Ser abogado de oficio... y que te toque G¨¹rtel

El abogado Juan Antonio Gragera se encontraba en su despacho preparando un escrito para un caso de divorcio. Era la tarde del 25 de septiembre de 2014. Sobre las ocho, la m¨¢quina del fax escupi¨® un documento en el que se le designaba oficialmente como abogado de oficio de un nuevo cliente. A Gragera le sonaba el nombre, quiz¨¢s alguna de las personas que hab¨ªa defendido desde que se diera de alta en el turno de oficio, en 1996. El letrado sigui¨® con su trabajo y decidi¨® mirar luego en su base de datos. Un rato despu¨¦s cay¨® en la cuenta de qui¨¦n era el cliente. Nervioso, sali¨® del despacho y estuvo una hora dando vueltas a la manzana. Ese fax iba a cambiar su vida.

El nombre que aparec¨ªa en el documento era Francisco Correa, el principal encausado en el caso G¨¹rtel. Su apellido, traducido al alem¨¢n, daba nombre al mayor caso de corrupci¨®n de los ¨²ltimos a?os. El abogado tardar¨ªa todav¨ªa unos d¨ªas en poner en cifras lo que se le ven¨ªa encima: siete a?os de instrucci¨®n, unos 700.000 folios de sumario en 2.000 tomos, 187 imputados y 147 comisiones rogatorias a 21 pa¨ªses distintos.

Gragera, de 48 a?os, relata el comienzo de esta historia en el despacho del bufete donde trabaja, en la calle Vel¨¢zquez, en Madrid. Aunque insiste varias veces en que no quiere hablar de su cliente, ha accedido a contar lo que supone para un sencillo abogado del turno de oficio de la Audiencia Nacional entrar en un caso de esa magnitud. ¡°En principio es un asunto m¨¢s. Pero me atasca el trabajo y tengo que hacer malabares para atender al resto de clientes¡±, dice.

Dificultades sin recursos

Como la mayor¨ªa de los letrados de oficio, este abogado madrile?o, con casi 25 a?os en la profesi¨®n, compagina su trabajo en el bufete con el del turno. Un tercio de sus defendidos son solicitantes de justicia gratuita que carecen de ingresos suficientes para pagar un abogado. Esa es tambi¨¦n la situaci¨®n de Correa, que tiene sus bienes embargados por la justicia. Su anterior letrado, el penalista Jos¨¦ Antonio Chocl¨¢n, uno de los m¨¢s prestigiosos de Espa?a, renunci¨® a su defensa al no poder cobrar su minuta.

Defender a Correa no le reportar¨¢ a Gragera muchos m¨¢s beneficios econ¨®micos que los que obtiene con casos sencillos del turno de oficio. Hasta la fecha, la Comunidad de Madrid le ha pagado 119,07 euros netos (147 brutos). Se los ingres¨® el 23 de marzo de este a?o, seis meses despu¨¦s de que empezara a trabajar. La cantidad supone un 70% del total de lo que cobrar¨¢ por llevar el caso (210 euros). El resto se lo abonar¨¢n cuando termine el procedimiento, aunque este se prolongue durante a?os. Entonces podr¨¢ solicitar un suplemento de 315 euros por tratarse de un caso especial, 19 euros por cada 1.000 folios de procedimiento y 57 euros por cada d¨ªa de vista judicial a partir de la tercera.

Es decir, Gragera cobrar¨¢ por defender a Correa 210 euros brutos m¨¢s una cantidad que a¨²n quedar¨ªa por determinar y que no es seguro que reciba. Los abogados de oficio del 11-M, por ejemplo, tras cuatro a?os siguiendo la macrocausa cobraron unos 12.000 euros. Las minutas de los abogados particulares en casos de corrupci¨®n est¨¢n en m¨¢s de 100.000 euros al a?o.

¡°Este caso necesita recursos econ¨®micos especiales¡± asegura Gragera. ¡°Para empezar, son muchos los desplazamientos que hay que hacer. Pero, sobre todo, lo que necesito es gente, compa?eros que me ayuden a revisar la cantidad de documentos de la causa y los que cada d¨ªa se generan. Tambi¨¦n necesitar¨ªa que me sustituyeran en mis otros asuntos cada vez que me citen en la Audiencia Nacional y cuando se vaya a celebrar el juicio. Eso me permitir¨ªa mantener el despacho abierto y atender al resto de clientes de oficio y de mi cartera particular¡±. A pesar de las dificultades econ¨®micas, el abogado de Correa encuentra algo positivo en su nueva situaci¨®n: ¡°Me lo tomo como un m¨¢ster. Es una gran formaci¨®n¡±.

Lo que m¨¢s le sorprendi¨® la primera vez que acudi¨® como abogado de Correa a la Audiencia fue la oficina en la que se segu¨ªa el caso. ¡°Vi un cartel en el que pon¨ªa la palabra G¨¹rtel. Me di cuenta de que hab¨ªa mucha gente trabajando exclusivamente en el caso. Yo no pod¨ªa competir con eso¡±, se?ala el abogado, que el d¨ªa antes del encuentro con este diario ha estado trabajando en una guardia del turno de oficio en la que ha atendido a cinco clientes distintos.

Solo revisar la documentaci¨®n que llega cada d¨ªa del caso G¨¹rtel le supone una hora de trabajo extra, seg¨²n sus c¨¢lculos. Se ve obligado adem¨¢s a utilizar los festivos y eso le resta tiempo para estar con su esposa y sus tres hijos.

Gragera ha solicitado recientemente al juez Jos¨¦ de la Mata que le conceda una pr¨®rroga de un mes para presentar el escrito de defensa de su cliente. En su petici¨®n se?alaba ¡°la extraordinaria complejidad del caso y la falta de medios t¨¦cnicos y econ¨®micos¡±. ¡°No creo que se est¨¦ vulnerando el derecho de defensa de mi cliente por tener un abogado de oficio¡±, dice en su despacho. ¡°Pero ese derecho no se garantiza si no te dan las mismas herramientas, y no las tenemos. No es lo mismo consultar toda la documentaci¨®n del caso en miles de folios que hacerlo con medios tecnol¨®gicos, algo con lo que s¨ª cuentan otros abogados particulares¡±.

Gragera ha relatado su situaci¨®n al Colegio de Abogados. Sus representantes han apoyado las demandas del turno y tratan de resolver con el Ministerio de Justicia algunos de esos problemas. Una docena de abogados de oficio se encuentran en una situaci¨®n similar a la de Juan Antonio Gragera. Les ha ca¨ªdo el G¨¹rtel. Los letrados se han reunido para coordinarse y tener una postura unitaria frente al tribunal. Cuando lleg¨® aquel fax, algunos compa?eros de Gragera le dijeron que no se preocupara; le animaron y le aseguraron que, con toda probabilidad, su cliente le pedir¨ªa la venia para pasar a ser defendido por otro letrado particular. Hace ocho meses de eso. Por ahora, ¨¦l es el ¨²nico encargado de defender a Francisco Correa.