Poderoso im¨¢n

El ¨²ltimo sondeo del CEO catal¨¢n revela que los contrarios a la independencia superan por primera vez a los partidarios: 45,3% frente a 44,5%. Pero si los datos hubieran sido los inversos, ligera mayor¨ªa por la independencia, la conclusi¨®n habr¨ªa sido la misma: no hay base suficiente para seguir con una aventura que divide a la poblaci¨®n en dos mitades.

Ahora la cuesti¨®n es directamente la independencia y en ese campo no es evidente que Mas pueda mantener su liderazgo sobre el conjunto

Hasta el 9-N, el objetivo de la consulta mantuvo unidos a todos los partidarios de un gen¨¦rico derecho a decidir, incluyendo sectores poco inclinados hacia el independentismo. Tras el simulacro de refer¨¦ndum y sus ambiguos resultados (muchos catalanes a favor de la separaci¨®n, pero m¨¢s que se abstienen de apoyarla), ese principio no basta para cohesionar a fuerzas como Uni¨® y Esquerra, Convergencia e Iniciativa. Ahora la cuesti¨®n es directamente la independencia y en ese campo no es evidente que Mas pueda mantener su liderazgo sobre el conjunto: los de Esquerra se ven con m¨¢s derecho y de ah¨ª la pugna de estos d¨ªas sobre el siguiente paso: las elecciones plebiscitarias.

El argumento de Junqueras para oponerse a la lista ¨²nica de Mas fue inicialmente que con varias candidaturas sumar¨ªan m¨¢s votos. Seguramente ten¨ªa raz¨®n en esto: a oferta m¨¢s diversificada, mayor espacio nacionalista, como se verific¨® en el Pa¨ªs Vasco tras la aparici¨®n de HB primero y de EA despu¨¦s. Pero ese argumento cedi¨® luego ante la cuesti¨®n bizantina de la presencia de independientes en las listas. Mas reclama que solo los haya en su lista, para singularizarla como la candidatura nacional, de pa¨ªs, y protegerse de un nuevo fracaso. Pero lo decisivo parece ser la cuesti¨®n de la fecha electoral.

Junqueras tiene prisa. La protesta radical com¨²n a toda Espa?a ha venido expres¨¢ndose en Catalu?a en clave nacionalista: a m¨¢s indignaci¨®n, mayor fervor independentista. Esquerra quiere aprovechar esa din¨¢mica (y la debilidad del partido de los Pujol) para arrebatar a Convergencia la hegemon¨ªa nacionalista. Y empuja a Mas a convocar antes de que se pase el fervor. O se divida entre ellos y los de Podemos.

La aparici¨®n de un posible receptor del descontento social situado fuera del campo nacionalista puede romper equilibrios establecidos

El partido de Pablo Iglesias ha irrumpido como un poderoso im¨¢n capaz de atraer a votantes radicalizados por la crisis y la corrupci¨®n y que participaron en la consulta en nombre del derecho a decidir pero que, seg¨²n las encuestas, no se consideran independentistas, sino federalistas o autonomistas. La aparici¨®n de un posible receptor del descontento social situado fuera del campo nacionalista puede romper equilibrios establecidos y afectar especialmente a Esquerra. Es lo que ya ha sido detectado en el Pa¨ªs Vasco en relaci¨®n a la izquierda abertzale. Seg¨²n el Euskobar¨®metro de este oto?o, Podemos podr¨ªa tener tantos esca?os como ahora tiene EH-Bildu, que perder¨ªa un tercio de los suyos.

Dirigentes catalanes de la nueva formaci¨®n han declarado (La Vanguardia. 4-1-2015) que no consideran ¡°prioritario¡± el tema de la independencia y que ¡°no toman partido¡± sobre ella, limit¨¢ndose a ¡°habilitar espacios de debate para que el ciudadano decida¡±. Planteamiento que recuerda al de Euskadiko Ezkerra cuando teoriz¨® que, una vez garantizado el autogobierno, el nacionalismo deber¨ªa convertirse ¡°en un asunto tan privado como la religi¨®n¡±. La pr¨¢ctica demostrar¨ªa la dificultad del empe?o. En un contexto condicionado por ETA, la resistencia al fanatismo identitario les llev¨® a anclarse en la autonom¨ªa como ¨²nico marco capaz de respetar a la vez el pluralismo y la libertad.