El m¨¦dico que recetaba a los muertos
El fiscal pide 10 a?os de c¨¢rcel a un doctor por tr¨¢ficar con morfina que prescrib¨ªa a pacientes, algunos fallecidos
A Santiago Guti¨¦rrez Brodard, m¨¦dico pluriempleado en dos residencias y varias mutuas asturianas, se le fue la mano con la morfina. ?l solo, desde dos geri¨¢tricos de Langreo y Oviedo, prescribi¨® ocho veces m¨¢s cloruro m¨®rfico Braun 2%, nombre t¨¦cnico de la droga, que todas las unidades del dolor y de cuidados paliativos de la sanidad p¨²blica asturiana. A pacientes vivos. Y tambi¨¦n a muertos. Su hiperactividad prescribiendo morfina desat¨® las alertas del Gobierno del Principado, que en junio de 2013 present¨® denuncia ante la fiscal¨ªa. Se trata de un opi¨¢ceo que solo se puede expedir con recetas y que fuera de ese circuito es perseguido como narcotr¨¢fico.
Brodard, muy desmejorado, daba vueltas el pasado mi¨¦rcoles a su bol¨ªgrafo sentado en el banquillo de la secci¨®n tercera de la Audiencia Provincial de Asturias. Est¨¢ acusado de dos delitos de tr¨¢fico de drogas y falsedad documental. El ministerio p¨²blico pide para ¨¦l 10 a?os de c¨¢rcel y 134.000 euros de multa. Ana M¨¦ndez, la fiscal, lleva dos a?os investigando. El sumario retrata un rosario de anomal¨ªas en el comportamiento del sospechoso que no casan con la pr¨¢ctica habitual de los m¨¦dicos de los geri¨¢tricos.
La mayor parte de las c¨¢psulas (1.036 de los 1.500 envases) que recet¨® entre 2011 y 2013 llevaban el nombre de una paciente con hernia lumboci¨¢tica que, seg¨²n declararon otros m¨¦dicos en el juzgado, no precisaba ese tratamiento. Era la madre de Brodard. El acusado declar¨® en el juicio que entre 2011 y 2013, la mujer ten¨ªa una enfermedad cr¨®nica con crisis peri¨®dicas que hac¨ªan imprescindible la morfina. Pero cuando arranc¨® la investigaci¨®n, su madre, que ten¨ªa prescritos 252 envases en 2011, 198 en 2012, y 70 en 2013, dej¨® de necesitarla.
?No era una enfermedad cr¨®nica?, pregunt¨® la fiscal al acusado. ?La morfina cur¨® su enfermedad? ¡°A veces se diagnostica una enfermedad como cr¨®nica cuando dura m¨¢s de seis meses¡±, respondi¨® Brodard.
En la investigaci¨®n abundan los indicios de que Brodard recog¨ªa personalmente la morfina que ¨¦l mismo recet¨® a pacientes, vivos y muertos, en los geri¨¢tricos donde trabaja, present¨¢ndose con sus carn¨¦s de identidad en las farmacias. Y que nadie, ni las enfermeras de las residencias ni los m¨¦dicos de la Seguridad Social asignados a los enfermos, tuvieron noticias de que estaban recibiendo esas inyecciones. La fiscal¨ªa sostiene que fueron prescripciones falsas para revender la droga en el mercado negro: 15.000 dosis valoradas en 55.000 euros. Y reclama su inhabilitaci¨®n.
"Un problema de almacenaje"
En la primera vista del juicio, el sospechoso neg¨® que traficase con morfina y aleg¨® que la ingente cantidad de morfina recetada se explica ¡°por un problema de almacenaje¡±. Como ¨¦l no dispon¨ªa de la caja fuerte que s¨ª tienen los hospitales, al final del d¨ªa destru¨ªa los envases. ¡°Si utilizaba una c¨¢psula, el resto [cada envase trae 10 y ¨¦l los prescrib¨ªa de dos en dos] las tiraba. No quer¨ªa dormir con eso en casa¡±, cont¨® a la juez.
?No deb¨ªan conocer esos tratamientos los m¨¦dicos de cabecera o las enfermeras, si usted se iba de vacaciones a la Rep¨²blica Dominicana?, inquiri¨® la fiscal. ¡°Yo estoy siempre trabajando¡±, replic¨® el acusado, ante el pasmo general de la sala. Brodard explic¨® que si nunca incluy¨® la morfina en las pautas de medicaci¨®n de las enfermeras fue porque prefer¨ªa pinchar ¨¦l mismo a sus pacientes. ¡°Para hacerlo con m¨¢s cari?o, con unas agujas m¨¢s finas que solo ten¨ªa yo¡±. Defendi¨® que si alguna vez extendi¨® recetas a pacientes muertos, fue porque no ten¨ªa noticias del fallecimiento, o bien lo atribuy¨® a ¡°errores¡±.
