La nueva Ley de Montes permite recalificar ¨¢reas quemadas

El primer Consejo de Ministros del a?o aprob¨® este viernes la controvertida modificaci¨®n de la Ley de Montes, una norma cuya elaboraci¨®n ha tenido en vilo durante cerca de dos a?os a las organizaciones ecologistas. El punto m¨¢s conflictivo es el que abre la posibilidad de cambiar el uso de los terrenos quemados, algo que en la normativa actual, de 2003, est¨¢ prohibido durante los 30 a?os posteriores a un incendio. ¡°Existe el riesgo de que se vuelvan a provocar incendios para permitir la construcci¨®n en zonas quemadas¡±, asegur¨® Ecologistas en Acci¨®n.

El art¨ªculo 50 del proyecto de ley incluye una excepci¨®n a la prohibici¨®n general: las comunidades aut¨®nomas podr¨¢n acordar el cambio de uso forestal de un monte quemado cuando se den ¡°razones imperiosas de inter¨¦s p¨²blico de primer orden¡±. Para SEO/BirdLife, esto genera inseguridad jur¨ªdica porque se trata de conceptos ¡°abiertos a interpretaci¨®n¡± que podr¨ªan abrir la puerta a desarrollos urban¨ªsticos en terrenos incendiados. El Ministerio de Agricultura, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente hace una lectura muy diferente: se trata de impedir que un fuego intencionado pueda impedir actuaciones de inter¨¦s general. La ministra, Isabel Garc¨ªa Tejerina, puso ayer un ejemplo de lo que se pretende evitar: que se anuncie la obra de una carretera que exige expropiar un terreno y el propietario lo queme para evitar que se pueda llevar a cabo durante 30 a?os.

Bego?a Nieto, directora general de Desarrollo Rural y Pol¨ªtica Forestal, admiti¨® que existe la posibilidad de que ocurra lo que denuncian los ecologistas, pero asegur¨® que es muy remota. ¡°El cambio de uso no es tan sencillo. El texto prev¨¦ que se haga mediante una ley auton¨®mica, en un proceso p¨²blico. Tienen que concurrir razones de inter¨¦s p¨²blico de primer orden¡±, subray¨®.

Garc¨ªa Tejerina compareci¨® tras el Consejo de Ministros para presentar las novedades de la ley. Entre otras cosas, regular¨¢ la figura de los montes de socios, que ocupan mill¨®n y medio de hect¨¢reas en toda Espa?a, de forma que se puedan gestionar sin necesidad del acuerdo de todos los propietarios. Nieto explic¨® que se trata de evitar el abandono de montes en los que, con los a?os, se ha ido desdibujando la propiedad. Ahora no se pueden tomar decisiones sin el acuerdo de todos los due?os.

La nueva ley crear¨¢ una figura nueva, las sociedades forestales, que permitir¨¢n que los montes se gestionen de forma agrupada sin que los propietarios pierdan la titularidad. ¡°En Espa?a hay muchos montes que est¨¢n abandonados y se est¨¢n deteriorando. Queremos evitar ese abandono. Un monte gestionado es un monte cuidado¡±, afirm¨® Garc¨ªa Tejerina. Otro de los objetivos que persigue la nueva ley es simplificar los instrumentos de gesti¨®n de los montes. Se clarificar¨¢ su clasificaci¨®n, dividi¨¦ndolos en cuatro categor¨ªas.

El texto permitir¨¢ tambi¨¦n a las comunidades aut¨®nomas aprobar unos modelos t¨¦cnicos m¨¢s sencillos y baratos para que los propietarios hagan sus propios planes de gesti¨®n forestal. Para Nieto, esta es la mejor manera de fomentar estos instrumentos. Ecologistas en Acci¨®n considera sin embargo que la nueva ley elimina la obligatoriedad, existente en la anterior, de que todos los montes cuenten con un instrumento de gesti¨®n. Poco m¨¢s de un 12% de la superficie forestal de Espa?a cuenta con este tipo de ordenaci¨®n. ¡°Era obligatorio, pero no se hizo absolutamente nada, no se hizo cumplir¡±, asegur¨® Nieto.

Otra de las novedades de la ley es una futura ¡°estrategia nacional de gesti¨®n cineg¨¦tica¡± y un registro nacional de infractores de caza y pesca. Para Ecologistas en Acci¨®n estos cambios tienen ¡°poco que ver con la gesti¨®n de los montes¡± y responden a la buena relaci¨®n del PP con el sector cineg¨¦tico ¡°al que favorece con estos cambios¡±. Nieto se?al¨® que se trata ¨²nicamente de coordinar las diferentes normas de las comunidades, por ejemplo en la veda o en la caza de especies migratorias.

¡°No es casualidad que todas las leyes ambientales del PP est¨¦n llenas de excepciones como la ley de costas, la ley de Patrimonio Natural y la de montes¡±, se?al¨® ayer Pilar Lucio, secretaria general de Cambio Clim¨¢tico del PSOE.

La Ley de Montes actual, de 2003, incluy¨® como una de sus principales novedades la prohibici¨®n del cambio de uso forestal de las zonas incendiadas al menos durante 30 a?os. Se trataba de evitar que se provocaran fuegos con fines especulativos. El art¨ªculo 50 del ¨²nico borrador conocido hasta ahora de la nueva norma, adelantado por EL PA?S en marzo de 2013, echar¨ªa por tierra esa precauci¨®n al incluir esta frase: ¡°Con car¨¢cter excepcional las comunidades aut¨®nomas podr¨¢n acordar cambio de uso forestal cuando concurra un inter¨¦s general prevalente¡±. Esa frase se ha modificado en el texto aprobado en el Consejo de Ministros.

Garc¨ªa Tejerina descart¨® durante la presentaci¨®n de la campa?a de extinci¨®n y prevenci¨®n de incendios forestales de 2014 que la modificaci¨®n de la ley actual incluyera la posibilidad de vender montes p¨²blicos. El borrador de 2013 tranquiliz¨® a los ecologistas en ese punto porque, tal y como estaba redactado, no lo permite. El anterior ministro, Miguel Arias Ca?ete, asegur¨® a los ecologistas que la norma "no facilita" la desamortizaci¨®n.?

La noticia, adelantada por este diario, de que el Gobierno de Castilla-La Mancha hab¨ªa pedido a sus ingenieros de montes informes sobre unos 50 terrenos de utilidad p¨²blica que ser¨ªa interesante privatizar, salt¨® en plena elaboraci¨®n de la nueva ley, lo que acrecent¨® los recelos de los ecologistas y de los funcionarios de la Administraci¨®n regional. El estatus legal de los montes de utilidad p¨²blica, por tanto, se mantiene como est¨¢: son bienes de dominio p¨²blico, es decir, ¡°imprescriptibles, inembargables e inalienables¡±.

Ecologistas en Acci¨®n ha calificado de "innecesaria y contraproducente" la modificaci¨®n de la Ley de Montes. Para la organizaci¨®n los cambios en la ley no incorporan mejoras sustanciales para la gesti¨®n de los bosques, invaden competencia auton¨®micas porque incorpora regulaciones cineg¨¦ticas y supone un "grave retroceso" en la necesaria planificaci¨®n forestal.