La burocracia y la falta de medios descapitalizan el CSIC
Cient¨ªficos denuncian la fuga de cerebros y el estancamiento del Consejo
El buque insignia de la ciencia en Espa?a, el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), hace agua. Con 123 institutos y m¨¢s de 11.000 trabajadores, el principal organismo p¨²blico de investigaci¨®n atraviesa una ¡°crisis estructural¡± que requiere de una ¡°transformaci¨®n dr¨¢stica¡± si se pretende evitar que la ciencia espa?ola descienda a la ¡°segunda divisi¨®n internacional¡±, aseguran destacados cient¨ªficos como el ec¨®logo Jordi Bascompte (premio Nacional de Investigaci¨®n en 2011) o Juan Manuel Garc¨ªa Ruiz, experto internacional en Cristalograf¨ªa de Espa?a.
Las cr¨ªticas, compartidas por buena parte de la comunidad cient¨ªfica, coinciden con la divulgaci¨®n de un documento firmado por m¨¢s de un centenar de investigadores del CSIC que reclama ¡°una reforma profunda de las instituciones de gobierno del sistema cient¨ªfico espa?ol¡±. Hasta el Rey Felipe VI ha advertido que Espa?a no puede darse el lujo de preparar a j¨®venes investigadores ¡°para que salgan al extranjero sin retorno posible¡± debido ¡°a una tasa de paro inaceptable¡±. Lo dijo al intervenir, el pasado 24 de noviembre, en el acto por el 75 aniversario de la fundaci¨®n del CSIC.
¡°La situaci¨®n es grave y viene de lejos. No se trata de algo coyuntural, debido a la crisis ¡ªque tambi¨¦n afecta¡ª. Son las restricciones burocr¨¢ticas y los mecanismos anticuados lo que impide a la ciencia espa?ola competir en el exterior¡±, asegura Jordi Bascompte, investigador de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana (EBD). Bascompte es uno de los dos cient¨ªficos espa?oles que forma parte del comit¨¦ editorial de la revista Science. Despu¨¦s de varios a?os recibiendo ofertas de instituciones extranjeras, el ec¨®logo espa?ol ha decidido marcharse a la Universidad de Zurich con su proyecto (y los fondos europeos asignados) por considerar que no puede llevar adelante su trabajo adecuadamente en Espa?a. ¡°Es mentira que me vaya porque me paguen m¨¢s. Durante a?os he tenido buenas ofertas y no me he querido marchar¡±, asegura. Si ahora lo ha decidido, confiesa, es porque se ha cansado de darse ¡°con la cabeza contra un muro¡±.
Los investigadores consultados piden una ¡°reforma dr¨¢stica¡±
Hace 15 a?os, Jordi Bascompte (Girona, 1967) trabajaba en el prestigioso Centro Nacional de An¨¢lisis y S¨ªntesis Ecol¨®gicos de la Universidad de California cuando voluntariamente decidi¨® regresar a Espa?a. Desde entonces desarroll¨® su carrera profesional en la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana. El proyecto que en la actualidad lleva adelante indaga en las redes que rigen las interacciones de los seres vivos y constituyen la arquitectura de la biodiversidad, y por ¨¦l obtuvo 1,7 millones de euros del Consejo Europeo de Investigaci¨®n (ERC). Este tipo de subvenciones Advanced Grant son otorgadas por la UE para impulsar los mejores proyectos cient¨ªficos en Europa, y uno podr¨ªa pensar que con el dinero asegurado se acabaron los problemas.
¡°No en Espa?a¡±, dice Bascompte. Lo confirma Garc¨ªa Ruiz, que trabaja en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra y tambi¨¦n dispone de fondos europeos. ¡°En otros lugares te dan el dinero para que no te preocupes, aqu¨ª el d¨ªa que te asignan los fondos empieza a preocuparte¡±.
