Urgencias, siempre al l¨ªmite
Los problemas de saturaci¨®n y falta de recursos son estructurales. Los picos de gripe desbordan unos servicios mermados por la crisis
Lo peor de la epidemia de gripe de este a?o a¨²n est¨¢ por llegar y, sin embargo, los servicios de urgencias de toda Espa?a llevan semanas saturados. Un paseo por el hospital 12 de Octubre, en Madrid, permite comprobarlo: camillas en zonas de paso, ausencia de intimidad, pacientes que duermen varias noches en salas atestadas esperando que quede libre una habitaci¨®n en planta, sanitarios agotados que confiesan tener miedo de cometer un error fatal... Una enfermera lo explica gr¨¢ficamente: la urgencia es como un vaso que siempre est¨¢ lleno; la gripe es solo la peque?a gota que lo desborda. Siempre al l¨ªmite, los problemas de personal y de medios son estructurales, coinciden los expertos. Tambi¨¦n el Defensor del Pueblo, que la semana pasada hizo p¨²blico un informe en el que denuncia las carencias de las urgencias espa?olas.
¡°Los episodios de saturaci¨®n ocurren desde hace muchos a?os, antes de esta crisis, y antes de la anterior¡±, se?ala Juan Armengol, presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes). La hemeroteca le da la raz¨®n. Han pasado 26 a?os de la ¨²ltima vez que el Defensor del Pueblo examin¨® el estado de las urgencias hospitalarias. Si se compara el informe actual, elaborado conjuntamente con los defensores auton¨®micos, muchas de las deficiencias encontradas en 1988 siguen sin corregirse: escasez de plantillas, falta de camas libres, ausencia de intimidad, trato inadecuado a los pacientes en fase terminal y a sus familiares...
El diagn¨®stico sobre algunas de las causas de la perenne saturaci¨®n tambi¨¦n coincide. Los episodios de colapso son peri¨®dicos y puntuales, apunta Juan Oliva, economista de la salud, pero siempre hay ¡°un escenario de alta presi¨®n en las puertas de urgencias¡± que responde a ¡°la combinaci¨®n de gripe, recursos humanos menguados, posibles demoras en atenci¨®n primaria y tiempos de espera quir¨²rgicos y de consulta ambulatoria excesivos¡±.
¡°Los servicios de urgencias se han convertido en una especie de red de seguridad del sistema¡±, asegura Armengol. Si un ciudadano tiene un problema de salud que considera urgente y la cita con su m¨¦dico de familia es para dentro de varios d¨ªas, quiz¨¢ acabe present¨¢ndose en el hospital para que le visiten antes. Lo mismo sucede si est¨¢ pendiente de que le llamen para operarse. Si empeora, acudir¨¢ a urgencias.
A medida que avanzaba la crisis (entre los a?os 2008 y 2012) los ciudadanos han tenido m¨¢s dificultades para conseguir cita r¨¢pida con el m¨¦dico de familia, seg¨²n el ¨²ltimo Bar¨®metro Sanitario. Lo mismo ha ocurrido con las visitas con los especialistas. A finales de 2013 el tiempo medio de espera pr¨¢cticamente doblaba el de 2010. La demora para entrar en el quir¨®fano tambi¨¦n se ha disparado. Ahora ronda los 90-100 d¨ªas, cuando en junio de 2012 eran 76. Y m¨¢s de uno de cada 10 pacientes aguardan m¨¢s de seis meses para operarse, especialmente en especialidades como neurocirug¨ªa, traumatolog¨ªa o pl¨¢stica.
Efecto disuasorio para inmigrantes
El informe sobre las urgencias del Defensor del Pueblo ha dado la raz¨®n a colectivos como M¨¦dicos del Mundo y YoS¨ªSanidadUniversal, que llevan m¨¢s de dos a?os alertando de que en muchos casos los inmigrantes en situaci¨®n irregular no est¨¢n recibiendo en los hospitales la atenci¨®n que les garantiza la ley. El informe destaca que tienen derecho a atenci¨®n sanitaria de urgencia. Y advierte de que ¡°ese derecho, a veces, se ve dificultado por pr¨¢cticas administrativas que generan inquietud y tienen efectos disuasorios¡±, como obligar a los pacientes a firmar compromisos de pago antes de que les vea el m¨¦dico.
