La frontera que levanta el invierno
El temporal ha golpeado la provincia de Palencia, donde 148 pueblos han quedado aislados
El viaje de Jos¨¦ Andr¨¦s Ciancas, de 52 a?os, qued¨® truncado en Aguilar de Campoo. Su Elisa & Alma ¡ª¡°por mis hijas¡±¡ª permanece a un lado del arc¨¦n del pol¨ªgono industrial del municipio, atorado a apenas unos metros de la f¨¢brica de galletas Gull¨®n. El olor a dulce y la oscuridad lo inundan todo. Las ruedas de su cami¨®n de 40 toneladas se deslizan sobre el hielo, convirtiendo en in¨²tiles todos los intentos de un tractor para sacarlo de ah¨ª. ¡°Llevo parado aqu¨ª m¨¢s de 48 horas. Los agentes de tr¨¢fico me dijeron que no pod¨ªa seguir por la autov¨ªa y me desviaron¡±, cuenta indignado, pasadas las diez de la noche del jueves. Transporta 25.000 kilos de az¨²car. ¡°Me parece que esta vez no van a poder hacer los bombones¡±, a?ade ir¨®nico, antes de contar que carg¨® en Jerez de la Frontera y que se dirig¨ªa a Santander. Pero su trayecto acab¨® en esta localidad del norte de Palencia. La nieve impuso sus reglas.
En la provincia de Palencia 148 pueblos han quedado aislados
A menos de 10 kil¨®metros, en Cillamayor, la juguetona Dana y el lanudo Cos corretean pese al fr¨ªo junto a Fernando Rojo en plena calle. Los dos perros lo rodean. Saltan a su paso. Y lo saludan efusivamente. Porque este minero jubilado de 65 a?os acaba de llegar a la puerta de su hogar. Y a su espalda deja ya el paisaje de un peque?o pueblo, de apenas 70 habitantes, perfilado por un intenso manto blanco: m¨¢s de un metro y medio de nieve oculta los coches, sepulta las puertas de las viviendas e impide la circulaci¨®n de los veh¨ªculos. Jes¨²s, un ganadero de 40 a?os, despeja con su tractor la entrada de la localidad, aunque solo los 4x4 logran pasar unos metros. ¡°Aqu¨ª, lo que hay que hacer en invierno es acumular le?a¡±, suelta Rojo, mientras se r¨ªe y saluda a su hijo Eduardo, que, encaramado en el tejado de la casa, retira con una pala la nieve acumulada en los dos ¨²ltimos d¨ªas.
El temporal ha golpeado con fuerza este municipio, atravesado por el r¨ªo Rubag¨®n, desde principios de semana. Al igual que a toda la provincia de Palencia, donde 148 pueblos han quedado aislados, seg¨²n los datos del Ministerio del Interior; donde se han desplegado casi un centenar de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME); donde m¨¢s de medio millar de estudiantes no ha podido acudir a la escuela ¡ª13.000 en toda Espa?a¡ª; y donde casi una treintena de autom¨®viles permanec¨ªan este viernes atrapados en la A-67, cerca de Aguilar de Campoo. En esa localidad, precisamente, Pamela Hornby, de 79 a?os, mata las horas rodeada por enciclopedias sobre la Historia de Espa?a, de Europa y de Castilla y Le¨®n; por libros de lat¨ªn y VHS de dibujos animados.
Sentada en la biblioteca del colegio San Gregorio, donde ha pasado ya dos noches, esta jubilada inglesa ara?a los ¨²ltimos minutos del jueves. Env¨ªa un correo electr¨®nico a su familia. Conversa con su marido, Peter, que sufre diabetes y una enfermedad de los pulmones. Y charla, animadamente y en un correcto espa?ol, con parte de las 35 personas que tendr¨¢n que dormir en este centro, habilitado para la ocasi¨®n por la Cruz Roja. ¡°Desembarcamos del ferri en Santander y cogimos la autov¨ªa. Pero, cerca de aqu¨ª, la nieve nos imped¨ªa seguir. As¨ª que estuvimos parados casi cuatro horas, hasta que vino la Guardia Civil y nos sac¨® del coche, que all¨ª sigue¡±, relata la mujer, vecina de la provincia de Rutland, al este de Reino Unido. Se dirig¨ªa a Antequera (M¨¢laga), donde el matrimonio iba a pasar dos meses en la caravana est¨¢tica que tienen. Aunque, por ahora, el comienzo de esas vacaciones deber¨¢ esperar.
En la provincia de Palencia la ola de fr¨ªo ha construido fronteras. Ha erigido muros insalvables. Ha alzado el ¡°oye, ?c¨®mo est¨¢ la carretera?¡± en la frase m¨¢s repetida de cada conversaci¨®n. Y ha convertido calles enteras, como las del interior de Barruelo de Santull¨¢n (1.300 habitantes), en dep¨®sitos de nieve que en algunos puntos llega a los dos metros de altura. Un obst¨¢culo que salvan con habilidad Leonardo, Ricardo y Sergio, de 39, 30 y 21 a?os, respectivamente. Estos voluntarios de Cruz Roja pasan toda la ma?ana del viernes sobre el manto blanco, llevando a cuestas comida y medicinas para los ancianos que, atrapados, permanecen en las casas de esta peque?a localidad palentina. Un pueblo donde un matrimonio, para acceder a su coche, tiene que retirar durante m¨¢s de dos horas la nieve que lo ha cubierto. O donde un hombre, para entrar en su carnicer¨ªa, se esfuerza en abrir camino desde la calle a la puerta de su comercio. O donde una excavadora lleva con la pala, en volandas, las barras de pan a los establecimientos.
Aqu¨ª, los todoterreno solo pueden transitar, con mucha dificultad, por la v¨ªa principal que atraviesa Barruelo. ¡°Y eso hoy, porque ayer no hab¨ªa manera de moverse. No pude ir a por g¨¦nero¡±, relata Kike Ram¨ªrez, de 38 a?os, en su pescader¨ªa. Este viernes, en cambio, s¨ª ha logrado recorrer en 4x4 los 16 kil¨®metros que separan este pueblo de Aguilar de Campoo. Un mayorista de Palencia le llev¨® hasta all¨ª varios kilos de locha, palometa, salm¨®n, sardinas y trucha. Los recogi¨® y volvi¨® a la localidad, atravesando una carretera que pasa por Cillamayor, esa aldea de apenas 70 habitantes donde Fernando Rojo vuelve a casa despu¨¦s de comprar el pan al otro lado del pueblo.
Fernando anda con mucho cuidado. Apoy¨¢ndose en un bast¨®n que ¨¦l mismo ha grabado con el escudo del Athletic de Bilbao. ¡°Tengo otros con el del Bar?a, con el de Barruelo...¡±, enumera entre risas, sin perder el humor, mostrando la le?era que ¨¦l mismo construy¨® con vigas de metal que se trajo de la mina. Rodeado de maderos, de pimientos sec¨¢ndose mientras cuelgan del techo, este jubilado sentencia: ¡°As¨ª, tall¨¢ndolos, me entretengo estos d¨ªas en los que no se puede hacer nada¡±.
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