¡°Me pegaron mientras se re¨ªan y me meaban encima¡±
Una mujer indigente relata la paliza y las vejaciones a las que le sometieron dos j¨®venes cuando dorm¨ªa en un cajero
La cuesta abajo en la vida de Maria ?ngeles comenz¨® hace unos ocho a?os. Cuenta que las malas compa?¨ªas la introdujeron en la coca¨ªna base. Y que la droga le llev¨® a conocer amistades a¨²n peores. Hace un a?o, la violenta pareja con quien viv¨ªa esta mujer de 54 a?os le dio una tremenda paliza: ¡°Me revent¨®¡±. El agresor acab¨® en la c¨¢rcel. Ella, en la calle al no poder pagar el alquiler. Convirti¨® un cajero autom¨¢tico de Torrent (Valencia), donde resid¨ªa, en su dormitorio. Y all¨ª toc¨® fondo. Dos chavales entraron de madrugada hace un mes, la orinaron y la insultaron mientras la pateaban y se mofaban de ella. ¡°Yo solo quer¨ªa salir de all¨ª corriendo y pedir socorro¡±.
Este jueves, un d¨ªa despu¨¦s de que la Polic¨ªa Nacional detuviera a los dos agresores e hiciera p¨²blica la vejaci¨®n, Mar¨ªa ?ngeles se encontraba al pie de la torre del antiguo castillo que preside la plaza Mayor de Torrent, donde se ha instalado desde aquel d¨ªa. Sentada en un colch¨®n forrado de pl¨¢stico para aislarse de la humedad, rodeada de mantas y embutida en un anorak y varios forros polares, rememora aquella noche, la madrugada del 4 al 5 de enero. ¡°Ser¨ªan las tres de la ma?ana cuando entraron en el cajero dos chavales de aspecto totalmente normal. Fueron hacia una esquina para hacer pis y entonces me vieron¡±.
Otros casos
2005, Barcelona. Dos j¨®venes junto a una adolescente menor de edad quemaron viva a Mar¨ªa Rosario Endrinal, de 50 a?os, que dorm¨ªa en un cajero de Barcelona. Los dos autores de la muerte fueron condenados a 17 a?os.
2006, Huelva. Seis menores fueron detenidos por la paliza que propinaron a un indigente que se encontraba en un cajero en Ayamonte.
2009, Alicante. Un menor de 17 a?os agredi¨® y quem¨® a un ex guardia de seguridad en paro, de 42 a?os, que descansaba en un cajero. La v¨ªctima fue ingresada en coma como consecuencia de la paliza.
2009, Madrid. Rafael Santamar¨ªa, de 35 a?os, fue apaleado cuando dorm¨ªa en un fotomat¨®n de la zona de Moncloa.
2012, Madrid. La Guardia Civil detuvo a 17 personas implicadas en la agresi¨®n a un indigente en Majadahonda. Intentaron quemarlo.
Tiene las manos hinchadas, llenas de saba?ones. Mientras habla se desescama las heridas producidas por el fr¨ªo. Primero los dedos de una mano. Luego los de la otra.
¡°Al verme, se acercaron y entonces empezaron a mearme encima, a escupirme y a insultarme¡±, prosigue. ¡°Comenzaron a gritar ?guarra!, ?puta!, ?cerda!, ?asquerosa!, y a darme patadas¡±. Apenas recuerda el acto reflejo de tratar de protegerse la cara con las manos y las risas de los dos j¨®venes mientras la humillaban. ¡°Me sent¨ª como una mierda¡±, relata. Tras ser agredida, la mujer sali¨® en busca de ayuda. Una pareja que paseaba por la zona llam¨® a la polic¨ªa y los agentes la trasladaron al ambulatorio para atenderle de las lesiones.
Mar¨ªa ?ngeles dice que aunque no le rompieron nada, lo pas¨® muy mal y que a¨²n no se ha recuperado de los golpes. No solo por el dolor de las contusiones. Explica que las cicatrices y llagas que tiene en la nariz, en las mejillas y el labio son parte de las secuelas del ataque. Y que los restos de crema que tiene en la cara se deben al tratamiento que le recetaron para que se cierren las heridas. ¡°Es una pomada que me consigue una vecina con la receta que me dio el m¨¦dico¡±.
Los dos agresores, un menor y un joven de 18 a?os, han sido detenidos
Los dos detenidos son vecinos de Torrent, una localidad que se encuentra a tan solo 9 kil¨®metros de Valencia y que, con sus 80.500 habitantes, es la segunda localidad m¨¢s poblada de la provincia. Uno de los implicados tiene 18 a?os y ya contaba con antecedentes policiales, pero ¡°no relacionados con los hechos de los que se le acusa ahora¡±, indican desde la polic¨ªa. El otro es menor de edad. Ambos est¨¢n ya en libertad acusados de delitos contra la integridad moral y de lesiones.
