Laboratorio pol¨ªtico de la democracia
Los datos comparados apuntan a que la existencia de una crisis econ¨®mica no es una condici¨®n suficiente pero s¨ª muy importante para un incremento de la insatisfacci¨®n
?Por qu¨¦ la desafecci¨®n ante la democracia es tan superior en Espa?a al resto de pa¨ªses europeos? Cuando los historiadores hagan el balance de la Gran Recesi¨®n en un pa¨ªs como el nuestro encontrar¨¢n dos elementos que lo distinguir¨¢n de su entorno geogr¨¢fico, y que posiblemente est¨¦n concatenados: elgigantesco volumen de desempleo y una percepci¨®n ciudadana muy mayoritaria de que la joven democracia, que naci¨® a finales de los setenta, no funciona bien, y que ese deterioro se expande con una enorme rapidez. Al estudio de esta segunda caracter¨ªstica de la crisis dedica una buena parte de sus p¨¢ginas el Informe sobre la Democracia en Espa?a 2015 (IDE 2015), que desde hace nueve a?os elabora la Fundaci¨®n Alternativas.
En el ¨²ltimo bar¨®metro del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) en el que se incluyeron preguntas espec¨ªficas sobre este asunto, en (no deja de ser sorprendente que luego no se hayan hecho), siete de cada 10 ciudadanos estaban poco o nada satisfechos con el funcionamiento de la democracia en Espa?a: el 48% de los encuestados se sent¨ªan poco satisfechos y un 20% adicional, nada satisfechos. Antes de la crisis ocurr¨ªa al rev¨¦s: el porcentaje de personas satisfechas era tradicionalmente muy superior. Esto cambia a partir de 2008, por lo que no es dif¨ªcil relacionar esta evoluci¨®n con la crisis econ¨®mica y su gesti¨®n.
Los datos se hacen m¨¢s concluyentes si se tienen en cuenta los que proporciona la Encuesta Social Europea (una iniciativa del Comit¨¦ Permanente de la European Science Foundation): 1) Espa?a era el pa¨ªs con menor nivel de insatisfacci¨®n con el funcionamiento de la democracia tras los escandinavos, los m¨¢s avanzados; 2) desde el inicio de la Gran Recesi¨®n nuestro pa¨ªs se encuentra alineado en el nivel de insatisfacci¨®n con los pa¨ªses del Este de Europa, en general los m¨¢s retrasados, y m¨¢s de 20 puntos por encima de la media europea; 3) ning¨²n pa¨ªs de la Encuesta (no hay informaci¨®n de Grecia) ha registrado un incremento tan abrupto del descontento con el funcionamiento de la democracia.
Los datos comparados apuntan a que la existencia de una crisis econ¨®mica no es una condici¨®n suficiente para un incremento sostenido de la insatisfacci¨®n (por ejemplo, no pasa as¨ª ni en Portugal ni en Irlanda). No es suficiente, pero es muy importante; seg¨²n el Eurobar¨®metro, esa satisfacci¨®n se redujo entre 2007 y 2011 en especial entre los pa¨ªses formalmente bajo condicionalidad del Fondo Monetario Internacional ¨CGrecia, Hungr¨ªa, Irlanda, Letonia, Portugal y Ruman¨ªa¨C, los pa¨ªses que m¨¢s han sufrido la presi¨®n de los mercados internacionales en el momento de financiar sus deudas ¨CGrecia, Portugal, Irlanda, Chipre e Italia¨C, y los pa¨ªses m¨¢s afectados por los efectos m¨¢s negativos de la crisis ¨CGrecia, Italia, Irlanda, Portugal y Espa?a-.
En esta insatisfacci¨®n no s¨®lo ha impactado una situaci¨®n econ¨®mica que ha deteriorado la vida cotidiana de los ciudadanos hasta extremos desconocidos en m¨¢s de una generaci¨®n sino tambi¨¦n la intervenci¨®n en los procesos democr¨¢ticos nacionales de instituciones internacionales y mercados. El manejo pol¨ªtico de la crisis ha exacerbado los efectos de la coyuntura y acent¨²a la escasa valoraci¨®n de la democracia. Los IDE de los a?os previos han constatado la vital importancia para la calidad de la gobernanza democr¨¢tica de aspectos como la existencia de instituciones que garanticen el imperio de la ley y favorezcan la buena distribuci¨®n de recursos, o la ausencia de corrupci¨®n y de esc¨¢ndalos.
El IDE hace todos los a?os una auditor¨ªa de la democracia espa?ola, a trav¨¦s de un grupo de expertos que la eval¨²an cuantitativamente contestando a 57 indicadores que miden aspectos esenciales para un ejemplar desarrollo del sistema democr¨¢tico, utilizando la metodolog¨ªa del Democratic Audit creado por la Universidad de Essex. Pues bien, ni la emergencia de dos nuevos partidos (Podemos y Ciudadanos) en el centro del sistema, ni la revitalizaci¨®n de la sociedad civil en varios sentidos (m¨¢s inter¨¦s por la pol¨ªtica, m¨¢s participaci¨®n...), ni el final de la recesi¨®n y la llegada del crecimiento a la econom¨ªa espa?ola, han supuesto una mejora en la evaluaci¨®n de los expertos, que otorgan una nota media de 5,2 sobre 10. Aprobado raspado. La misma que un a?o antes. Para ese centenar y medio de expertos hay un elemento negativo novedoso: los derechos sociales, que eran una de las fortalezas del sistema democr¨¢tico espa?ol, se convierten en una de sus debilidades. Y se mantiene la mayor parte de las tendencias negativas de los ¨²ltimos a?os: subordinaci¨®n del poder pol¨ªtico al poder econ¨®mico, corrupci¨®n, y una democracia menos inclusiva.
La conclusi¨®n del IDE es la siguiente: si el descontento con el rendimiento del sistema contin¨²a durante un tiempo prolongado (lo que se considera el apoyo espec¨ªfico al mismo) puede erosionar los v¨ªnculos m¨¢s profundos de los ciudadanos con los principios e instituciones (el apoyo difuso). Se pasar¨ªa entonces del malestar en la democracia al malestar con la democracia.
Joaqu¨ªn Estefan¨ªa es el director del Informe sobre la Democracia en Espa?a, de la Fundaci¨®n Alternativas.
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