La caridad del vendedor de globos
Dos hombres est¨¢n en prisi¨®n en A Coru?a acusados de trata de seres humanos
¡°Esto es incre¨ªble. ?C¨®mo voy a maltratar a una persona mayor cuando podr¨ªa ser mi padre o mi abuelo? ?Eso no le entra en la cabeza a nadie!¡±. Como muchas personas que se sienten v¨ªctimas de una injusticia e impotentes ante la maquinaria legal, Andr¨¦s, de 27 a?os, casado y con tres hijos, vendedor ambulante de globos en A Coru?a, recurri¨® a la prensa. Era el pasado 9 de febrero y acababa de salir en libertad con cargos despu¨¦s de ser detenido por el presunto secuestro de un indigente.
Andr¨¦s se cit¨® aquel d¨ªa con una redactora del diario La Opini¨®n en un centro comercial, apareci¨® acompa?ado de otros dos sin techo y ofreci¨® su versi¨®n a la periodista. Cont¨® que hab¨ªa visto al indigente durmiendo entre cartones al lado de un s¨²per y que le ofreci¨® cama y comida en el poblado en el que ¨¦l viv¨ªa, ¡°a cambio de trabajo, claro¡±. Aleg¨® que, como el sin techo nunca hab¨ªa estado en un poblado, debi¨® de pensar que estaba secuestrado al ver ¡°a tanta gente y tantas chabolas¡±. ¡°Pero no era as¨ª¡±, insisti¨®. ¡°Recog¨ªa le?a y barr¨ªa la casa, no creo que sea para tanto. Viv¨ªa como viv¨ªamos nosotros y com¨ªa en casa. No lo ten¨ªamos discriminado¡±, prosigui¨® Andr¨¦s, mientras sus acompa?antes le daban la raz¨®n: ¡°Con nosotros siempre se porta muy bien¡±.
Los detenidos alegan que daban cama a los sin techo a cambio de trabajo
La polic¨ªa tiene, sin embargo, un relato muy distinto de lo sucedido. Y Andr¨¦s ha acabado ingresando en prisi¨®n sin fianza junto con otro miembro de su familia: ambos acusados de secuestrar y esclavizar a indigentes en dos poblados de A Coru?a.
El caso se hab¨ªa iniciado con una denuncia de la Cruz Roja a principios de febrero. Un usuario de la ONG, un hombre de unos 70 a?os que hab¨ªa estado desaparecido durante 15 d¨ªas, se hab¨ªa presentado para arreglar unos papeles acompa?ado de un hombre. Pero, ya a solas con la asistente social, confes¨® que estaba retenido contra su voluntad. La polic¨ªa que fue a detener a Andr¨¦s al poblado de la Conservera Celta, en A Coru?a, le encontr¨® una pistola. En otro sitio en el que hab¨ªa estado el indigente, en un asentamiento en Ledo?o, en el vecino municipio de Culleredo, hallaron a otros dos hombres que parec¨ªan estar en la misma situaci¨®n, pero que dijeron trabajar voluntariamente a cambio de comida y techo.
El 5 de marzo Andr¨¦s y otros cuatro miembros de su familia fueron detenidos en el poblado de Ledo?o. Y en esta ocasi¨®n Andr¨¦s y un cu?ado, Joaqu¨ªn, ingresaron en prisi¨®n sin fianza, acusados de los delitos de detenci¨®n ilegal, trata de seres humanos con fines de explotaci¨®n laboral, lesiones, amenazas con armas, robo con intimidaci¨®n, estafa continuada y otros contra la integridad moral. Las v¨ªctimas habr¨ªan sido el indigente que denunci¨® en Cruz Roja, los dos encontrados en Ledo?o, otros tres que, a ra¨ªz del registro del asentamiento, la polic¨ªa conjetura que pudieron escapar hace tiempo y otro m¨¢s localizado en el momento de las detenciones.
