?Aprobar¨ªa usted el test de ¡®espa?olidad¡¯?

Llevaba 11 a?os, seis meses y 13 d¨ªas trabajando en Espa?a cuando Mohamed (nombre falso), se present¨® en el Registro Civil para someterse a una prueba de integraci¨®n para obtener la nacionalidad espa?ola. Este marroqu¨ª supo responder a preguntas que muchos espa?oles no acertar¨ªan, como el nombre del entonces presidente navarro, Miguel Sanz, pero fall¨® otras como ¡°qu¨¦ personaje televisivo mantuvo una relaci¨®n con un conocido torero¡± o ¡°qu¨¦ torero es conocido por su muerte tr¨¢gica¡±, lo que, seg¨²n el juez que preguntaba demostraba poco grado de integraci¨®n en la sociedad espa?ola. Suspendi¨®. Casi cuatro a?os despu¨¦s, la Audiencia Nacional acaba de darle la raz¨®n y la nacionalidad tras un largo proceso de recursos. El tribunal considera que ¡°dif¨ªcilmente se podr¨ªa justificar¡± por esos ¡°anecd¨®ticos fallos¡± su ¡°falta de integraci¨®n¡± y que, al contrario, las preguntas que s¨ª respondi¨® correctamente son ¡°claramente indicadoras de una implicaci¨®n en la realidad del pa¨ªs en el que vive¡±.

Mohamed ha ganado la batalla ¡ªla Audiencia Nacional incluso impuso el pago de las costas a la Administraci¨®n¡ª, pero tiene miedo a que algo pueda torcerse todav¨ªa, explica su abogado, Antonio S¨¢nchez de Boado. Su caso no es anecd¨®tico. El Gobierno tramita miles de expedientes al a?o ¡ªentre el 1 de octubre de 2012 y el 8 de enero de 2015, despu¨¦s de un plan para agilizar los m¨¢s atrasados, concedi¨® 437.050 y deneg¨® 21.075¡ª. Pero al contrario que otros pa¨ªses, como EE UU, en Espa?a no existe un examen est¨¢ndar o un manual de preguntas para evaluar el grado de integraci¨®n de los inmigrantes que aspiran a la nacionalidad, lo que ha provocado, seg¨²n reconocen el Ministerio de Justicia, el Consejo General del Poder Judicial y la Fiscal¨ªa General del Estado, un ¡°elevado grado de conflictividad¡± y ¡°discrecionalidad administrativa¡±. Es decir, que unos jueces pregunten por el n¨²mero de comunidades aut¨®nomas, y otros, por personajes del coraz¨®n o escritores del siglo de Oro.

Antonio Mbengani, nacido en Congo, tambi¨¦n suspendi¨® la prueba de integraci¨®n en 2010. Cuando solicit¨® la nacionalidad llevaba 20 a?os residiendo y trabajando en Madrid ¡ªel C¨®digo Civil exige 10, salvo para los refugiados (cinco) y los latinoamericanos, andorranos, filipinos, portugueses, sefard¨ªes o naturales de Guinea Ecuatorial (dos)¡ª. Su mujer es espa?ola y sus cuatro hijos tambi¨¦n. ¡°El juez me pregunt¨® qu¨¦ importante acontecimiento hab¨ªa ocurrido en Espa?a en 1934 y nombres de escritores espa?oles del siglo XVI. Y me suspendi¨®¡±, recuerda. Adem¨¢s del extracto de su vida laboral en Espa?a, como el resto de inmigrantes que aspiran a la nacionalidad, Mbengani hab¨ªa aportado a su expediente una llamativa prueba de su integraci¨®n: una fotograf¨ªa con el entonces presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. ¡°Nos la hicimos en 2007 cuando fui uno de los seleccionados para el programa Tengo una pregunta para usted. Pero como no sab¨ªa qu¨¦ pas¨® en Espa?a hace 80 a?os el juez consider¨® que no estaba integrado¡±.

Mbengani aport¨® una foto con Zapatero, pero no supo citar escritores del XVI. Suspendi¨®

Mbengani recurri¨® y tambi¨¦n a ¨¦l le han dado la raz¨®n. El juez que le examin¨® es el encargado del Registro en Getafe, Jos¨¦ Mar¨ªa Celem¨ªn, una leyenda entre los inmigrantes. ¡°A m¨ª tambi¨¦n me pregunt¨® por escritores espa?oles del XVI y solo se me ocurri¨® uno, Lope de Vega¡±, recuerda Carlos El¨ªas, peruano. ¡°Me trat¨® fatal. No me miraba a la cara. Fue muy desagradable, parec¨ªa que le molestara que estuviera all¨ª. La entrevista dur¨® dos minutos. Al salir le dije a una empleada del registro lo que me hab¨ªa pasado y me dijo que no me preocupara, que esas preguntas no las sab¨ªan ni ellas, que recurriera y que seguro que me iban a dar la raz¨®n. Pero volv¨ª a casa indignado y luego me sent¨ª mal durante un mes. Nunca, en los siete a?os que llevaba entonces en Espa?a, me hab¨ªan tratado as¨ª¡±. A Carlos El¨ªas tambi¨¦n le concedieron la nacionalidad tras recurrir. Como a Vikas, de origen indio, que se present¨® al examen cuando llevaba 10 a?os viviendo en Espa?a. ¡°No se me hab¨ªa pasado por la cabeza que no me la dieran. Estaba casado con una espa?ola, mi hija hab¨ªa nacido aqu¨ª, hablaba perfectamente el idioma y ten¨ªa un buen trabajo¡±. Piedad, de Guinea Ecuatorial, tuvo m¨¢s suerte. ¡°A m¨ª no me hicieron examen, me hicieron una entrevista normal para preguntarme, entre otras cosas, por qu¨¦ quer¨ªa ser espa?ola. Pero a mi madre y a mi hermana s¨ª les toc¨® el juez Celem¨ªn ?y les pregunt¨® por la Constituci¨®n de 1812!¡±. El juez Celem¨ªn rechaz¨® hablar con este peri¨®dico.

