Buen discurso, pero¡­

Esperanza, futuro y Espa?a han sido las tres palabras m¨¢s utilizadas por Felipe VI en un mensaje claro y firme. En 12 minutos y 38 segundos, el Rey ha hablado de lo que pasa y de lo que hace falta hacer: ¡°Regenerar la vida pol¨ªtica, recuperar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones, garantizar nuestro Estado del bienestar y preservar nuestra unidad desde la pluralidad son nuestros grandes retos¡±.

Tres preocupaciones colectivas subrayadas: la corrupci¨®n pol¨ªtica, la crisis econ¨®mica y Catalu?a. Respecto a la corrupci¨®n, contundencia: ¡°Necesitamos una profunda regeneraci¨®n de nuestra vida colectiva. Y en esa tarea, la lucha contra la corrupci¨®n es un objetivo irrenunciable¡±. No hubo referencia espec¨ªfica al procesamiento de su hermana, la Infanta Cristina. Unas palabras en este apartado al procesamiento de su hermana, que no es un problema familiar sino un serio percance para la Corona y una grave preocupaci¨®n para Espa?a, hubieran hecho su intervenci¨®n mucho m¨¢s convincente.

Don Felipe constat¨® despu¨¦s la mejora de las magnitudes macroecon¨®micas, pero insisti¨® en que los ¨ªndices de desempleo son todav¨ªa inaceptables. Tercer asunto: cari?o hacia los catalanes, referencia a los sentimientos y defensa firme del esp¨ªritu constitucional: ¡°Lo que hace de Espa?a una naci¨®n con una fuerza ¨²nica, es la suma de nuestras diferencias¡±.

En la recta final, adem¨¢s de enviar un mensaje de esperanza en el futuro, el Rey abri¨® la puerta a ¡°poner al d¨ªa y actualizar el funcionamiento de nuestra sociedad democr¨¢tica¡±. Ah¨ª est¨¢ recogida la posibilidad de iniciar un proceso para mejorar la Constituci¨®n y adaptarla a los nuevos tiempos. Sin duda uno de los retos a los que se enfrenta Espa?a.