La dial¨¦ctica del cambio
El PP solo tiene dos cartas: el espejismo de la recuperaci¨®n y el discurso del miedo
PP y PSOE afrontan desde la debilidad un a?o electoral en que las propuestas concretas tendr¨¢n poco peso porque se decidir¨¢ en funci¨®n del grado de penetraci¨®n de la pulsi¨®n de cambio en la ciudadan¨ªa. En circunstancias normales, estar¨ªamos en vigilias de un nuevo episodio de la alternancia de Gobierno. Con el enorme desgaste que acumula, la derrota del PP ya estar¨ªa cantada, como la estaba la del PSOE en enero de 2011. Pero la austeridad ha hermanado a PP y PSOE en la desconfianza y se ha llevado el bipartidismo por delante. Y la idea de cambio contiene una carga de ruptura comparable con la llegada del PSOE al poder en el 82. La dial¨¦ctica del cambio, como pugna entre el miedo a un escenario desconocido y la voluntad de transformar un r¨¦gimen gastado, presidir¨¢ el a?o electoral.
Los papeles del PP y de Podemos est¨¢n muy claramente repartidos. El PP s¨®lo tiene dos cartas: el espejismo de la recuperaci¨®n econ¨®mica, basado en datos debidamente seleccionados que, de momento, no se traducen en la percepci¨®n ciudadana. Y el discurso del miedo: la defensa a ultranza del bipartidismo, fuera del cual, seg¨²n Rajoy, s¨®lo hay radicalismo, para la que espera contar con el apoyo del establecimiento. Podemos tambi¨¦n lo tiene claro: presentarse como el ¨²nico cambio real, intentando no generar miedo, sin perder la fidelidad de los convencidos. El que va m¨¢s corto de gui¨®n es el PSOE. Si la pulsi¨®n dominante es el cambio, esta marca est¨¢ en manos de Podemos. ?C¨®mo acercarse a ellos sin morir en el intento? Pero tampoco se puede descartar la posibilidad de que la pulsi¨®n del miedo suba, lo cual sit¨²a a los socialistas como opci¨®n para un cambio que no cambie casi nada. ?Osar¨¢ el PSOE decir que si no hay mayor¨ªa la prioridad ser¨¢ la coalici¨®n de izquierdas? Demasiadas sutilidades para una campa?a que promete ser de trazo grueso, sobre todo si el PP se ve al borde del precipicio.
El problema del PP, pero tambi¨¦n del PSOE, es que habituados a razonar en un escenario bipartidista, les fallan las claves del nuevo contexto. La ruptura de su duopolio responde a las profundas modificaciones que la crisis y las pol¨ªticas de austeridad han provocado en la estratificaci¨®n social: la brecha de la desigualdad, la explosi¨®n de las clases medias, la marginaci¨®n, la ruptura generacional. Los datos econ¨®micos se leen en clave antigua, pensando en una sociedad que ya no existe. El recuerdo de comportamientos electorales pasados invita a conclusiones m¨¢s bien conservadoras: que el miedo permitir¨¢ salvar los muebles al PP y al PSOE. Pero esta memoria acumulada puede ser factor de confusi¨®n en una sociedad distinta, en que las clases medias ya no son lo que eran, que hoy presenta el penoso r¨¦cord de ser la m¨¢s desigual de Europa, cuando, no hace tanto, en tiempos de Felipe Gonz¨¢lez, era la m¨¢s igualitaria. Triste balance del bipartidismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.