La odisea cristiana de Diego
El Papa recibe por primera vez a un transexual tras recibir su carta donde le ped¨ªa ayuda y amparo tras cuestionarse su fe
Diego naci¨® ni?a. Vino al mundo hace 47 a?os en Plasencia (C¨¢ceres) pero con un cuerpo opuesto al suyo, incompatible, rival e incluso enemigo. Torso de otra en la mentalidad de otro: transexual. Hace ocho a?os que decidi¨® operarse. Afirma que recibi¨® insultos y que una ma?ana un sacerdote de su ciudad le dijo: ¡°Eres la hija del diablo¡±. Ese d¨ªa no fue a trabajar. Volver a nacer y recibir insultos supuso que se replanteara su fe cristiana, muy arraigada en su familia. Harto, decidi¨® escribir una carta al Papa para preguntarle si, todav¨ªa, hab¨ªa hueco para ¨¦l en la casa del Se?or. El 8 de diciembre, el papa Francisco le llam¨® por tel¨¦fono. Y, el s¨¢bado pasado, junto a su pareja, lo recibi¨®. ¡°La conversaci¨®n en el Vaticano quedar¨¢ entre nosotros. Es un secreto que guardar¨¦ para siempre¡±, cuenta sonriente desde un rinc¨®n de una cafeter¨ªa, con vistas a la Plaza Mayor, en esta localidad de 45.000 habitantes.
A los ¡°siete u ocho a?os¡± Diego Neria Lej¨¢rraga notaba que su mente no casaba con su cuerpo. A los 11, el director del colegio privado en el que estudiaba lo llam¨® a su despacho y le dijo: ¡°No puedes seguir aqu¨ª¡±. Y se fue. A los 12, mientras su cuerpo se desarrollaba, cambi¨® de escuela, de profesores y de amigos. ¡°He tenido claro c¨®mo soy desde bien peque?o. Yo jugaba con mi Madelman y me vest¨ªa como cualquier chico de mi edad¡ Pero escondiendo mis pechos como pod¨ªa¡±.
Las personas transexuales, seg¨²n el ¨²ltimo estudio de la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), son una minor¨ªa poco conocida; se les relaciona m¨¢s con el espect¨¢culo y la pornograf¨ªa que con los problemas de exclusi¨®n social que viven. En la mayor¨ªa de los pa¨ªses en los que se ha estudiado, se observa una incidencia que oscila entre los 0,14 y el 0,26 casos por cada 100.000 habitantes y a?o. Adem¨¢s, este mismo informe apunta que la media de edad a la que se es consciente de la propia transexualidad se sit¨²a en 10,8 a?os y, sin embargo, no se comunica a terceras personas hasta los 18.
En el caso de Diego, su familia le apoy¨® r¨¢pido, pese a que hubo una ¡°breve ¨¦poca¡± en la que pensaron que era una ¡°tontuna¡± propia de la edad. ¡°Y no, no era¡±, subraya. Su entorno m¨¢s cercano lo ayud¨® tanto que ¡°casi siempre¡± se emociona al recordarlo. Como ahora. En su familia lo ampararon de manera incondicional: su padre, un ingeniero ya jubilado; su madre, una ama de casa que colaboraba con el diario Hoy ¡ªperi¨®dico que cont¨® en primicia la reuni¨®n con el Papa¡ª; y su hermana, enfermera que ha hecho posible que ahora Diego sea t¨ªo, gracias a una sobrina a la que adora. Sin embargo, a d¨ªa de hoy, todav¨ªa tiene ¡°alg¨²n que otro¡± pariente cercano que lo considera ¡°una lacra para la familia¡±.
