El jubilado espa?ol que liber¨® Par¨ªs
Rafael G¨®mez, de 94 a?os, es el ¨²nico superviviente que puede contar qu¨¦ hizo 'La Nueve' La compa?¨ªa de republicanos escolt¨® a De Gaulle en 1944 por los Campos El¨ªseos
Ca¨ªa la tarde del 24 de agosto de 1944 cuando los soldados de La Nueve, una compa?¨ªa de la Divisi¨®n Leclerc, entraba en Par¨ªs, por la Puerta de Italia, dispuesta a liberar la ciudad. Entre v¨ªtores de los parisinos, los combatientes callejearon para evitar a los alemanes hasta alcanzar el Ayuntamiento de la capital. Las campanas repicaron. Ellos cantaron Ay, Carmela. Eran republicanos espa?oles y entre ellos estaba Rafael G¨®mez. A sus 94 a?os, iba a ser un rey, el de Espa?a, el que ten¨ªa presvisto rendirle homenaje este mi¨¦rcoles en la capital francesa por aquella gesta. Es el ¨²nico superviviente que puede contarla. Vive modestamente en Longolsheim, a las afueras de Estrasburgo, la ciudad que G¨®mez tambi¨¦n liber¨® en ese principio del fin de la II Guerra Mundial.
G¨®mez ha tenido una vida extraordinaria y su longevidad ha querido que sea ahora el representante de La Nueve, esa compa?¨ªa admirada por su bravura, formada por 160 hombres, 146 de ellos espa?oles, la mayor¨ªa comunistas y anarquistas expulsados de su pa¨ªs. Hombres curtidos en la guerra civil que sufrieron el exilio, los campos de concentraci¨®n y la muerte. Al final de la II Guerra Mundial solo sobrevivieron diecis¨¦is, pero ganaron la batalla a los nazis y ahora Francia empieza a reconocer su val¨ªa.
En una pirueta del destino, Rafael G¨®mez, un republicano de coraz¨®n, iba a representar a La Nueve ante los Reyes de Espa?a en el homenaje previsto en Par¨ªs dentro de los actos de la visita de Estado cancelada tras la tragedia a¨¦rea de los Alpes. ¡°No hay m¨¢s remedio que pasar por ah¨ª¡±, bromea por tel¨¦fono desde su casa de Estrasburgo. En otra pirueta, iba a saludar al bisnieto de Alfonso XIII, a quien tambi¨¦n conoci¨® en su adolescencia, cuando ¡°le echaron de Espa?a y lo metieron en un barco¡±. Antes de eso, su propio padre, carabinero, sirvi¨® en la guardia del bisabuelo de Felipe VI.
Rafael fue movilizado en Espa?a con solo 17 a?os en la Guerra Civil. Al final de la contienda se exili¨® en el pa¨ªs vecino, donde sufri¨® los rigores del campo de concentraci¨®n de Saint Cyprian de la Francia colaboracionista de Vichy. Logr¨® salir con vida y refugiarse en Or¨¢n (Argelia). All¨ª terminar¨ªa formando parte de la 2? Divisi¨®n Blindada del legendario general franc¨¦s Philippe Leclerc. En esas colonias africanas anid¨® su leyenda y la de sus aguerridos soldados espa?oles. Quiz¨¢ porque, como el propio G¨®mez cuenta, el suyo era un batall¨®n de choque, siempre en primera l¨ªnea, sin retroceder un solo paso incluso ante enemigos supuestamente superiores. Fue entonces cuando Leclerc hizo su juramento de luchar hasta lograr poner la bandera francesa en la catedral de Estrasburgo. G¨®mez estuvo all¨ª. Hoy, muchos de sus vecinos desconocen su gesta. Ignoran que la libertad de que disfrutan se la deben en parte a un modesto zapatero de origen espa?ol ya retirado.
