La Catalu?a que se va

¡°El 9 de noviembre, Catalu?a cambi¨® de estatus, porque rompi¨® el statu quo, al superarlo por elevaci¨®n¡±. Artur Mas se apunta a la teor¨ªa de que Catalu?a se va, se est¨¢ yendo, aunque en Espa?a y en Europa no acaben de cre¨¦rselo. Cumplido, a su modo, el compromiso de votar el 9-N, siente que ha recuperado la iniciativa. Con la complicidad de las torpezas del Gobierno espa?ol, sald¨® con ¨¦xito una apuesta de la que buena parte del bloque soberanista desconfiaba, y evidenci¨® la debilidad del Estado. Ahora tiene el control del calendario pol¨ªtico y ha decidido aprovecharlo: para reforzar su apuesta tanto ante Espa?a como ante Europa; para presionar a Esquerra Republicana en la disputa del liderazgo soberanista; para iniciar el desmantelamiento de Converg¨¨ncia (un partido tocado de muerte que ve la oportunidad de transmigrar discretamente a otra formaci¨®n); y para seguir construyendo su propio mito de Mois¨¦s que lleva al pueblo catal¨¢n a la Tierra Prometida (en un prematuro intento de construir su imagen para la posteridad).

M¨¢s all¨¢ de la ¨¦pica de la unidad (siempre sospechosa), la raz¨®n de la lista ¨²nica est¨¢ en la lectura de los resultados

Artur Mas abandona la ambig¨¹edad: asume la independencia como opci¨®n estrat¨¦gica. Establecidos el fin y la f¨®rmula del ¨¦xito (¡°sociedad civil organizada y movilizada, m¨¢s instituciones comprometidas, m¨¢s civismo, m¨¢s objetivos claros y compartidos¡±) la inc¨®gnita estaba en el plan. Un parto de los montes: la conversi¨®n de unas elecciones auton¨®micas ¡ªlas ¨²nicas que ¨¦l puede convocar¡ª en una consulta. ?C¨®mo se consigue? Con una lista ¨²nica del soberanismo, con la independencia como programa, para formar un Parlamento y un Gobierno con fecha de caducidad ¡ª18 meses¡ª que sienten las bases del proceso constituyente. M¨¢s all¨¢ de la ¨¦pica de la unidad (siempre sospechosa), la raz¨®n de la lista ¨²nica est¨¢ en la lectura de los resultados. Seg¨²n Artur Mas, para que llegue un mensaje n¨ªtido a la comunidad internacional debe haber una candidatura que alcance la mayor¨ªa absoluta por s¨ª sola. Cuesta, sin embargo, entender por qu¨¦ una mayor¨ªa de lista ¨²nica es mejor que una mayor¨ªa plural, que probablemente obtendr¨ªa m¨¢s votos.

Artur Mas se sit¨²a en el centro del conflicto y planta cara a Rajoy, que pretende seducir a los catalanes con un solo argumento: s¨®lo los desvelos del Gobierno espa?ol salvan a Catalu?a del desgobierno. Muy pobre para un l¨ªder sin credibilidad, que viene a predicar en un territorio que ¨¦l mismo defini¨® como extra?o al decir que no sab¨ªa qui¨¦n mandaba all¨ª. Mas acelera y gana tiempo a la vez, meti¨¦ndose a pleno ritmo en a?o electoral. Las v¨ªas de pacto con Espa?a se cierran. Y ¨¦l se refuerza sabiendo que probablemente Catalu?a votar¨¢ con m¨¢s de una lista soberanista. El plan de Mas hay que situarlo en el cambio de escenario despu¨¦s de la marat¨®n electoral de 2015. Se trata de aprovechar el desconcierto espa?ol para llegar al d¨ªa despu¨¦s con ventaja, es decir, con Catalu?a un poco m¨¢s cerca de la salida.