¡°Para ofrecer mayor confianza a estos usuarios es necesario mejorar la formaci¨®n del personal, evitar la emisi¨®n prematura de compromisos de pago y facturas y buscar que la constataci¨®n de la falta de residencia legal pueda realizarse de manera ¨¢gil a trav¨¦s de los servicios de trabajo social de los propios centros¡±, se?ala la instituci¨®n. Otro de los incumplimientos de la legislaci¨®n que detecta tiene que ver con la duraci¨®n de la asistencia. Debe ser ¡°hasta la situaci¨®n de alta m¨¦dica¡±, se?ala el real decreto de 2012 que expuls¨® a los inmigrantes en situaci¨®n irregular de la asistencia normalizada y acab¨® con la universalidad del sistema. El alta m¨¦dica ¡°no debe confundirse con el alta de urgencias; de manera que la asistencia debe prolongarse m¨¢s all¨¢ de la actuaci¨®n de urgencias, hasta la resoluci¨®n del problema de salud que dio lugar a la urgencia¡±, precisa el Defensor.
Y pese a todo, las urgencias est¨¢n entre los servicios sanitarios mejor valorados por los ciudadanos. ¡°La gente va a urgencias por muchas cosas. Son r¨¢pidos ¡ªpese a las colas¡ª, en general son bastante buenos, son resolutivos y hacen muchas pruebas. En su mayor parte innecesarias, pero al p¨²blico le gusta¡±, se?ala Salvador Peir¨®, investigador del Centro Superior de Investigaci¨®n en Salud P¨²blica de Valencia. ¡°Actualmente, alrededor de un 10% de lo que llega se ingresa (en buena parte trauma, fracturas, accidentes y cuadros quir¨²rgicos), lo que da una idea de que el 90% restante era menos grave¡±, a?ade. Para un paciente, sin embargo, la gravedad es subjetiva. Si cree que necesita un m¨¦dico, ir¨¢ all¨¢ donde haya uno disponible. El 43% de los encuestados en el Bar¨®metro Sanitario dijeron que fueron directamente a urgencias porque el horario no coincid¨ªa con el del m¨¦dico de cabecera. Otro 36% contest¨® que en el hospital ¡°hay m¨¢s medios y resuelven mejor¡±.
¡°Lo esencial en una urgencia es que debe ser capaz de reconocer un paciente grave entre la multitud. Que espere un paciente de atenci¨®n primaria que podr¨ªa ser atendido en su centro no es un problema y no deber¨ªamos verlo como tal. Que entre tanto paciente poco grave se te despiste un infarto, s¨ª¡±, opina Peir¨®. El informe del Defensor del Pueblo alerta sobre ello: ¡°Las situaciones de saturaci¨®n incrementan el riesgo de error humano y el aumento de la morbimortalidad¡±, concluye. El riesgo es tan real que algunos profesionales se han plantado.
Las enfermeras del hospital de La Paz, en Madrid, mandan faxes al juzgado de guardia alertando de la situaci¨®n de ¡°hacinamiento¡± y de la dificultad para atender con rapidez a los enfermos que empeoran. Ello se traduce en ¡°aumento del n¨²mero de errores cometidos, que por su naturaleza pueden tener consecuencias fatales¡±, dice el texto del d¨ªa 26, al que tuvo acceso EL PA?S. La sala 1 de urgencias ten¨ªa ese d¨ªa 35 pacientes, cuando su capacidad es para 12, a?aden estos trabajadores. En la sala 2 hab¨ªa 60 pacientes, cuando est¨¢ pensada para 23. El personal de enfermer¨ªa ¡°no puede asegurar una correcta atenci¨®n¡±, le dicen al juez.
Los m¨¦dicos de urgencias del hospital de Vall d'Hebron, el m¨¢s grande de Catalu?a, hacen sus denuncias a diario en las redes sociales. ¡°Mi¨¦rcoles 28: 77 enfermos en urgencias esperan cama. Algunos ya es el quinto d¨ªa que est¨¢n aqu¨ª¡±, han escrito en Twitter. El pasado verano los facultativos de Vall d'Hebron denunciaron p¨²blicamente el colapso constante de la unidad. El jefe de urgencias fue destituido d¨ªas despu¨¦s. Los servicios de salud catal¨¢n (Catsalut) y madrile?o (Sermas) han admitido la saturaci¨®n y han anunciado que abr¨ªan camas ¡ªcuando generalmente nunca admiten que las cierran¡ª y aumentaban el personal.
El aumento de la incidencia de la gripe se puede prever. El pico de la actual epidemia, por ejemplo, llegar¨¢ esta semana, seg¨²n el Ministerio de Sanidad. ?Por qu¨¦ no se act¨²a a tiempo? Peir¨® hace una sugerencia a las Administraciones: ¡°Reunir a los comit¨¦s de expertos y hacer planes ¡ªantes y no despu¨¦s, como ha sucedido con el ¨¦bola o la hepatitis C¡ª sobre c¨®mo se quiere abordar la urgencia, el papel de la primaria, c¨®mo tratar las epidemias...¡± Adelantarse, en definitiva, para que las urgencias, ya de por s¨ª infradotadas y mermadas de personal, no sucumban ante el virus de todos los inviernos.
Con informaci¨®n de: Jessica Mouzo (Barcelona)
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