El informe policial sostiene que los hombres, siempre gente en estado de exclusi¨®n social, eran reclutados con la promesa de trabajar en ferias, pero despu¨¦s quedaban recluidos a la fuerza. ¡°A veces durante a?os, recibiendo agresiones f¨ªsicas y amenazas de muerte si intentaban escapar¡±, rezaba el atestado. Y a?ad¨ªa: ¡°Eran obligados a trabajar en jornadas maratonianas, construyendo edificaciones ilegales, recogiendo le?a y realizando todo tipo de actividades serviles, adem¨¢s de ejercer la mendicidad y recibir tratos inhumanos y degradantes¡±. Al acabar el d¨ªa, los indigentes eran encerrados bajo llave en barracas o caravanas, seg¨²n la versi¨®n policial. Los presuntos captores tambi¨¦n interven¨ªan en la solicitud de ayudas y prestaciones y se pon¨ªan como cotitulares en las cuentas bancarias en las que las ingresaban, o se hac¨ªan con las tarjetas de cr¨¦dito de las cuentas.
En lo que fue la Conservera Celta, bajo el puente de A Pasaxe sobre la r¨ªa de O Burgo donde se acaba A Coru?a, est¨¢ el ¨²ltimo asentamiento chabolista de la ciudad. Todav¨ªa quedan unas 30 familias por reubicar. ¡°Lo de los ¡®criados¡¯ es costumbre de los portugueses¡±, afirma un residente mientras observa c¨®mo arreglan una furgoneta. Los detenidos son gitanos portugueses, aunque, como Andr¨¦s, lleven desde los cuatro a?os en Espa?a o incluso hayan nacido aqu¨ª.
¡°El padre de ellos, Ra¨²l, los tra¨ªa de todas partes, muchos de Portugal, pero tambi¨¦n de Zaragoza. Hasta un negro lleg¨® a traer¡±, contin¨²a el aficionado a la mec¨¢nica. ¡°Ten¨ªan durmiendo a los criados en la caja de un cami¨®n. Se hicieron en Culleredo unos chal¨¦s que no los tienen los payos y se fueron hace meses, pero siguen empadronados aqu¨ª por si dan algo por irse. La ¨²nica que queda es la viuda, con su criado¡±.
¡ª ?La viuda?
¡ª S¨ª, la madre de ellos, la viuda de Ra¨²l. Tiene un criado, Manuel, muy mayor. Nosotros le decimos que para qu¨¦ sigue, pero ¨¦l dice que ad¨®nde va a ir y que no lo tratan mal.
¡°Aqu¨ª todos tienen ¡®acogidos¡¯, y los tuvimos toda la vida. Mi padre los recog¨ªa. Lo saben los vecinos y lo saben los asistentes sociales¡±, reconoce Elisa. ¡°Aqu¨ª¡± es el asentamiento de Ledo?o, formado por viviendas unifamiliares construidas sin permiso en terreno r¨²stico. Los residentes son en su mayor¨ªa feriantes, como Elisa, hermana de Joaqu¨ªn y cu?ada de Andr¨¦s. En el Ayuntamiento de A Coru?a niegan tajantemente que los servicios de bienestar tuviesen conocimiento de tal situaci¨®n. Elisa, al tel¨¦fono, hace la cuenta: ¡°Mi hermano ten¨ªa tres, pero uno se march¨® hace cuatro meses, y mi cu?ado ten¨ªa uno. Manuel es el de mi madre, yo ten¨ªa ocho a?os cuando mis padres lo acogieron¡±.
Elisa asegura que la polic¨ªa se desplaz¨® a Vigo para buscar a uno de los antiguos ¡°acogidos¡± para que denunciase a su hermano. ¡°Y eso que Joaqu¨ªn lo hab¨ªa recogido cuando estaba tirad¨ªsimo en Portugal¡±, dice, al tiempo que niega el resto de acusaciones que tienen entre rejas a sus familiares. ¡°Hay muchas cosas que dice la polic¨ªa que no concuerdan. Dorm¨ªan donde dorm¨ªan porque no tenemos casa para ponerles. Tambi¨¦n nosotros viv¨ªamos en chabolas y en remolques¡±, justifica la que asume la representaci¨®n de la familia. ¡°Tampoco sus cuentas estaban a nombre de mi hermano o mi cu?ado¡±, asegura. ¡°Les recog¨ªamos alg¨²n papel si no estaban, pero tambi¨¦n les ayud¨¢bamos econ¨®micamente¡±.
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