Un regalo de pl¨¢stico envenenado
Blesa y Rato presentaron las tarjetas ¡®black¡¯ como un sistema en apariencia legal para adormecer conciencias
?C¨®mo se convence a 27 consejeros conservadores, progresistas, liberales, comunistas, directivos del Real Madrid y empresarios para que gasten 15,5 millones con una tarjeta sin pagar a Hacienda, sin dar cuentas a nadie y sin temor a ser descubiertos? ?C¨®mo se hace creer a un ex secretario de Estado de Hacienda (Estanislao Rodr¨ªguez Ponga) que existe un pacto con la Agencia Tributaria que le permite gastarse 254.000 euros en asuntos personales sin tributar y que no se moleste en comprobarlo?
Los primeros 27 consejeros de Caja Madrid y Bankia imputados por el esc¨¢ndalo de las tarjetas black, de una lista de 82, han declarado al juez Fernando Andreu que llegaron a creer que lo que hac¨ªan estaba bien; que la entidad pagaba por ellos los impuestos de su retribuci¨®n en especie. La versi¨®n de que eran gastos de representaci¨®n ha tenido poca credibilidad ante el juez. No obstante, algunos confesaron sentirse ¡°inc¨®modos¡± con esta situaci¨®n, como admiti¨® Virgilio Zapatero, exministro socialista, que guard¨® recibos. Otros, como el empresario Javier L¨®pez Madrid, consejero delegado del grupo constructor OHL, confesaron su culpa: ¡°Es evidente que he hecho mal, pero pensaba que la tarjeta era de Caja Madrid. Durante tres meses mand¨¦ recibos, pero me insistieron en que no lo hiciera¡±, declar¨®. La mayor¨ªa, en privado, aun sostiene que la caja les asegur¨® que pod¨ªan gastar este dinero en lo que quisieran y entienden, por lo tanto, que no actuaron mal.
A ojos del fiscal, no todos son iguales. Alejandro Luz¨®n, tras escuchar los argumentos de cada uno y analizar su hoja de gastos, decidi¨® no pedir fianza civil para Juan Jos¨¦ Azcona (CC OO), que gast¨® 96.000 euros; Rodolfo Benito (CC OO, 146.600 euros); Gonzalo Mart¨ªn Pascual (UGT, 129.700 euros) y Guillermo Marcos (representante de las pymes 130.900 euros). Los cuatro explicaron que sus gastos estaban relacionados con su actividad sindical y profesional. Tampoco pidi¨® fianza para Carmen Cafranga, expresidenta de la Fundaci¨®n Caja Madrid, aunque en este caso se debe a que fue miembro de la comisi¨®n de control y no del Consejo. Gast¨® 175.200 euros ¡°en cualquier cosa¡±, declar¨®.
Miguel Blesa emple¨® una t¨¦cnica sutil y embaucadora para hacer caer en su red a personajes tan dispares, muchos de ellos sin ninguna necesidad econ¨®mica y con un alto nivel profesional que pusieron en juego por aceptar esta tarjeta. El presidente de Caja Madrid y despu¨¦s el de Bankia, Rodrigo Rato, vivieron unos pl¨¢cidos mandatos sin oposici¨®n a sus decisiones estrat¨¦gicas, en parte gracias a las black.
El sistema empezaba por las medias verdades: ¡°La caja paga los impuestos que corresponden a cada uno¡±, coment¨® Jos¨¦ Manuel Fern¨¢ndez Norniella, (PP), ex vicepresidente de la entidad. Este fue la defensa m¨¢s utilizada ante el juez Andreu. Sin embargo, ninguno ha explicado ¡ªni el propio Rodr¨ªguez Ponga¡ª por qu¨¦ no comprob¨® que los gastos no se inclu¨ªan en el certificado de retenciones que la caja les entregaba cada a?o como justificante de los ingresos por dietas.