Bascompte describe el calvario cotidiano que cualquier investigador espa?ol ha de pasar para hacer ciencia, y eso teniendo la fortuna de contar ayudas europeas. ¡°Para contratar a un investigador postdoctoral de Oxford puedes pasarte seis meses con tr¨¢mites burocr¨¢ticos, como me ocurri¨® a m¨ª, y te encuentras con la medida surrealista de que tiene que convalidar el t¨ªtulo en Espa?a porque es extranjero¡±. ¡°Llega un momento en que te cansas¡±, confiesa. ¡°Entre noviembre y enero, tres meses aproximadamente, no puedes hacer gastos de tus propios recursos por ser el cierre de ejercicio¡±, pone como ejemplo.
La plantilla se ha reducido el 14,6% desde noviembre de 2011
El CSIC le obliga, adem¨¢s, a hacer engorrosos contratos a los t¨¦cnicos e investigadores que trabajan con ¨¦l durante un proyecto. Si, por ejemplo, dura dos a?os, cada cuatro meses los contratados han de firmar una carta en la que especifica que se limitan a realizar las funciones para las que se le contrat¨® y no otras, y as¨ª el CSIC evita posibles demandas. ¡°Yo, que tengo nueve personas en mi proyecto, tengo que preocuparme de hacer m¨¢s de 30 cartas y de que las firmen¡¡±.
¡°Son mecanismos anquilosados, reglas del juego antediluvianas con las que es imposible hacer ciencia moderna y competir en la primera divisi¨®n de la investigaci¨®n internacional¡±, sentencia Garc¨ªa Ruiz, que calcula que un cient¨ªfico espa?ol, si tiene fondos, ha de dedicar m¨¢s del 50% de su tiempo a la gesti¨®n y la burocracia del proyecto cient¨ªfico, en vez de a investigar.
Los datos indican una reducci¨®n del 14,6% de plantilla en el CSIC desde noviembre de 2011. Hay 1.892 empleados menos. Las cifras aportadas por el Ministerio de Econom¨ªa dan cuenta solo de un total de 49 investigadores que han pedido alg¨²n tipo de excedencia desde enero de 2011, en la mayor parte de los casos de naturaleza temporal. ¡°En ciencia, hay que fomentar que los investigadores adquieran experiencia en el extranjero. Lo que tenemos que procurar es que vuelvan¡±. El ministerio reconoce que hay cierta rigidez en el centro. ¡°Somos conscientes de que las instituciones para ser competitivas necesitan flexibilidad, as¨ª como ligar una parte de su financiaci¨®n a los resultados obtenidos¡±, se?ala un portavoz del Ministerio.
El Gobierno recurri¨®, en 2013 a un rescate de 95 millones de euros para evitar la quiebra del CSIC. La instituci¨®n ha sufrido duramente los recortes durante la crisis econ¨®mica. ¡°No se trata solo de la crisis y de la escasez cr¨®nica de recursos¡±, asegura el investigador Mario D¨ªas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales, uno de los cient¨ªficos que ha promovido la declaraci¨®n de los cient¨ªficos cr¨ªticos. D¨ªas se?ala entre los problemas del sistema la incapacidad de retener el talento joven y el envejecimiento de la plantilla, con una edad media de 55 a?os. Otra lacra es el ¡°sistema funcionarial¡±, en el que no prima la excelencia. ¡°Aqu¨ª gana lo mismo el cient¨ªfico brillante que el que se pasa haciendo el d¨ªa tebeos en su despacho¡±, asegura un director de Instituto que prefiere no dar su nombre.
El 24 de noviembre, al celebrarse el 75 aniversario del CSIC, su presidente, Emilio Lora Tamayo, asegur¨® que la fuga de cerebros en Espa?a era una ¡°leyenda urbana¡± y que los que se marchaban lo hac¨ªan porque les daban un cheque "con varias cifras". Bascompte y otros lo desmienten. El cheque est¨¢, sin duda, pero se van por otras razones.
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