Vigo tendr¨¢ las mismas camas tras abrir un hospital de 1.400 millones
La gesti¨®n de la obra estrella de Feij¨®o contribuy¨® al descalabro del PP en la ciudad con m¨¢s lista de espera de Galicia
La ¨²ltima vez que Alberto N¨²?ez Feij¨®o comprometi¨® su palabra con las 1.450 camas que deber¨ªa tener el nuevo hospital de Vigo fue el pasado 14 de mayo, en plena campa?a de las municipales. No era una promesa menor, sino un asunto central en el debate sobre la gran obra de su mandato, en la que aplic¨® las tesis de colaboraci¨®n p¨²blico-privada que ¨¦l mismo, presidente del Insalud en tiempos de Aznar, export¨® a tantos gobiernos del PP. Pasadas las elecciones, la palabra del presidente de la Xunta se ha llenado de matices, si no de una perfecta rectificaci¨®n: el hospital abrir¨¢ con solo 845, pasando a convertirse las 1.450 comprometidas en un objetivo difuso sin plazos concretos. Las nuevas camas y las de los centros antiguos que seguir¨¢n abiertas en Vigo suponen apenas ocho plazas m¨¢s que las que hab¨ªa hasta la fecha.
"En la mayor ciudad de Galicia, con un ¨¢rea sanitaria de m¨¢s de medio mill¨®n de personas, el nuevo hospital se esperaba como la soluci¨®n a sus end¨¦micos problemas con las listas de espera, las m¨¢s abultadas con diferencia de la comunidad aut¨®noma. Las grandes obsesiones de Feij¨®o durante sus siete a?os de Gobierno para con su proyecto estrella consistieron en convencer a los vigueses de que ni el hospital ser¨ªa privado, como denuncian la oposici¨®n y colectivos sanitarios de toda Galicia, ni bajar¨ªa una sola de las 1.450 camas prometidas. Ambas promesas quedan en entredicho, y han convertido lo que deber¨ªa ser un tanto pol¨ªtico, la apertura de un gran centro hospitalario, en un calvario para el Gobierno gallego.
"Del car¨¢cter privado o semiprivado hab¨ªa pocas dudas. Era la palabra de la Xunta contra la realidad de una obra repleta de sobresaltos que ha sido financiada y construida por la empresa concesionaria, por lo que el Gobierno gallego no hab¨ªa abonado ni un solo euro de sus presupuestos hasta este 2015. Es ahora, llave en mano, cuando comienza a satisfacer un canon al conglomerado de compa?¨ªas que explotar¨¢n sus servicios no sanitarios, entre las que, junto a Acciona, figuraban entre otras exparticipadas por la quebrada CAM y Bancaja.
A raz¨®n de 72 millones de euros durante un per¨ªodo de 20 a?os, la Xunta acabar¨¢ pagando 1.432 millones de euros, 1.000 millones m¨¢s de lo que hubiese costado de no haber paralizado Feij¨®o el modelo tal y como lo ten¨ªa encauzado el anterior Gobierno bipartito. "Al igual que el PP en Madrid y en otras comunidades donde gobierna, la Xunta siempre ha rechazado que se pueda calificar de otra forma que de p¨²blico al hospital, toda vez que los servicios sanitarios ser¨¢n prestados por el sistema gallego de Salud, el Sergas.
Eso s¨ª, el que pretend¨ªa ser el paradigma de la eficacia gestora de Feij¨®o, la demostraci¨®n de que para levantar infraestructuras sanitarias p¨²blicas en poco tiempo hay que encomendarse a la financiaci¨®n privada, se ha construido entre quiebras de empresas, paralizaciones de varios meses ¨Capenas disimuladas con el env¨ªo de retenes de tres o cuatro obreros¨C, constantes aplazamientos de la fecha de inauguraci¨®n, serias objeciones del Banco Europeo de Inversiones, ceses, dimisiones y protestas. "El otro gran debate, el del n¨²mero de camas, se ha resuelto solo despu¨¦s de las elecciones municipales, en las que el PP de Feij¨®o recibi¨® un severo castigo en Vigo, con la p¨¦rdida de casi la mitad de sus concejales. Y ah¨ª, entre la opacidad de los planes de la concesionaria, que redimension¨® a la baja el hospital sin contar con los servicios m¨¦dicos, y pese a la solemnidad con que el presidente y sus sucesivas consejeras de Sanidad prometieron las 1.450 camas, la Xunta ha acabado admitiendo lo que antes consideraba una difamaci¨®n. Eso s¨ª, entre encendidas defensas de las dimensiones de la nueva infraestructura sanitaria.
"Decir que la situaci¨®n no mejora es casi sonrojante, es no comprender absolutamente nada¡±, se defendi¨® esta semana el gerente del complejo hospitalario vigu¨¦s, F¨¦lix Rubial. "El alcalde de Vigo, el socialista Abel Caballero, que acaba de lograr una hist¨®rica mayor¨ªa absoluta, no ha dejado nunca de denunciar lo que considera una privatizaci¨®n sanitaria. Y sobre las camas, apenas ha dudado: ¡°La Xunta nos ha enga?ado de manera continua¡±.
¡°Es la mayor cat¨¢strofe sanitaria para esta ciudad, con la mitad de camas, sin laboratorio, un ¨¢rea reducida en 300.000 personas y adem¨¢s con la sospecha de cierre del Nicol¨¢s Pe?a¡±, ha denunciado Caballero. Porque entre las decisiones de la Xunta de Feij¨®o de los ¨²ltimos meses se encuentra la reducci¨®n de buena parte del ¨¢rea sanitaria para diversas especialidades, con la consiguiente p¨¦rdida de masa cr¨ªtica y presupuestos, y una abrupta reducci¨®n de camas durante el per¨ªodo de verano que hace temer incluso la clausura parcial, si no completa, de otros hospitales del complejo p¨²blico vigu¨¦s a la vuelta de las vacaciones.
"Claro que en Vigo, el debate sobre la privatizaci¨®n sanitaria viene de lejos, ya que, para mayor indignaci¨®n de las plataformas de defensa de la sanidad p¨²blica, la Xunta mantiene desde los a?os noventa un peculiar concierto instaurado por Manuel Fraga con un hospital privado, Povisa, para que atienda a 140.000 de sus habitantes. Se esperaba que el nuevo hospital acabase con esa anomal¨ªa, pero las esperanzas se desvanecieron el a?o pasado, cuando Feij¨®o renov¨® el concierto por una d¨¦cada a un precio de 75 millones de euros por a?o.
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