La experiencia americana de Podemos
I?igo Errej¨®n pas¨® un a?o en Los ?ngeles para su tesis doctoral sobre Bolivia All¨ª moder¨® algunas teor¨ªas marxistas e impresion¨® con su habilidad dial¨¦ctica
En el verano de 2007, un estudiante de doctorado llamado I?igo Errej¨®n se present¨® en el despacho de John Agnew en la Universidad de California, campus de Los ?ngeles (UCLA), para cursar all¨ª tres trimestres y perfeccionar su tesis doctoral sobre Bolivia. Errej¨®n aterriz¨® en California empujado por su director de tesis, el ge¨®grafo Heriberto Cairo, decano de la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas de la Complutense de Madrid, la placenta ideol¨®gica de Podemos, el partido que ha pegado una patada al est¨¢tico tablero de juego de la pol¨ªtica espa?ola.
Durante nueve meses Errej¨®n, uno de los ide¨®logos de Podemos, cambi¨® las discusiones de la cafeteria de Somosaguas por intensos debates en ingl¨¦s en un campus al pie de las colinas de Beverly Hills. Y aquello, seg¨²n Agnew, fue clave para que viera ¡°otra perspectiva¡± del mundo. De aquella experiencia, Errej¨®n dice en la introducci¨®n de su tesis doctoral: ¡°La estancia tuvo momentos dif¨ªciles pero constituye sin duda, hasta la fecha, el per¨ªodo intelectualmente m¨¢s fruct¨ªfero de mi vida¡±.
John Agnew, ingl¨¦s de 65 a?os, es un reconocido investigador de geograf¨ªa pol¨ªtica, especialista en nacionalismos y tensiones separatistas. En la introducci¨®n de sus tesis doctoral, Errej¨®n tiene un recuerdo para ¨¦l: ¡°Profesor brillante y c¨¢lido, que me ense?¨® a leer con cuidado y me demostr¨® que rigor te¨®rico y flexibilidad metodol¨®gica no s¨®lo no est¨¢n re?idos sino que combinan ofreciendo perspectivas particularmente ricas de investigaci¨®n¡±.
La estancia tuvo momentos dif¨ªciles pero constituye sin duda, hasta la fecha, el per¨ªodo intelectualmente m¨¢s fruct¨ªfero de mi vida?
Cairo y Agnew se conocen desde hace a?os y mantienen un flujo regular de estudiantes ente sus facultades. Por entonces, Errej¨®n trabajaba en su tesis sobre el ascenso del gobierno ind¨ªgena en Bolivia, un fen¨®meno que ha cambiado el pa¨ªs para siempre, pero que se puede explicar de muchas maneras. Cuando Errej¨®n lleg¨® a UCLA, "estaba un poco atrapado en la teor¨ªa de la dependencia de Latinoam¨¦rica de los a?os 70¡±, explica Agnew en una cafeter¨ªa de Santa M¨®nica una ma?ana extra?amente lluviosa.
¡°Heriberto le anim¨® para que viniera, no para decirle que sus ideas estuvieran mal, sino para ense?arle que quiz¨¢ era demasiado r¨ªgido y que necesitaba otra perspectiva¡±, explica Agnew. Influenciado por las teor¨ªas marxistas de los a?os setenta sobre los sistemas de dependencia, Errej¨®n ve¨ªa en el comercio abusivo con Estados Unidos durante d¨¦cadas la causa de los males de Bolivia, condenada al subdesarrollo. ¡°Aqu¨ª vio otro lado, el de la clase blanca criolla que domina Bolivia¡±, dice Agnew. Errej¨®n le daba demasiada importancia a la explotaci¨®n de unos pa¨ªses sobre otros y no tanto a las luchas entre clases o ¡°las tensiones dentro de pa¨ªses multinacionales¡±, tema en el que Bolivia es paradigm¨¢tico.
En sus debates con Errej¨®n, Agnew defend¨ªa que la miseria ¡°depend¨ªa tambi¨¦n de las instituciones¡±. ¡°Los l¨ªderes cuentan, las instituciones cuentan. Y el problema de Bolivia, esta era mi perspectiva, es que estaba dominada por un grupo europeo muy peque?o que hab¨ªa gobernado el pa¨ªs en su beneficio y de una manera centralista, desde Santa Cruz, ignorando los problemas de los ind¨ªgenas en los Andes¡±. La llegada de un gobierno con un indio como presidente ¡°significaba la posibilidad de un cambio en el pa¨ªs¡±. El cambio en Bolivia vino desde dentro y fue democr¨¢tico, no tanto por una revoluci¨®n contra la supuesta opresi¨®n imperialista de EE UU.
