Lecciones y paradojas del 24M
El PP, que ha ganado las elecciones, pierde la mitad del poder auton¨®mico y afronta una crisis interna similar a la de 2008
Los resultados de las elecciones auton¨®micas y locales del 24 de mayo han confirmado la tendencia de los ¨²ltimos 18 meses: los partidos tradicionales (PP y PSOE) siguen perdiendo fuerza en favor de los llamados emergentes (Podemos y Ciudadanos). Sin embargo, las alarmas que se encendieron en marzo en el establishment espa?ol, cuando las encuestas ofrec¨ªan un escenario de cu¨¢druple empate entre esas fuerzas pol¨ªticas, se han mitigado al encontrar populares y socialistas un suelo superior al de las elecciones europeas de 2014. El bipartidismo ha aguantado en el entorno del 55%, aunque los expertos advierten que si no hay una mayor reacci¨®n por parte de los tradicionales, el avance de las nuevas fuerzas pol¨ªticas puede ir cerrando la brecha a mayor velocidad que hasta ahora.
La primera conclusi¨®n del 24M es que los espa?oles apuestan por el cambio y que ese cambio supone una transformaci¨®n importante del mapa pol¨ªtico nacional y un giro hacia la izquierda. La crisis pol¨ªtica, econ¨®mica, social e institucional, unida a los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, han castigado al partido en el Gobierno y, en menor medida, a la primera fuerza de la oposici¨®n que, no solo no ha conseguido apropiarse de parte de los casi dos millones y medio de votos perdidos por el PP, sino que se ha dejado m¨¢s de 600.000 votos en las municipales. La aspiradora de Podemos y Ciudadanos ha absorbido buena parte de esos tres millones de sufragios, adem¨¢s de los ¡°robados¡± a Izquierda Unida y a UPyD.
Es significativo tambi¨¦n el vuelco que se ha producido en el Pa¨ªs Vasco y Catalu?a en las elecciones municipales. Mientras que el PNV ha sido el claro ganador en las principales ciudades vascas (ha consolidado su hegemon¨ªa en Bilbao y ha expulsado a Bildu de la alcald¨ªa de San Sebasti¨¢n), CiU ha reducido su poder municipal perdiendo el Ayuntamiento de Barcelona. El maridaje CiU-ERC ha favorecido a los m¨¢s independentistas, mientras que el divorcio PNV-Bildu ha dado m¨¢s fuerza a los primeros.
El PSOE ha tenido los peores resultados municipales y auton¨®micos de su historia pero recupera gobiernos en toda Espa?a
Hay, sin embargo, algunas paradojas del primer an¨¢lisis electoral. El PP ha ganado las elecciones municipales y auton¨®micas, pero perder¨¢ muchas de las grandes ciudades que controlaba y podr¨¢ mantener el poder territorial tan solo en cuatro autonom¨ªas (Madrid, Castilla y Le¨®n, Murcia y La Rioja), porque no ha conseguido revalidar ninguna de las ocho mayor¨ªas absolutas que alcanz¨® en 2011.
Ya se sab¨ªa que el Partido Popular era el que m¨¢s ten¨ªa que perder, porque part¨ªa de una situaci¨®n de ¨¦xito en las elecciones municipales, auton¨®micas y generales de 2011, que le otorgaron un poder in¨¦dito en Espa?a. Sin embargo, los estrategas populares pensaban que una campa?a basada en la mejora econ¨®mica y el miedo a la izquierda radical compensar¨ªan el castigo previsto por la desafecci¨®n ciudadana. La campa?a ha conseguido fijar un suelo de seis millones de electores y s¨®lo la movilizaci¨®n general de la derecha y el centro derecha podr¨ªa llevar al PP a ganar las elecciones en noviembre.
Para ello hacen falta ¡°medidas de renovaci¨®n y un mayor contenido pol¨ªtico en los mensajes para combatir el desapego provocado por la corrupci¨®n y la desigualdad¡±, seg¨²n se pone de manifiesto de un informe elaborado por el ¨¢rea de Asuntos P¨²blicos que la firma Llorente y Cuenca ha enviado a sus clientes empresariales.
El problema para los populares es que los resultados del 24M han abierto la v¨¢lvula de escape de una presi¨®n contenida durante a?os entre las distintas fuerzas del partido (el poder siempre da estabilidad interna) y se ha generado una crisis similar a la de 2008. Es habitual que cuando un partido pierde poder sus cuadros y dirigentes se pongan nerviosos; pero esta vez se est¨¢ produciendo una desbandada tan importante que va a obligar al presidente del Gobierno y del partido, Mariano Rajoy, a dar un golpe de efecto, como ya hizo en el congreso de Valencia de 2008. O eso, o corre el riesgo, no s¨®lo de perder las elecciones generales de noviembre, sino de tener que competir con Ciudadanos por la hegemon¨ªa del centro-derecha.
