La tapadera

¡°Todo el mundo lo sabe, nada ha sido sencillo, creo que no hay casi nada que no nos haya pasado, aunque no s¨¦ si retirar esta afirmaci¨®n porque cualquier cosa puede suceder en el futuro¡±, declar¨® Mariano Rajoy en Alicante el pasado domingo, sin hacer referencia al innombrable, Rodrigo Rato. Por tanto, a la luz de los pagos a Federico Trillo y a Vicente Mart¨ªnez Pujalte, ha acertado: tiene que retirar su afirmaci¨®n.

Ambos tienen una coartada similar. Han declarado al Congreso tener un bufete y una sociedad, respectivamente. Con esto creen haber cumplido con sus obligaciones. No han enga?ado a nadie. Pero no es tan sencillo. Porque a trav¨¦s de su bufete y sociedad no declaran al Congreso cada uno de sus clientes. Y los asesoramientos verbales son una forma de presentar su contrataci¨®n a sueldo de las empresas. Vivimos en un sistema econ¨®mico que tiene nombre: capitalismo. ?Para qu¨¦ va a pagar una empresa a un diputado o a un senador? ?Para escuchar sus inteligentes y agudos consejos? ?Rentabiliza de esa manera una empresa el dinero que paga?

Los se?ores diputados cobraban sueldos equivalentes a un trabajo asalariado estable a tiempo completo presentado bajo el disfraz de asesor¨ªas. Federico Trillo ha coordinado estos a?os la defensa de los imputados en la trama G¨¹rtel, ha presentado en defensa de los ahora acusados, querellas por prevaricaci¨®n contra jueces y ha mancillado el nombre de las dos fiscales que a duras penas se abrieron camino en la ci¨¦naga de G¨¹rtel: Miriam Segura y Concha Sabadell. Ellas no estaban en la trama contra el PP, como sugiri¨® Rajoy en su d¨ªa, sino que investigaban la trama del PP. Vicente Mart¨ªnez-Pujalte ha sido el buf¨®n solidario y comprensivo con una gran parte de imputados y part¨ªcipes a t¨ªtulo lucrativo del PP. ?Por qu¨¦ no iba a serlo si ¨¦l mismo se comportaba de la manera que ahora sabemos, si ¨¦l mismo ten¨ªa una conducta que era la repera patatera, que dir¨ªa el se?or Men¨¦ndez? Diputados cobrando sueldo de empresas. No tiene justificaci¨®n alguna. El enriquecimiento injustificado es un delito en otros pa¨ªses. En Espa?a, no. En nuestro ordenamiento, siempre ha sido visto como una figura penal re?ida con la presunci¨®n de inocencia. Porque se invierte en este delito la carga de la prueba. Es el imputado/acusado el que tiene que probar la justificaci¨®n de su enriquecimiento. Pero hemos cruzado hace mucho ya el Rubic¨®n. Y es hora de que esta figura se incorpore m¨¢s pronto que tarde a nuestro C¨®digo Penal. Mar¨ªa Dolores de Cospedal ha repetido un acto fallido al asociar PP y saqueo. Su subconsciente no ha podido tener m¨¢s sentido de la oportunidad.

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