Los ¡®mil y un¡¯ ingenios para colar droga por el aeropuerto de Barajas
Piernas postizas, disfraces, orquestas de ¡®boleros¡¯... La polic¨ªa sortea inventos y aprehende una tonelada de coca en 2014
Ven¨ªan de Per¨². ?l, franc¨¦s de unos 60 a?os, llevaba bast¨®n. Ella, francesa de una edad similar, iba en silla de ruedas. ?l dijo que estaba montando un restaurante en Lima, aunque fue incapaz de dar el nombre: ¡°A¨²n no lo he pensado¡±, acert¨® a decir a las preguntas del polic¨ªa. Ella simul¨® ser su mujer. Despu¨¦s ¨¦l, con 20 sellos en el pasaporte del mismo pa¨ªs latinoamericano, reconoci¨® que hab¨ªa sido toxic¨®mano toda su vida y que hab¨ªa conocido a su acompa?ante poco antes de tomar el vuelo hacia Madrid. Ella acab¨® confesando tambi¨¦n que no le conoc¨ªa de nada, pero que ten¨ªa un c¨¢ncer de pulm¨®n y quer¨ªa dejarle algo de dinero a su hijo. Entre los dos, camuflada en el asiento, respaldo y reposabrazos de la silla de ruedas, llevaban m¨¢s de siete kilos de coca¨ªna.
La gente menos sospechosa es la m¨¢s sospechosa
Tambi¨¦n hubo un alem¨¢n. Ten¨ªa unos 60 a?os y llevaba alzacuellos. Inmaculadamente vestido. Volaba desde Santo Domingo, donde asegur¨® que resid¨ªa. Antes de que le abriesen su maleta de mano y encontrasen junto a un ejemplar de la Biblia cinco ¡°ladrillos de coca¨ªna¡±, dijo que ven¨ªa a Espa?a a conocer a congregaciones eclesi¨¢sticas. No era cura pero el disfraz le hab¨ªa funcionado en otros pa¨ªses europeos. Era un vividor.
En otra ocasi¨®n llegaron dos j¨®venes venezolanos. Iban vestidos de estudiantes, con sus corbatitas, sus credenciales colgadas, sus logos universitarios bordados en las chaquetas. Dijeron que ven¨ªan a un curso en la Universidad pero cuando se bajaron los pantalones aparecieron sus piernas forradas con kilos de coca¨ªna.
Hubo hasta una orquesta venezolana de ¡®boleros¡¯: ¡°Las radiograf¨ªas mostraron que los supuestos m¨²sicos se hab¨ªan tragado kilos de bolas de coca¡±. Son todos casos narrados por el jefe del Grupo de Estupefacientes del aeropuerto de Barajas, donde en 2014 han aprehendido m¨¢s de una tonelada de ese polvo blanco tan cotizado en el mercado negro y han detenido a 364 personas, la mayor¨ªa procedentes de Latinoam¨¦rica.
2014 en 'vuelos calientes'
- La Polic¨ªa Nacional del Aeropuerto Adolfo Su¨¢rez Madrid-Barajas ha aprehendido casi una tonelada de coca¨ªna en 2014.
- 364 personas fueron arrestadas en un total de 339 intervenciones,
- Las incautaciones efectuadas el a?o pasado, vienen a sumarse a las realizadas en 2012 y 2013, acumul¨¢ndose en los tres ¨²ltimos a?os una cantidad superior a tres toneladas, concretamente 3.200 kilos, con un balance global de 1.152 detenidos.
- Tanto en 2012, como en 2013 y 2014, la mayor cantidad decomisada en el aeropuerto corresponde a coca¨ªna.
- En lo que va de a?o se han incautado ya 179 kilos de estupefacientes, de los que 175 lo son de coca¨ªna y 5 de hero¨ªna. Y se han efectuado ya 69 detenciones.
- Cinco son los pa¨ªses de los que habitualmente llega la droga en los denominados vuelos calientes. Colombia, Ecuador, Bolivia, Per¨² y Brasil son los pa¨ªses de origen en los que los narcotraficantes fijan su atenci¨®n para captar a personas que utilizar¨¢n como "mulas" para transportar la droga.
- Normalmente cada persona transporta alrededor de un kilo de sustancia estupefaciente camuflada de m¨²ltiples maneras.
- La media es de un detenido diario pr¨¢cticamente.
Todos han ido desfilando directamente desde la l¨ªnea de llegadas internacionales a prisi¨®n, por un delito contra la salud p¨²blica por el que les caen entre cuatro y nueve a?os. Detr¨¢s siempre hay una historia de desesperaci¨®n. Los correos de la droga ¡°son personas necesitadas, madres angustiadas, jubilados, gente sin oficio ni beneficio, exreclusos espa?oles que no han encontrado apoyo al salir de la c¨¢rcel en un pa¨ªs latinoamericano y acceden a las presiones de las organizaciones que les esperan a la salida como ¨²nica manera de conseguir pagarse el billete de regreso¡¡±.
Por la peque?a oficina del Grupo de Estupefacientes pasan cada d¨ªa decenas de personas y se controla el pasaje de entre 35 y 40 vuelos, con unos 200 pasajeros cada uno. Los 33 agentes que componen el equipo est¨¢n entrenados en observar a la gente, en captar su nerviosismo, una mirada esquiva, una indumentaria que no cuadra, unas zapatillas demasiado altas, un pelo demasiado voluminoso, ¡°algo raro¡±, ¡°algo que no encaja¡±¡ Al final, todo es intuici¨®n y oficio. ¡°Te equivocas muchas veces antes de acertar otras muchas¡±, dice un agente con 10 a?os de experiencia. ¡°Yo fallo m¨¢s que una escopeta de feria¡±, bromea un compa?ero reci¨¦n llegado.
Frente a la imagen del ¡°mangui¡±, el control se ejerce sobre personas que parecen normales o desvalidas, la gente menos sospechosa es la m¨¢s sospechosa. Las fotograf¨ªas en blanco y negro de los detenidos en los dos ¨²ltimos meses est¨¢n colgadas en el lateral de una estanter¨ªa de esta oficina en la que el trasiego de gente es continuo. Una pregunta directa mientras se controla el equipaje: ¡°?A qu¨¦ te dedicas?¡±. Una respuesta poco concreta: ¡°A todo y a nada, lo que sale¡±. Puede ser el comienzo de una entrevista m¨¢s a fondo, un cacheo, y del hallazgo posterior de la droga. No parece f¨¢cil inventarse un gui¨®n de vida convincente. Los arrestados son m¨¢s hombres que mujeres, pero las edades var¨ªan, no hay un patr¨®n establecido. Pero los ingenios para colar la droga parecen infinitos: en las plantillas de las zapatillas, en latas de conserva, en las tapas de libros infantiles, en bolsas de golosinas, en botes de cosm¨¦ticos, en cargadores de tel¨¦fonos, en pr¨®tesis mamarias o piernas ortop¨¦dicas, adosadas a los gl¨²teos, en extensiones del pelo, impregnada en ropas...
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