Es cierto que la caja era la titular de la tarjeta e intentaba deducirse los gastos ante Hacienda, que se los admiti¨® en un 66% de los casos. ¡°Esto ratifica que Hacienda sab¨ªa lo que se cargaba en esta cuenta y no nos hizo ninguna inspecci¨®n a los consejeros¡±, dice ahora uno de los que ha declarado, que pide el anonimato. Sin embargo, Hacienda explica que el inspector no buscaba malas pr¨¢cticas personales sino solo de la sociedad, a la que mult¨®.
Seg¨²n los consejeros, Enrique de la Torre, exsecretario del consejo con Blesa, repiti¨® a todos los consejeros, siempre de forma verbal, que hab¨ªa un acuerdo con la Agencia Tributaria, para dar apariencia de legalidad a la irregular situaci¨®n. Pero cualquier persona que se hubiera molestado en indagar m¨¢s hubiera podido llegar a la conclusi¨®n de que si los gastos eran personales, se trataba de una retribuci¨®n en especie y, por lo tanto, sujeta a tributaci¨®n individual en el IRPF.
Andreu ha desenmascarado esta teor¨ªa con algunas preguntas. Luis Blasco, presidente hoy de Telef¨®nica Argentina y directivo del Real Madrid, justific¨® los 51.689 euros que gast¨® en que no ten¨ªa ¡°secretaria, despacho, coche, tel¨¦fono y dem¨¢s atenciones¡±. Sin embargo, no explic¨® por qu¨¦ us¨® la tarjeta para compras en Giorgio Armani, Loewe Mujer, comidas de m¨¢s de 1.000 euros y otros dispendios. Una vez que la empezaron a usar con estos fines, eran rehenes de los m¨¢ximo dirigentes de la entidad.
Otra clave fueron los pactos de silencio: ¡°Cuando pregunt¨¢bamos en el Consejo por su funcionamiento, nos dec¨ªan que de estos temas se hablaba en privado¡±, coment¨® Alberto Recarte (PP), expresidente de Libertad Digital. Se hablaba de uno en uno de los l¨ªmites de gasto de las black, algo que pod¨ªa haber levantado sospechas sobre su legalidad. Se hac¨ªa individualmente porque unos ten¨ªan 50.000 euros anuales (los jefes de fila de partidos y sindicatos) y otros 5.000 euros, y prefer¨ªan que estas diferencias no se supieran. El secretismo era grande en Caja Madrid: ¡°ni en la Comisi¨®n de Retribuciones se hablaba del sueldo del presidente¡±, relat¨® Antonio Romero, exconsejero nombrado por el PSOE.
Las complicidades rodearon siempre a las tarjetas opacas. Se implantan con la llegada de Blesa a la presidencia en 1996 gracias a un pacto de PP, IU y CC OO. Blesa recompensa los apoyos con los que echa a Jaime Terceiro. Poco a poco, las tarjetas pasan de tener un gasto mensual medio inferior a 300 euros hasta superar los 2.000 euros con Rato en la presidencia. Tambi¨¦n se acab¨® con el control de los justificantes.
Y Blesa no podr¨¢ decir que desconoc¨ªa c¨®mo funcionaban estas tarjetas. El 30 de octubre de 1995, antes de tomar el mando, asisti¨®, junto a Esperanza Aguirre, a un Consejo de la caja en cuya acta queda bien claro que las tarjetas visa de que disfrutan los consejeros se destinan ¨²nicamente a gastos de representaci¨®n. As¨ª lo puso de relieve Jaime Terceiro en su declaraci¨®n, en este caso como testigo, ante Andreu: ¡°Estos gastos estaban sujetos a un doble control: el del secretario ?ngel Montero, que fiscalizaba minuciosamente todos los justificantes de gastos, y el de la auditor¨ªa interna¡±.
Al margen del dinero de las tarjetas fantasma, todos los consejeros cobraron dietas mensuales de entre 6.729 y 14.319 euros, seg¨²n un correo electr¨®nico de Enrique de la Torre. Estas dietas ten¨ªan como funci¨®n compensar el esfuerzo y el riesgo que supon¨ªa la atenci¨®n a la caja, pero que les debi¨® parecer poca cosa. Y lleg¨® el desastre.
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