Los hombres de Leclerc fueron trasladados de Argelia a Marruecos y de all¨ª al sur de Inglaterra. Finalmente, a principios de agosto de 1944, cruzaron la Mancha y desembarcaron en Normand¨ªa. El camino hacia Par¨ªs registr¨® p¨¦rdidas dram¨¢ticas. Muchos compa?eros murieron en batalla, pero La Nueve fue la primera en llegar a Par¨ªs, el 24 de agosto de 1944. Al d¨ªa siguiente, escoltar¨ªan con sus veh¨ªculos blindados al general De Gaulle por los Campos El¨ªseos. ¡°Qu¨¦ satisfacci¨®n y qu¨¦ felicidad para aquellos espa?oles, combatientes de la libertad. Par¨ªs era un extraordinario s¨ªmbolo para ellos¡±, escribir¨ªa treinta a?os despu¨¦s otro legendario militar franc¨¦s que pele¨® junto a La Nueve, el capit¨¢n Raymond Dronne. Su hija, por cierto, quer¨ªa haber estado en el Ayuntamiento de Par¨ªs en el homenaje a Rafael.
Muchos parisinos creyeron que aquellos soldados eran franceses, pero sus veh¨ªculos luc¨ªan nombres tan expresivos como Ebro, Guernica, Teruel, Guadalajara, Don Quichotte¡ El hispanista Robert S. Coale cuenta en el ep¨ªlogo de La Nueve, del c¨®mic de Paco Roca: ¡°En mis primera investigaciones, me encontr¨¦ una curiosa fotograf¨ªa en color de los soldados en los Campos El¨ªseos en agosto de 1944. El uniforme era americano, pero sus veh¨ªculos llevaban nombres espa?oles y con el pu?o hac¨ªan el saludo del Frente Popular¡±.
G¨®mez no da importancia ahora a la gesta que vivi¨®. Tampoco le gusta dar detalles. ¡°Termin¨® bien, se gan¨® y estamos contentos¡±, dice y a?ade con amargura: ¡°Pero la guerra¡¡±. La periodista y escritora espa?ola Evelyn Mesquida ha relatado con detalle la historia en su libro La Nueve. Los espa?oles que liberaron Par¨ªs (Ediciones B) y sabe, tras entrevistar durante estos ¨²ltimos a?os a media docena de combatientes ¨Cla mayor¨ªa ya fallecidos-, que su trauma les empuja a silenciar lo ocurrido. Ella ha luchado para que Francia reconozca, aunque sea tarde, sus m¨¦ritos. Rafael fue uno de los que fue condecorado gracias a ella. ¡°Me hizo mucha ilusi¨®n que me nombraran caballero de la legi¨®n de honor¡±.
De aquellos 146 hombres solo quedan dos: Rafael G¨®mez y Luis Royo, pero este ¨²ltimo est¨¢ hospitalizado muy delicado de salud. Todos albergaron durante a?os el sue?o de volver a Espa?a para derribar a Franco. ¡°No hubo manera¡±, dice G¨®mez. Una vez que los republicanos espa?oles llegaron hasta el Nido de ?guilas, el refugio de Hitler, y una vez terminada la II Guerra, qued¨® sepultado el proyecto de seguir luchando contra el fascismo tambi¨¦n en el sur. ¡°Quer¨ªamos volver¡±, insiste G¨®mez.
Dice Mesquida que los de La Nueve son ¡°los hombres de las cuatro traiciones¡±. Las grandes democracias europeas abandonaron su causa, Francia les maltrat¨® al principio intern¨¢ndolos en campos de concentraci¨®n, no lograron el apoyo log¨ªstico para luchar contra Franco una vez derrotado Hitler y, finalmente, tambi¨¦n la Francia Libre de Charles De Gaulle, empe?ada en afrancesar la Resistencia y la liberaci¨®n, les conden¨® al silencio. Los mismos que escoltaron al general con sus banderas republicanas por los Campos El¨ªseos fueron luego conminados a abandonar sus estandartes. ¡°No guardo ning¨²n rencor¡±, asegura, sin embargo, G¨®mez.
Derrotado Hitler, Rafael G¨®mez volvi¨® a Argelia. All¨ª se cas¨® y tuvo cuatro hijos. En 1957 regres¨® a Francia, a Estrasburgo. El reconocimiento le llega a trav¨¦s de los libros que hablan de ¨¦l. Un paisano, Alfonso Viciana, acaba de publicar tambi¨¦n su historia. ¡°Estoy yo dentro¡±, explica, ¡°pero en casa nadie lo puede leer porque no saben espa?ol. Aqu¨ª hablamos una mezcla¡±.
Y si algo le hace ahora feliz es saber que la alcaldesa de Par¨ªs, la gaditana Anne Hidalgo, est¨¢ detr¨¢s del homenaje que le hab¨ªan preparado. ¡°Es hija de un republicano; como yo¡±.
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