Brodard tambi¨¦n despleg¨® una tesis para justificar por qu¨¦ nadie en la sanidad asturiana ha recetado tanta droga como ¨¦l. ¡°Mis compa?eros tienen fobia a la morfina, que no es ninguna bestia¡±, aleg¨® recordando que en los geri¨¢tricos era ¨¦l quien ve¨ªa a los pacientes en el d¨ªa a d¨ªa.
Silencio en las residencias de ancianos
En las dos residencias de Langreo y Oviedo donde sigui¨® trabajando hasta el mismo d¨ªa del juicio, todos callan. Nadie sabe nada. Nadie intuy¨® mala praxis. La ¨²nica voz que emerge en medio del atronador silencio es la de Jos¨¦ Pedro Gonz¨¢lez Abella, gerente del geri¨¢trico Casta de Langreo, durante el juicio. El directivo calific¨® de pr¨¢ctica normal que el m¨¦dico recogiese en las farmacias la morfina de los pacientes incapacitados aunque el resto de los f¨¢rmacos los tramitase el departamento de administraci¨®n. Y no vio inconveniente en que el acusado pinchase directamente a los pacientes la morfina, sin pasar por la enfermer¨ªa. Prest¨® testimonio a petici¨®n del abogado de la defensa, Ricardo ?lvarez-Buylla, un reputado penalista de Oviedo.
Fuera de la sala, nadie habla. En el Colegio M¨¦dico de Asturias, ning¨²n portavoz tiene nada que decir. Salvo el secretario, Francisco Fern¨¢ndez Guisasola, quien sostuvo en el juicio que nunca vio problema en seguir dispensando talonarios de recetas al investigado. Ni consider¨® censurable que el m¨¦dico llevase encima dos envases con veinte dosis en su malet¨ªn o se recetase a s¨ª mismo. La comisi¨®n deontol¨®gica del colegio profesional determin¨® que la forma de actuar del sospechoso no era ¡°lo ordinario¡±, pero que ¡°pod¨ªa encuadrarse perfectamente en la buena praxis¡±, seg¨²n figura en un informe aportado al juez.
La doctora de cabecera de una paciente que supuestamente recib¨ªa inyecciones de morfina en el geri¨¢trico certifica que nunca supo que se le estaba dispensando ese f¨¢rmaco, y que aunque el m¨¦dico de la residencia no estuviera obligado, podr¨ªa hab¨¦rselo comunicado ¡°por cortes¨ªa¡±. La defensa intenta desmontar la acusaci¨®n de tr¨¢fico de drogas. Sin movimientos de cuentas ni pinchazos telef¨®nicos, no hay caso, alega. Y pregunta c¨®mo el acusado pudo seguir prescribiendo el cloruro m¨®rfico tras saberse investigado sin que ni la Consejer¨ªa de Sanidad ni la fiscal¨ªa ni el colegio m¨¦dico lo apercibiesen.
El juicio est¨¢ suspendido hasta el 25 de junio. Faltan por comparecer tres m¨¦dicos de familia que trataban a los pacientes y tampoco sab¨ªan nada de la morfina.
M¨¢s dosis que toda la sanidad p¨²blica asturiana
El m¨¦dico acusado de narcotr¨¢fico precribi¨® en 2010 516 envases, dos por receta, con diez c¨¢psulas de cl¨®ruro m¨®rfico cada uno.
En 2011 prescribi¨® 420 envases, 252 a nombre de su madre, que sufr¨ªa una hernia lumboci¨¢tica.
En 2012 recet¨® 430 veces el cloruro m¨®rfico y 198 fueron tambi¨¦n para su madre.
En 2013, el a?o en que se supo investigado, el m¨¦dico acusado de narcotr¨¢fico firm¨® 108 recetas, de las que 70 eran para su madre. A partir de ese a?o, ya no volvi¨® a prescribirle morfina a su madre.
El 19 de mayo de 2012 recet¨® dos envases a un paciente fallecido nueve d¨ªas antes.
Seg¨²n record¨® la fiscal del caso durante la primera jornada del juicio, el m¨¦dico prescribi¨® ¨¦l solo ocho veces m¨¢s morfina que todas las unidades del dolor y de cuidados paliativos de la sanidad p¨²blica asturiana.
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