Tocar dos teclas (clave)

Decir en un pa¨ªs que ha superado el 20% de paro tres veces en los ¨²ltimos 30 a?os que las pol¨ªticas de empleo no funcionan suena a obviedad. En cambio, la persistencia de esos dos datos (20%, 30 a?os), muestra que muchos gobiernos centrales y auton¨®micos han fracasado o fallado tratando de acabar con esa obviedad. Para hacerlo, el PSOE propone un programa que toca, entre otras cuestiones, dos puntos importantes de las pol¨ªticas de empleo: la eliminaci¨®n de las bonificaciones para estimular la contrataci¨®n y la descentralizaci¨®n de las prestaciones por desempleo para que las gestiones las comunidades aut¨®nomas.

Las autonom¨ªas gestionan las pol¨ªticas activas de empleo desde los a?os noventa y no se puede decir que hayan tenido un gran ¨¦xito

La primera propuesta arrancar¨¢, sin duda, aplausos entre los estudiosos del mercado laboral. La ineficacia de las ayudas a la contrataci¨®n (tanto si son bonificaciones como simples reducciones de cotizaciones) cuando se generalizan ¡ªeso es lo que sucede ahora y ha sucedido en el pasado¡ª est¨¢ demostrada por la literatura econ¨®mica desde hace a?os y admitida por casi todos los responsables pol¨ªticos. Raramente impulsan la contrataci¨®n y convierten en m¨¢s estables los empleos que se benefician de estas ayudas.

Pese a ello, a?o tras a?o la partida ronda los 3.000 millones de euros. Solo los recortes de 2012, que acabaron con buena parte de las bonificaciones, parecieron acabar con este error hist¨®rico. La partida se redujo casi a la mitad, pero ya al a?o siguiente super¨® los 2.000 millones. Para este a?o, los presupuestos esperan un gasto, de nuevo, superior a los 3.000 millones de euros.

Basta con ver los datos de colocaci¨®n: el 2,5% de trabajadores encuentra empleo a trav¨¦s de los servicios p¨²blicos

La otra tecla que plantea tocar el PSOE, que las autonom¨ªas gestionen las prestaciones por desempleo, es un cambio todav¨ªa m¨¢s profundo, pero le va a costar m¨¢s defenderlo. Las autonom¨ªas gestionan las pol¨ªticas activas de empleo (orientaci¨®n, formaci¨®n, b¨²squeda...) desde los a?os noventa y no se puede decir que hayan tenido un gran ¨¦xito. Basta con ver los datos de colocaci¨®n: solo el 2,5% de trabajadores encuentra empleo a trav¨¦s de los servicios p¨²blicos. Adem¨¢s, los casos m¨¢s grandes de fraude en la formaci¨®n continua y de parados (desde que se acab¨® con el Forcem) han aparecido en esas administraciones.

Desde luego, sacar adelante esta medida puede acabar con la situaci¨®n bipolar que se vive ahora en las oficinas p¨²blicas de empleo, en las que conviven los funcionarios estatales (encargados de la gesti¨®n de las prestaciones) con los auton¨®micos (responsables de las pol¨ªticas activas), y el l¨ªo que supone al parado saber a qu¨¦ ventanilla acudir. Y tambi¨¦n puede servir para adaptar mejor las pol¨ªticas activas ¡ªsi estas mejoran de una vez¡ª al desempleado. Pero tambi¨¦n es cierto que la bipolaridad podr¨ªa incluso multiplicarse si, siguiendo al archicitado Conde de Romanones (¡°hagan ustedes las leyes y ya me encargo yo de los reglamentos¡±), cada autonom¨ªa fija una instrucci¨®n para reconocer las prestaciones o las aplica de forma distinta, con m¨¢s o menos rigidez.