Hacer realidad el Estado palestino
Marginar a Ham¨¢s significa arriesgarse a una enorme inestabilidad
Desde los ataques que llev¨® a cabo Israel en Gaza el pasado mes de agosto, la comunidad internacional se ha preocupado por preservar el fr¨¢gil alto el fuego entre Israel y Ham¨¢s y ha tratado de proporcionar ayuda a la reconstrucci¨®n en la franja de Gaza. Sin embargo, ninguno de esos esfuerzos aborda directamente las ra¨ªces del agravamiento que ha sufrido el conflicto. Esa es la raz¨®n de que nos encontremos seguramente en una encrucijada trascendental, que exige una reflexi¨®n y un cambio radical en la manera de pensar.
Hasta ahora, la base fundamental de la estrategia de la UE ha consistido en ayudar a los Territorios Ocupados a prepararse para ser un Estado. Los pa¨ªses europeos han enviado importantes cantidades de dinero para contribuir a consolidar las instituciones palestinas.
Ahora bien, ese inter¨¦s por la construcci¨®n y consolidaci¨®n de las instituciones ten¨ªa sentido, sobre todo, cuando estaba enmarcado en unas negociaciones de paz. Los pa¨ªses europeos, por ejemplo Espa?a, no pueden seguir dando dinero sin m¨¢s si esas instituciones no pueden funcionar como ¨®rganos del Estado debidamente reconocidos.
Con las conversaciones de paz paralizadas, ahora hay que poner en tela de juicio la estrategia que ha seguido la Uni¨®n Europea desde hace 20 a?os. En las negociaciones hoy abandonadas, Estados Unidos intent¨® llegar a un acuerdo sobre un marco b¨¢sico que permitiera abordar todas las cuestiones por consenso; es posible que esa forma de afrontar el problema haya perdido ya toda su utilidad.
Y ese es el motivo de que haya llegado la hora de pensar en formas m¨¢s directas de hacer realidad el Estado palestino. Otra posibilidad es respaldar la incorporaci¨®n de la Autoridad Palestina a la Corte Penal Internacional, con el fin de que pueda presentar demandas legales contra los soldados israel¨ªes.
Pero, por supuesto, estas opciones no son suficientes. La UE debe ayudar tambi¨¦n a Israel cuando plantea su preocupaci¨®n, perfectamente leg¨ªtima, por la seguridad. Hay que ofrecer a Israel nuevas formas de cooperaci¨®n, en un intento de mejorar las relaciones y superar el bache en el que se encuentran en la actualidad.
Por otro lado, la Uni¨®n Europea debe iniciar un di¨¢logo con Ham¨¢s. Da la impresi¨®n de que la UE cuenta con que la Autoridad Palestina va a recobrar el control de Gaza. Pero marginar a Ham¨¢s significa arriesgarse a desencadenar una situaci¨®n de enorme inestabilidad, que supondr¨ªa un retroceso para la causa palestina incluso aunque obtuviera el reconocimiento formal como Estado.
Ese es el dilema al que se enfrentan los pa¨ªses europeos. Necesitan pensar en nuevas opciones para una resoluci¨®n del conflicto a largo plazo pero, al mismo tiempo, prestar atenci¨®n a las necesidades inmediatas con el fin de evitar que estalle otro nuevo.
Richard Youngs es Senior Associate en Carnegie Europe.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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