Desde entonces, Mar¨ªa ?ngeles duerme al raso, muy cerca de donde sufri¨® el ataque. Antes de la agresi¨®n, la acompa?aba un amigo, y no estaba tan sola. ¡°Congeniamos bastante. Se llamaba Luis y era mayor que yo. Ten¨ªa 58 a?os. Est¨¢bamos juntos de noche, pero nada m¨¢s. ?l a¨²n estaba enamorado de su mujer, que hab¨ªa fallecido hace alg¨²n tiempo. Hace como un mes le dio un infarto y se muri¨®¡±. Ahora pasa las noches aterrada. ¡°Es el peor momento del d¨ªa, hasta el simple ruido de un papel arrastrado por el viento me sobresalta¡±. Reconoce que combate el miedo con el alcohol. ¡°S¨¦ que la bebida es mala, pero no hago da?o a nadie¡±.
Mar¨ªa ?ngeles a¨²n sufre las secuelas en su cuerpo del ataque sufrido
Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, comenta que las agresiones contra las personas sin hogar ¡ª¡°las peores, contra los m¨¢s d¨¦biles y vulnerables¡±¡ª son m¨¢s frecuentes de lo que pueda parecer ya que solo salen a la luz las m¨¢s graves.
Por ejemplo, casos sonados como el chaval de 17 a?os que en 2009 quem¨® a un ex vigilante jurado en paro que dorm¨ªa en un cajero de Alicante. O la brutal agresi¨®n que sufri¨® Rafael Santamar¨ªa en 2009, un mendigo que dorm¨ªa en un fotomat¨®n en la zona de Moncloa de Madrid. Cinco j¨®venes de est¨¦tica skinhead le propinaron tal paliza que pas¨® a?o y medio en el hospital.
Frente a estos episodios, Esteban Ibarra explica que se dan muchos otros que pasan inadvertidos por el miedo de la v¨ªctima a denunciarlos. Adem¨¢s, sostiene que detr¨¢s de estos comportamientos suelen estar grupos de ideolog¨ªa neonazi. ¡°Es una pauta com¨²n que encaja en su ideolog¨ªa: ataques a las personas que consideran que no tienen valor, que no sirven para nada y a los que hay que humillar, golpear y matar¡±, se?ala.
Los protagonistas de estos sucesos encajan con la ideolog¨ªa neonazi
Por ello, entre sus reivindicaciones se encuentra incluir como agravante en el art¨ªculo 22.4 del C¨®digo Penal (que ya contempla aspectos como cometer el delito por motivos racistas, antisemitas o por motivos discriminatorios relacionados con el sexo, la etnia o padecer una discapacidad) que el delito se cometa contra personas sin hogar.
Este ser¨ªa uno de los perfiles del agresor contra los indigentes: ¡°Miembros de bandas radicales o de orientaci¨®n neonazi que agrede a la gente vulnerable para mostrar su deprecio¡±, seg¨²n Vicente Garrido, profesor de profesor de psicolog¨ªa de la Universidad de Valencia y crimin¨®logo. Pero Garrido a?ade otro grupo. Se tratar¨ªa de personas que sin tener motivos ideol¨®gicos detr¨¢s y marcados por una psicopatolog¨ªa de rasgos impulsivos, violentos y de falta de empat¨ªa emocional ¡°aprovechan la ocasi¨®n para vivir una experiencia emocionante y sentir el placer que les da ejercer el poder contra el d¨¦bil¡±.
Mar¨ªa ?ngeles sigue en la calle a pesar de las ofertas que ha recibido de los servicios sociales municipales: ¡°Fui una vez a un piso compartido, pero no lo aguant¨¦¡±.
¡°Ojal¨¢ sus hijos
Ahora, su m¨¢xima aspiraci¨®n es cobrar una ayuda. Una portavoz del Ayuntamiento de Torrent indica que est¨¢n tramitando la renta garantizada de ciudadan¨ªa, que asciende a 436 euros al mes. ¡°Hemos tratado de integrarla en nuestros programas de atenci¨®n pero siempre se ha negado¡±, a?aden. Incluso relatan que la sometieron a un proceso de incapacitaci¨®n para poder tutelarla. Pero el juez consider¨® que Mar¨ªa ?ngeles se encontraba en plenitud de facultades mentales y rechaz¨® la petici¨®n del municipio.
¡°Contra su voluntad no se puede hacer nada¡±, a?aden desde el Ayuntamiento. Y ella, pese a todo, quiere vivir en la calle. ¡°La convivencia es dura, por eso prefiero seguir as¨ª¡±, apunta. ¡°Solo espero que me den la ayuda¡±, insiste. ¡°Y que el d¨ªa de ma?ana, si [los agresores] tienen un hijo, que no se vea en la situaci¨®n en la que me encuentro¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.