No hay banquillos a la medida
Lo que parec¨ªa una 'boutade' lleva camino de convertirse en una aplastante realidad
Sentarse en el banquillo es siempre inc¨®modo. M¨¢s cuando se es una persona regia y, hasta ahora, no hay banquillos a la medida. Sin embargo, como dijo el padre de la acusada, ¡°todos somos iguales ante la ley¡±. Lo que parec¨ªa una boutade lleva camino de convertirse en una aplastante realidad. Sinceramente, ?qui¨¦n hace tres a?os, dos a?os, un a?o, tres meses, un mes, hubiera dicho que la infanta Cristina se sentar¨ªa en el banquillo de los acusados, como cooperadora necesaria en dos delitos fiscales, por importe superior a dos millones de euros?
Ahora se iniciar¨¢ una batalla procesal p¨²blica y, acaso, otra pol¨ªtica y privada. Aunque no hay fundamento legal para recurrir el auto, la defensa de la Infanta, apoyada con seguridad por el fiscal del caso, lo va a intentar. No hay margen legal para admitir un recurso que la ley excluye expresamente. Habr¨¢ que esperar a que siente en el banquillo y que, en las llamadas cuestiones previas, el tema se vuelva a suscitar, con id¨¦nticos apoyos que para s¨ª querr¨ªan todos los justiciables. Entonces veremos el nulo efecto de las hipot¨¦ticas gestiones subterr¨¢neas.
Con el Estado de derecho en la mano, pese a lo maltrecho que en ocasiones aparece, la Infanta tiene pocas posibilidades de no verse sometida a juicio. La doctrina Bot¨ªn se cre¨® para un caso concreto y sin base legal. En esencia, convierte el delito fiscal, pese a afectar al inter¨¦s general, en un delito particular, pues impide a la acusaci¨®n popular ejercer la acusaci¨®n si no la ejercen ni el Abogado del Estado ni fiscal¨ªa. La doctrina Atutxa, que la enmend¨®, vino a reconocer algo m¨¢s que un error. Dej¨¦moslo aqu¨ª. Ocasi¨®n habr¨¢ para volver sobre el tema.
Pol¨ªticamente, sea cual sea el desenlace, la situaci¨®n de la Infanta, como Infanta, se antoja insostenible
Con la legislaci¨®n en la mano se imponen dos cosas, seg¨²n lo veo. Procesalmente, dada adem¨¢s la doble acusaci¨®n por responsabilidad civil a t¨ªtulo lucrativo, la del fiscal y la de la acusaci¨®n popular, por algo m¨¢s de dos millones de euros, podr¨ªa aliviar su situaci¨®n un pacto con las acusaciones; as¨ª, reconocer los hechos, abonar lo que haya de abonar y recibir una pena benigna, no ser¨ªa una mala soluci¨®n: el caso no ser¨ªa sometido al escrutinio de un juicio oral y p¨²blico. Pol¨ªticamente, sea cual sea el desenlace, la situaci¨®n de la Infanta, como Infanta, se antoja insostenible, pues est¨¢ procesada nada menos que por un delito destestable: cooperaci¨®n en delito fiscal. Cuanto m¨¢s se aplace lo que desde fuera parece inevitable, mayor ser¨¢ el desgaste y el descr¨¦dito. Una retirada oportuna, dejando el orgullo de lado, no es nunca una mala soluci¨®n.
Joan J. Queralt es catedr¨¢tico de Derecho penal Universidad de Barcelona
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