Pero el problema para Diego no estaba en el sal¨®n de su casa. Su v¨ªa crucis se hallaba en la calle. Un d¨ªa se le acerc¨® un vecino y le dijo: ¡°Ven si tienes lo que hay que tener, que s¨¦ que no lo tienes¡±. Su madre, con la que sent¨ªa una qu¨ªmica muy especial, ten¨ªa miedo a este rechazo social que podr¨ªa sufrir su hijo y, m¨¢s a¨²n, en el caso de que ¨¦ste decidiera operarse. Un d¨ªa lleg¨® y le susurr¨®: ¡°Hijo, como bien sabes, estoy enferma del ri?¨®n y voy a durar poco, solo te pido que no te sometas a ninguna intervenci¨®n quir¨²rgica mientras yo est¨¦ viva¡±. Diego lo respet¨®. ¡°Y lo har¨ªa mil veces por ella¡±. En 2006 su madre muri¨® y fue entonces cuando, a sus 40 a?os, emprendi¨® el proceso de reasignaci¨®n de g¨¦nero en una cl¨ªnica privada de Madrid.
- ?Qu¨¦ sinti¨® cu¨¢ndo vio crecer su barba?
- Una alegr¨ªa inmensa. Fui a ver a mi m¨¦dico y le dije que quer¨ªa m¨¢s pelos. ?l me sonr¨ªo y me contest¨®: ¡°Esp¨¦rate y ya ver¨¢s, que te vas a hartar¡±.
A Diego el cambio de voz le vino a los 40 a?os. ¡°Recuerdo el primer gallo. ?Madre m¨ªa, qu¨¦ alegr¨ªa!¡±. Seg¨²n la FELGTB, el 88% de los transexuales se ha sometido a tratamiento hormonal, muchos sin control m¨¦dico; el 55,6% a intervenciones quir¨²rgicas menores y solo el 15% a la reconstrucci¨®n genital. Diego recuerda que, justo antes de la reasignaci¨®n de g¨¦nero y, tras cenar con su expareja en un restaurante de Madrid, acudi¨® al ba?o de se?oras al ver que el de se?ores estaba repleto. ¡°Se me acerc¨® una se?ora con un bast¨®n y me dijo: ¡®?Qu¨¦ haces aqu¨ª, depravado!¡±.
En su caso, despu¨¦s de la reasignaci¨®n de g¨¦nero, todo fue muy r¨¢pido. Los tr¨¢mites para obtener el nuevo carn¨¦ de identidad con su nombre duraron tres meses, aunque seg¨²n la Ley de G¨¦nero de 2007 este proceso puede demorarse hasta los dos a?os. ¡°Cuando lo palp¨¦ fue un momento ¨²nico¡±.
Ya era oficialmente Diego. Eso supuso que iniciara los cambios de nombre con su compa?¨ªa telef¨®nica, con su entidad el¨¦ctrica¡ hasta su tarjeta de trabajo de la Agencia de Informaci¨®n y Control Alimentarios de Madrid. A los pocos d¨ªas, recogi¨® de su buz¨®n la primera carta con su nombre de verdad, se compr¨® un ba?ador para nadar por primera vez en una piscina p¨²blica y, ¡°por fin¡±, se gust¨® en el espejo.
- ?Volver¨ªa a vivir la vida que ha vivido?
- No. He sufrido mucho.
Pese a que no lo conoc¨ªan, para la FELGTB y para la Fundaci¨®n Tri¨¢ngulo de Extremadura Diego es un ejemplo a seguir. En su ciudad, la noticia discurri¨® por todas las casas y sus dos catedrales han sido objetivos de las c¨¢maras de la CNN estos d¨ªas. Su alcalde, Fernando Pizarro (PP), se enorgullece. Diego dice que ahora est¨¢ en el mejor momento de su vida, y que, entre otros sue?os pendientes, le gustar¨ªa casarse, escribir un libro y ser hermano de la Hermandad de la Macarena de Sevilla.
- ?Qu¨¦ pensar¨ªa su madre ahora?
- Todo esto que me ha pasado ha sido gracias a ella. Creo que el d¨ªa en que me muera me recibir¨¢ all¨¢ con los brazos abiertos y me dir¨¢: ¡°Qu¨¦ guapo est¨¢s, qu¨¦ orgullosa estoy, a lo mejor ten¨ªamos que haber hecho esto juntos y antes¡±.
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