¡°Me rebela que se promueva esto casi como medida de conciliaci¨®n¡±

La primera ni?a probeta espa?ola, Victoria Anna, se llama as¨ª en su honor. La bi¨®loga Anna Veiga fue su madrecient¨ªfica en 1984. Hoy, Veiga, presidenta de la Sociedad Europea de Reproducci¨®n Asistida y Embriolog¨ªa hasta julio de 2013, dirige el Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona y es miembro del Comit¨¦ de Bio¨¦tica de la ciudad.

Pregunta. ?Qu¨¦ piensa de la iniciativa de Apple y Facebook de sufragar los gastos de congelaci¨®n de ¨®vulos de sus empleadas?

Respuesta. Primero pens¨¦ qu¨¦ bien, por una vez se ocupan de las mujeres. Pero luego me inquiet¨® el hecho de que, en vez de eso, no promuevan que quien quiera ser madre lo sea sin que suponga ni un par¨®n ni un h¨¢ndicap en su carrera. Me rebela que eso sea imposible, o muy dif¨ªcil, y que se recurra a esto casi como medida de conciliaci¨®n. Lo que se deber¨ªa es favorecer la maternidad deseada de las j¨®venes trabajadoras.

P. Cient¨ªficamente es posible retrasar la maternidad incluso hasta a?os despu¨¦s de la menopausia, pero ?es ¨¦tico?

R. En la reproducci¨®n asistida prima el inter¨¦s del ni?o. Podemos hacer que las mujeres tengan hijos sanos a edades antes impensables. Un ¨²tero de 45 o de 50 a?os puede gestar igual que uno de 30, pero el cuerpo y la mente de esa madre tiene la edad que tiene. La ciencia no ha cambiado el hecho de que, si se puede, es mejor tener a los hijos j¨®venes.

P. ?Recomendar¨ªa entonces congelar ¨®vulos a las mujeres?

R. Las mujeres nacemos con los ¨®vulos de los que vamos a disponer el resto de la vida y estos se estropean y agotan a partir de los 37. Eso es un hecho. Si alguien tiene claro que no va a poder, entre comillas, o querer ser madre antes, la preservaci¨®n es una opci¨®n clara. Como cient¨ªfica, si tengo que elegir, prefiero que los ¨®vulos de una fecundaci¨®n in vitro sean de la propia mujer antes que de una donante. Lo que digo es que preferir¨ªa que esa mujer no pospusiera la maternidad por causas ajenas a su voluntad

P. El coste de la congelaci¨®n no est¨¢ al alcance de todas las mujeres. ?Cree que deber¨ªa estar subvencionada de alguna forma?

R. No hablamos de un problema de salud, sino social, y de unas sociedades muy concretas, adem¨¢s. El sistema p¨²blico ni puede ni debe asumir el precio de una t¨¦cnica que s¨ª debiera costear ¨ªntegramente en caso de enfermedad de la mujer.