Juego sucio en la pol¨ªtica

Manuel Varela, candidato de Ciudadanos a la alcald¨ªa de Dos Hermanas (Sevilla), renunci¨® a su candidatura el mismo d¨ªa de las elecciones (24 de mayo). Un juzgado investiga ahora si fue v¨ªctima de un chantaje que usaba su vida privada como arma: o abandonaba, o un v¨ªdeo suyo consumiendo coca¨ªna ser¨ªa difundido ¡°masivamente¡±, seg¨²n cuenta en su denuncia.

No es un caso ¨²nico. Los partidos emergentes han atra¨ªdo a la pol¨ªtica a miles de personas sin trayectoria previa en la gesti¨®n p¨²blica. Igual que la direcci¨®n de Ciudadanos investig¨® las biograf¨ªas de sus candidatos, hubo otras personas, presuntamente con un inter¨¦s pol¨ªtico, que aprovecharon el anonimato de las redes para inundar Internet y las redacciones de los medios con v¨ªdeos comprometedores para algunos pol¨ªticos de nuevo cu?o. Hab¨ªa escenas en locales de striptease. Fotos con el brazo en alto sin ning¨²n contexto. Cortometrajes en los que se criticaba el curr¨ªculo del candidato. Los l¨ªmites entre la vida privada y la pol¨ªtica quedaron desdibujados en la pelea electoral.

Hay l¨ªmites al uso de datos de la vida personal y familiar en la pol¨ªtica. Uno de esos l¨ªmites est¨¢ en prevenir que la rivalidad pol¨ªtica degenere en la destrucci¨®n personal del adversario Manuel Toscano, profesor de ¨¦tica y filosof¨ªa pol¨ªtica

¡°En Espa?a nos encontramos en un momento de transici¨®n en c¨®mo enfocamos el modelo de ejemplaridad p¨²blica, y hay una situaci¨®n de cierto chantajismo, de una amenaza de usar tu conducta privada para liquidar tu vida p¨²blica y pol¨ªtica¡±, argument¨® ?ngel Valencia, catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de M¨¢laga y firmante del Manifiesto por la recuperaci¨®n de la ¨¦tica en la pol¨ªtica y la comunicaci¨®n. ¡°Debemos resituarnos¡±, a?adi¨®. ¡°En los pa¨ªses anglosajones, da igual lo que hagan los pol¨ªticos en su vida privada, pero se les pide un gran rigor en la vida p¨²blica¡±, sigui¨®. ¡°En Estados Unidos se penaliza que el pol¨ªtico se distancie de la normalidad en su vida privada, la mentira, y que lo que haga dificulte el ejercicio de su trabajo¡±, continu¨®. ¡°Aqu¨ª, en Espa?a, ni una cosa ni la otra. No tenemos muy claro qu¨¦ modelo de ¨¦tica p¨²blica tenemos¡±.

¡°A m¨ª, el proyecto pol¨ªtico me lo han asesinado¡±, explic¨® Varela, el candidato de Ciudadanos en Dos Hermanas, que antes fue concejal del PP. ¡°He vivido un momento duro, l¨ªmite. Ha sido brutal¡±. Su caso, sin embargo, no es ¨²nico, pese a que l¨®gicamente la mayor¨ªa no trascienden.

Hace siete meses, UPyD denunci¨® que estaba recibiendo emails an¨®nimos con informaci¨®n ¡°falsa¡± sobre la vida laboral de un concejal en el Ayuntamiento de Murcia, con la meta de que no volviera a ser su candidato a la alcald¨ªa. Un candidato de Ciudadanos en Almer¨ªa y otro en Valencia atribuyeron a ¡°intereses pol¨ªticos¡± que se aireara que estaban imputados por delitos que no tienen que ver con la corrupci¨®n, sino con su desempe?o profesional previo a la entrada en la pol¨ªtica. La publicaci¨®n de la grabaci¨®n de una conversaci¨®n privada entre el candidato de Ciudadanos en Navarra y un miembro del partido, de la que se pod¨ªa deducir que el primero ofrec¨ªa trabajo al segundo si dejaba la pol¨ªtica, provoc¨® una fuerte pol¨¦mica. Finalmente, EL PA?S pudo constatar que en 2015 hubo un intento de torpedear las negociaciones entre el PP y Ciudadanos en una Comunidad Aut¨®noma utilizando un informe sobre cap¨ªtulos de la vida del candidato que ten¨ªan ya m¨¢s de 20 a?os.

El juego sucio en pol¨ªtica cuenta hoy con el altavoz de las nuevas tecnolog¨ªas. Twitter, Facebook y YouTube permiten amenazar al rival pol¨ªtico con una difusi¨®n inmediata, global y viral

¡°Sin duda, las exigencias de privacidad de un ciudadano corriente no son las mismas que las de un candidato o un responsable pol¨ªtico en el ejercicio de su cargo¡±, opin¨® Manuel Toscano, profesor de ¨¦tica y filosof¨ªa pol¨ªtica. ¡°Eso ya lo se?alaban Warren y Brandeis, los juristas americanos que defendieron por primera vez el derecho a la privacidad. Pero, aunque controvertidos, hay l¨ªmites al uso de datos de la vida personal y familiar en la pol¨ªtica. Uno de esos l¨ªmites est¨¢ en prevenir que la rivalidad pol¨ªtica degenere en la destrucci¨®n personal del adversario¡±, argument¨®. ¡°Se percibe en la sociedad espa?ola una creciente demanda de ejemplaridad y de renovaci¨®n de la vida democr¨¢tica a la que hay que atender, sin duda. Esa demanda va dirigida principalmente al uso que los pol¨ªticos hacen de los cargos institucionales que ocupan y de los recursos p¨²blicos que administran¡±, recalc¨®. ¡°Y se refiere a lo que los cl¨¢sicos llamaban "virtud c¨ªvica": la b¨²squeda del bien com¨²n por encima de los intereses particulares o de partido¡±.

El juego sucio en pol¨ªtica cuenta hoy con el altavoz de las nuevas tecnolog¨ªas. Por eso proliferan las investigaciones preventivas en los propios partidos. Todos saben que Twitter, Facebook y YouTube permiten amenazar al rival pol¨ªtico con una difusi¨®n inmediata, global y viral.