Creo que de su experiencia aqu¨ª se fue con una visi¨®n mas compleja del mundo de cuando lleg¨®, entendiendo que mucha gente ve las cosas de forma distinta y que la pol¨ªtica es gestionar esas diferencias
A trav¨¦s de estos debates, ¡°creo que I?igo se hizo m¨¢s consciente y ley¨® m¨¢s sobre la pol¨ªtica interna de Bolivia. No quiero sugerir que abandonara completamente sus ideas, pero creo que lleg¨® a una comprensi¨®n m¨¢s sutil de la realidad¡±, asegura Agnew.
Viniendo de Espa?a y trabajando con un especialista en nacionalismos, el asunto fue una constante en los debates entre Errej¨®n y Agnew en aquellos meses en UCLA. ¡°Lleg¨® con unas ideas un poco leninistas¡±, dice el profesor. ¡°Cuando estuvo aqu¨ª se interes¨® m¨¢s por cuestionar la idea de que un Estado siempre es mejor cuando est¨¢ centralizado. I?igo tend¨ªa a tener esa perspectiva¡±. La principal ¨¢rea de investigaci¨®n de Agnew son los separatismos en Europa. ¡°Cuando lleg¨® no creo que tuviera ideas muy articuladas (sobre el nacionalismo) pero cuando se fue hab¨ªa entendido que los Estados no son solamente unos entes asociados a la distribuci¨®n. ?l ten¨ªa una visi¨®n muy economicista, pero creo que entendi¨® la idea de naci¨®n. Incluso si no eres nacionalista, tienes que entender por qu¨¦ la gente tiene sentimientos nacionalistas¡±.
Por supuesto, hablaron de Catalu?a. Errej¨®n ve¨ªa los nacionalismos como algo burgu¨¦s. Le parec¨ªa que el nacionalismo nunca puede ser progresista. ¡°Ten¨ªa una visi¨®n de los nacionalistas catalanes son como la Liga Norte italiana, que se quejan de que sus impuestos vayan al sur de Espa?a y eso¡±. Agnew se esforz¨® por hacerle ver que era ¡°algo m¨¢s complicado¡±. ¡°Seguro que a¨²n piensa igual. Pero creo que se dio cuenta de que tener los poderes descentralizados a veces es mejor para gestionar las diferencias¡±.
Su director de tesis lo envi¨® a UCLA porque ¡°pensaba que era un tipo muy brillante, pero estaba algo encerrado en su visi¨®n del mundo¡±
De su conversaci¨®n se deduce que a su tutor¨ªa lleg¨® un marxista dogm¨¢tico y volvi¨® a Espa?a un pol¨ªtico sutil. ¡°No digo que fuera un cambio c¨®smico ni que se cayera del caballo camino a Damasco, pero creo que de su experiencia aqu¨ª se fue con una visi¨®n mas compleja del mundo de cuando lleg¨®, y entendiendo que hay mucha gente que ve las cosas de forma distinta y que la pol¨ªtica trata sobre gestionar esas diferencias¡±. Para eso lo mand¨® all¨ª Heriberto Cairo: ¡°Pensaba que era un tipo muy brillante, pero estaba algo encerrado en su visi¨®n del mundo¡±.
Agnew guarda un excelente recuerdo de Errej¨®n, del que dice que tiene un nivel de ingl¨¦s sorprendente. ¡°Desde luego sabia defenderse en ingl¨¦s frente a los nativos angloparlantes. Quiero decir, que son conceptos abstractos, no estamos hablando de preguntar donde est¨¢ el ba?o, sino de debates muy elevados¡±. ?Se lo imagina debatiendo el presupuesto europeo en Bruselas en ingl¨¦s? ¡°Absolutamente¡±, dice Agnew. ¡°El ingl¨¦s no es un problema para ¨¦l¡±.
Estos d¨ªas, Agnew sigue asombrado las noticias de su estudiante de intercambio, convertido en un l¨ªder pol¨ªtico (¡°te desarma con ese aspecto, todav¨ªa aparenta 15 a?os¡±, comenta). ¡°Me sorprende que haya querido tener una carrera pol¨ªtica. Lo ve¨ªa m¨¢s escribiendo libros y dando conferencias¡±. Pero superada la sorpresa, y tras advertir que no le dan mucha confianza los acad¨¦micos en el gobierno, Agnew dice que Errej¨®n ¡°entiende que hay que convencer a la gente y construir consensos. I?igo no te impone su visi¨®n. Es persuasivo, te escucha, pero al mismo tiempo te est¨¢ trabajando. Eso hace un buen pol¨ªtico¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.