Cambiar caras, olvidar para qu¨¦

Desde este viernes, la publicidad pide el voto, pero llevamos semanas con candidatos bailando chotis, cantando rumbas, parodiando a sus adversarios y haciendo el rid¨ªculo para llamar la atenci¨®n. Y es que estamos en campa?a. Una campa?a que empez¨® con la convocatoria de las elecciones andaluzas y acabar¨¢ con un nuevo Gobierno en Espa?a. Nunca hab¨ªamos votado bajo los efectos de una crisis econ¨®mica tan traum¨¢tica, con tantos pol¨ªticos imputados y tanta desafecci¨®n e indignaci¨®n en nuestras calles. Una indignaci¨®n que expresamos con una volatilidad de nuestro voto, capaz de que, en apenas meses, aparezcan y desaparezcan partidos con posibilidades de formar Gobierno. Esta es la campa?a m¨¢s larga y dif¨ªcil desde que aprobamos la Constituci¨®n.

Es la oportunidad para que ejerzamos de ciudadanos, exijamos cuentas y compromisos

El voto a un alcalde o alcaldesa es un voto de confianza en su persona, el voto a un presidente o presidenta auton¨®mico est¨¢ m¨¢s relacionado con la simpat¨ªa hacia su partido. Y con la crisis, andamos mal de confianza y peor de simpat¨ªa. Quiz¨¢s por eso los candidatos olvidan decirnos para qu¨¦ quieren gobernar, ocultan las siglas y nos ofrecen un rap o una rumba, como para relajar la tensi¨®n.

Pero es que una campa?a exige tensi¨®n, no s¨®lo para saber qui¨¦n gana, sino para saber, para qu¨¦ se gana. ?Qu¨¦ cambios institucionales va a impulsar un candidato auton¨®mico para evitar bochornos como que un presidente de Diputaci¨®n juegue al Monopoly con dinero p¨²blico? Que nos diga al menos qu¨¦ controles han fallado. No basta con prometer que el nuevo presidente lo har¨¢ mejor. Los pol¨ªticos son seres racionales si hay controles. Si hay impunidad y no hay control, antes o despu¨¦s, lo racional (que no lo moral) es acabar metiendo la mano en la caja. Porque no s¨®lo fall¨® la instituci¨®n, fallamos los ciudadanos, que somos el principal control, pues nos olvidamos de pedir cuentas y elecci¨®n tras elecci¨®n renovamos mayor¨ªas a quien hoy est¨¢ en la c¨¢rcel o camino de ella.

Y la campa?a, esta larga y crucial campa?a, es el momento para que los candidatos hagan su trabajo y nos expliquen de forma cre¨ªble como mejoraremos nuestra convivencia, pero sobre todo, la campa?a es la oportunidad para que los ciudadanos ejerzamos de ciudadanos, exijamos cuentas y compromisos concretos que podamos reclamar, incluso en los tribunales, en lugar de dejarnos llevar, otra vez, por el rap, la rumba o el chotis.