Mezquita Catedral de C¨®rdoba, s¨ªmbolo de Paz
?D¨®nde est¨¢ pues el laicismo, la cultura, la civilizaci¨®n y sobre todo, d¨®nde han quedado los Derechos Humanos?
¡°Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz¡±.
Benito Ju¨¢rez
La memoria de los pueblos se forja con largos periodos de convivencia pac¨ªfica, salpicados ocasional y regularmente por la guerra. Conflictos que la narrativa de los vencedores convierte en historia novelada, con h¨¦roes y villanos que obscurecen la memoria de la concordia.
Pese a milenios de convivencia mediterr¨¢nea, nuestra fr¨¢gil memoria de la paz se agita f¨¢cilmente con los fantasmas de las invasiones y la guerra. Eventos violentos que yacen en el subconsciente colectivo y se reavivan a la luz de tragedias como la del semanario Charlie Hebdo.
En Espa?a, la Mezquita Catedral de C¨®rdoba se ha convertido en v¨ªctima de una Iglesia Cat¨®lica que proyecta un profundo rechazo al islam. Una Iglesia que est¨¢ poco a poco eliminando los rasgos de identidad isl¨¢mica de la Mezquita, como hizo con el legado jud¨ªo y sefard¨ª en otros lugares, llegando hasta el extremo de eliminar el nombre Mezquita de su denominaci¨®n.
Fue Mezquita de C¨®rdoba durante siglos, ahora rebautizada por esta Iglesia como Catedral de C¨®rdoba. As¨ª, sin m¨¢s
Fue Mezquita de C¨®rdoba durante siglos, ahora rebautizada por esta Iglesia como Catedral de C¨®rdoba. As¨ª, sin m¨¢s, con el benepl¨¢cito del Estado y la aquiescencia de los representantes pol¨ªticos de la ciudadan¨ªa.
Es f¨¢cil amedrentar a una Espa?a empobrecida econ¨®mica, pol¨ªtica y culturalmente, resucitando el mito del invasor forjado tras la conquista de Granada en 1492. Ello, unido a la grave situaci¨®n de deuda que vive la ciudadan¨ªa y a la falta de empleos dignos, crea un campo de cultivo ideal para ideolog¨ªas radicales que fomentan la xenofobia y la intolerancia religiosa.
Aunque el art¨ªculo 16 de nuestra Constituci¨®n garantiza la libertad religiosa y proh¨ªbe la confesionalidad del estado, el problema de la Mezquita Catedral de C¨®rdoba ha puesto de manifiesto el poder de la intolerancia religiosa y el estatus cuasi-confesional de nuestro Estado que apoya incondicionalmente a la Iglesia Cat¨®lica. ?D¨®nde est¨¢, pues, el laicismo, la cultura, la civilizaci¨®n y, sobre todo, d¨®nde han quedado los Derechos Humanos?
Mientras la igualdad y la solidaridad van tomando tintes de utop¨ªa, la libertad de expresi¨®n y manifestaci¨®n est¨¢ siendo severamente penalizada. Pero es la falta de respeto a la libertad religiosa y de conciencia la que en estos momentos comienza a enfrentar a la ciudadan¨ªa en relaci¨®n a sus creencias.
La historia y el legado andalus¨ª como civilizaci¨®n de concordia ha de ser reivindicado como parte de nuestra memoria
Despojada de la imaginer¨ªa popular del Al-Andalus m¨ªtico y ¨¢rabe, la historia y el legado andalus¨ª como civilizaci¨®n de concordia ha de ser reivindicado como parte de nuestra memoria. Y conviene reivindicarlo cuando el paradigma de esta Mezquita Catedral de C¨®rdoba, s¨ªmbolo de la convivencia pac¨ªfica entre el cristianismo, el islam y el juda¨ªsmo, est¨¢ en peligro.
Pensar en la Mezquita de C¨®rdoba es recordar un legado multicultural, diverso y rico intelectualmente. Es pensar en Averroes, Maimonides, Ibn Gabirol, Avicenas, Ibn Arabi, Ibn Khaldum, Ibn Hazm y tantos otros miles de cient¨ªficos y fil¨®sofos Andaluces. Pensar en la Mezquita es pensar en las m¨²ltiples escuelas del juda¨ªsmo, el islam, el cristianismo y tambi¨¦n en agn¨®sticos ilustres que se sirvieron de ella para difundir sus ideas.
Es imposible conocer con exactitud c¨®mo fue aquella edad de oro de C¨®rdoba, pero el s¨ªmbolo permanece en nuestra memoria y en el imaginario colectivo de millones de ciudadanos ¨¢rabes, jud¨ªos, cristianos y musulmanes.
La Mezquita Catedral de C¨®rdoba debe superar las rencillas pueblerinas y volver a ser un monumento de titularidad p¨²blica, gestionado por la ciudadan¨ªa y convertido esta vez en un s¨ªmbolo de paz, un paradigma de concordia y civilizaci¨®n.
Este s¨ªmbolo de paz representado por la Mezquita Catedral de C¨®rdoba podr¨ªa colocar a Espa?a en primera l¨ªnea internacional. Posibilitando que nuestro pa¨ªs se convirtiese en un referente para fomentar el di¨¢logo y cooperaci¨®n entre las tres grandes religiones si tan s¨®lo existiese la voluntad pol¨ªtica para ello.
Le¨®n Fernando del Canto es Abogado en Espa?a y Barrister en el Reino Unido en Del Canto Chambers.
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