Pactolog¨ªa
La negociaci¨®n andaluza est¨¢ revelando un exceso de rigidez disfrazada de firmeza ideol¨®gica
Las negociaciones para la investidura de Susana D¨ªaz en Andaluc¨ªa est¨¢n revelando falta de entrenamiento y de criterios en materia de pactos. Sobre todo, un exceso de rigidez disfrazada de firmeza ideol¨®gica, agravada porque desde que los sondeos detectaron un posible empate entre cuatro, nadie quiere ser tomado por bisagra. El primer problema planteado es a qui¨¦n corresponde la decisi¨®n sobre la pol¨ªtica de pactos. Durante a?os se consider¨® competencia de la direcci¨®n central de cada partido, a la que se reconoc¨ªa poder de veto sobre acuerdos que pudieran entrar en contradicci¨®n con su estrategia general. El PSOE ha decidido recientemente que las direcciones regionales tendr¨¢n autonom¨ªa para decidir, excepto para pactar con Bildu y con el PP. El paralelismo ha ofendido a los populares, que han recordado el ostracismo contra ellos decretado en su d¨ªa por los socios del tripartito catal¨¢n en los Pactos del Tinell: una exclusi¨®n que tuvo graves consecuencias para la tramitaci¨®n del nuevo Estatut y para las relaciones Catalu?a-Espa?a. Y descartar la posibilidad de una gran coalici¨®n PP-PSOE es ignorar que puede ser la ¨²nica f¨®rmula no estramb¨®tica que sume mayor¨ªa absoluta.
En toda Espa?a, y m¨¢s en Andaluc¨ªa, una mayor¨ªa se identifica con posiciones de centro-izquierda, y ese ser¨ªa un motivo para ensayar un acuerdo de gobernabilidad entre el PSOE (47 esca?os) y Ciudadanos (9). Se comprende la cautela de Ciudadanos ante el riesgo de que una parte de su electorado potencial lo interprete como un aval a la continuidad impune del partido de los ERE falsos; pero se equivoca el PP al decir que facilitar la investidura de D¨ªaz convertir¨ªa a Ciudadanos en agente de un pacto de ¡°todos contra el PP¡±; cuando es probable que sea pronto el ¨²nico aliado posible de los populares en otras muchas instituciones. Pero seguramente tambi¨¦n se equivoca?Ciudadanos al proclamar que solo participar¨¢ en Gobiernos que presida. Supondr¨ªa cerrarse el paso ante situaciones sin otra salida que compartir responsabilidades. Y tambi¨¦n hay m¨¢s rigidez que firmeza en los portavoces del PP que ahora dicen que ser¨ªa preferible una repetici¨®n electoral, que la de un Gobierno de Susana D¨ªaz. La diferencia de esca?os entre PSOE y PP hace improbable un cambio de los resultados que permita salir del bloqueo.
La investidura requiere tambi¨¦n la abstenci¨®n de Podemos. El estancamiento de este partido no s¨®lo deriva de sus querellas internas, sino de que un a?o despu¨¦s de su torrencial irrupci¨®n no haya sabido equilibrar la oferta de cambio radical con la de estabilidad y seguridad que demanda toda mayor¨ªa interclasista. Sumarse a la abstenci¨®n para evitar la repetici¨®n de las elecciones ser¨ªa una forma de acreditar en los hechos un comportamiento responsable compatible con la exigencia de contrapartidas razonables. Es decir, sin pretender que la minor¨ªa (15 esca?os) imponga su programa a la mayor¨ªa (47 esca?os), que es la primera regla de la pactolog¨ªa.
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