m¨¢s all¨¢ de los pactos de legislatura y del voto t¨¢ctico, porque sin una estrategia inclusiva del Estado en Catalu?a, independientemente de los calendarios electorales, as¨ª ir¨¢n las cosas hasta la pr¨®xima consulta-ficci¨®n. O
Valent¨ª Puig es escritor.
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