El director general de los Registros y del Notariado, Francisco Javier G¨®mez G¨¢lligo, admite que ¡°es probable que un espa?ol no sepa responder a muchas de las preguntas que se hacen¡± a los inmigrantes que solicitan la nacionalidad, pero no le parece injusto: ¡°El que quiere ser espa?ol debe demostrar unos conocimientos sobre la historia del pa¨ªs¡±. Para G¨®mez G¨¢lligo el mecanismo de recursos ¡ªprimero ante su oficina y luego por la v¨ªa contencioso-administrativa¡ª establece suficientes garant¨ªas para corregir cualquier acto de discrecionalidad.

Al director general de los registros y del notariado no le gusta la idea de un test est¨¢ndar: ¡°?Todo el mundo se aprender¨ªa las respuestas!¡±. Insiste en que ¡°Espa?a es un pa¨ªs acogedor¡± y cree que lo prioritario es que el sistema ¡°sea completamente telem¨¢tico, que los notarios se encarguen del tr¨¢mite y los jueces solo de los recursos¡±, y que los inmigrantes paguen ¡°una tasa de sostenimiento del servicio¡±, en torno a los 75 euros, como se ha fijado para los sefard¨ªes. ¡°En Estados Unidos el proceso les cuesta 8.000 d¨®lares. En Europa ronda los 700-900 euros. Y aqu¨ª, gratis. Es un chiste¡±.

El Gobierno, que planea recibir 120.000 solicitudes de nacionalidad este a?o, ha anunciado un examen homog¨¦neo. Tras examinar, a petici¨®n del Ministerio de Justicia, el texto del proyecto de real decreto sobre el reglamento para adquirirla, el Poder Judicial puso varias pegas. El CGPJ celebra que el texto d¨¦ un a?o de plazo para resolver los expedientes ¡ªahora son tres de media, seg¨²n su informe¡ª, pero lamenta que el ministerio no determine, tampoco en ese proyecto, ¡°los elementos esenciales¡± que deber¨ªan tener esas pruebas de evaluaci¨®n ¡°detallando los conocimientos de idioma, instituciones, realidad pol¨ªtica, social y hechos relevantes para la cultura espa?ola a que pueden referirse¡±.

El texto del Gobierno se limita a decir que el ministro de Justicia queda facultado para regular esa prueba, ¡°que dise?ar¨¢ y administrar¨¢ el Instituto Cervantes¡±. Al Poder Judicial tambi¨¦n le sorprende que sea ese organismo, ¡°que tiene como fines la promoci¨®n del uso del espa?ol en el exterior¡± el que asuma tales competencias y recomienda, en todo caso, ¡°modificar su ley reguladora para incorporar¡± esas nuevas funciones.

Fue precisamente prepar¨¢ndose para el test para obtener la nacionalidad canadiense como se le ocurri¨® hace 10 a?os a Dennis Kornev, de origen ruso, la idea de montar un negocio de cursos online para preparar a extranjeros para superar esas pruebas. ¡°Estaba en una sala rodeado de chinos que no se enteraban de nada¡±, recuerda. Hoy, su empresa, www.net-factor.com, est¨¢ presente en una docena de pa¨ªses. ¡°Al a?o tenemos unos 30.000 usuarios. En Espa?a son muy pocos, unos 500, y en Quebec son cerca de 6.000. En Espa?a ingreso unos 15.000 por ejercicio, la mayor¨ªa por venta de libros que recopilan preguntas que han hecho los jueces, y en Quebec, 107.000 euros. Para nosotros es mucho m¨¢s f¨¢cil cuando el pa¨ªs tiene un manual de cosas que los aspirantes a la nacionalidad deben saber, es decir cuando las cosas est¨¢n claras y podemos preparar al cliente, como cualquier otra academia¡±, afirma.

¡°En EE UU hay un manual con 100 preguntas; en Alemania, uno de 300. En Dinamarca pueden preguntarte nombres de princesas y de qu¨¦ han muerto. En Canad¨¢ solo puedes presentarte dos veces. Holanda pone v¨ªdeos y pregunta qu¨¦ har¨ªas ante esa situaci¨®n, por ejemplo, al ver dos hombres bes¨¢ndose en la calle... Pero estos test cambian mucho¡±, enumera Kornev, licenciado en pol¨ªticas. ¡°Son un arma populista. Cuando llega un Gobierno de derechas los endurece y cuando llega uno de izquierdas, los facilita¡±.