Podemos y Ciudadanos se enfrentan a su rev¨¢lida pol¨ªtica para ver si utilizan la llave para abrir o bloquear gobiernos
La paradoja en el PSOE es la opuesta: los resultados el 24M son los peores de su historia democr¨¢tica, pero por distintas carambolas les van a permitir recuperar buena parte del poder auton¨®mico y municipal perdido. Es indudable que el electorado ha dado un giro a la izquierda y Pedro S¨¢nchez quiere aprovechar esta oportunidad para consolidar su liderazgo ofreciendo a las bases cuatro o cinco gobiernos auton¨®micos y algunos de los grandes ayuntamientos espa?oles. La cuesti¨®n es saber c¨®mo valorar¨¢n los electores socialistas los pactos con Podemos.
S¨¢nchez y la mayor¨ªa de los barones socialistas han criticado el populismo de Podemos durante toda la campa?a. Adem¨¢s, son conscientes de que el objetivo de Pablo Iglesias, una vez ganada la OPA sobre Izquierda Unida, es seguir quitando votos al PSOE y convertirse en la alternativa de la izquierda. Por eso, la vieja guardia del partido est¨¢ alertando al nuevo secretario general sobre los peligros de los pactos con Podemos. Es dif¨ªcil renunciar a ocupar el poder, pero el abrazo del oso ha sido algo muy habitual y muy letal en la historia democr¨¢tica espa?ola. Adem¨¢s, un giro a la izquierda permitir¨ªa a Ciudadanos ocupar ese espacio de centro o centro izquierda que tradicionalmente ha dado la victoria electoral al PSOE y en el que han situado los electores al partido socialista.
Todo ello sin olvidar el enfrentamiento indisimulado entre Pedro S¨¢nchez y Susana D¨ªaz y el escenario de primarias dentro de mes y medio para elegir al candidato socialista a presidente del Gobierno.
Tampoco lo tiene f¨¢cil Podemos. Es verdad que sus resultados en las auton¨®micas confirman su tendencia electoral creciente y que tienen la llave para apartar al PP del poder en muchos gobiernos territoriales y ayuntamientos. Sin embargo, su doctrina fundacional les convierte en enemigos de ¡°la casta¡± que representa el PSOE, y abrirles todas las puertas podr¨ªa influir negativamente en su electorado. Por el contrario, bloquear la gobernabilidad, como llevan haciendo en Andaluc¨ªa desde marzo, tambi¨¦n les puede pasar factura.
Una posici¨®n delicada, que exige decisiones acertadas por parte de Pablo Iglesias si aspira a seguir ocupando un espacio que le asegure unos buenos resultados en noviembre. El debate entre socialdemocracia o izquierda radical y el aparente giro hacia el centroizquierda que han querido vender, se desmorona cuando en las entrevistas insisten en que no hay debate entre izquierdas o derechas, sino entre democracia y oligarqu¨ªa. Cuando olvidan ponerse la careta de Olof Palme les salen sus or¨ªgenes de izquierda anticapitalista y su estilo populista.
Podemos quiere apropiarse de los resultados en los ayuntamientos de Madrid y Barcelona, en donde han participado como una fuerza m¨¢s en candidaturas ciudadanas lideradas con personas con mucho tir¨®n popular. Incluso quieren imitar ese nuevo tono pol¨ªtico que ha llevado a Manuela Carmena a tener la probabilidad cierta de ser alcaldesa de Madrid. No hay que descartar que inicien una b¨²squeda de candidatas con tir¨®n para encabezar las listas en todas circunscripciones en noviembre.
Por ¨²ltimo, Ciudadanos tiene que aprobar el examen de rev¨¢lida pol¨ªtica. Han conseguido unos buenos resultados electorales y han hecho acopio de muchas llaves que pueden abrir o cerrar puertas al PP o al PSOE. Hasta el momento est¨¢n jugando al ¡°s¨ª pero no¡±, ofreci¨¦ndose a derecha e izquierda, pero llegar¨¢ un momento en que tendr¨¢n que fijar su posici¨®n: apoyo o bloqueo al PP o al PSOE, o mantenerse entre ambos como si la cosa no fuera con ellos. Las tres posturas tienen premios y castigos electorales.
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