Historia de la cabina 7313U
Los tel¨¦fonos p¨²blicos comenzar¨¢n a desaparecer en 2017. La Puerta del Sol, con 12 aparatos, es uno de los n¨²cleos de resistencia de estos artefactos del siglo pasado
Hoy Winnie the Pooh se ha vuelto a cabrear con Pocoy¨®. Ha habido alg¨²n empuj¨®n, pero no ha llegado la sangre al r¨ªo como otros d¨ªas, cuando hubo que separar a alguno de los personajes que corretean por la Puerta del Sol hinchando globos para ni?os y disput¨¢ndose el territorio entre ellos de manera menos amigable. Hoy no estaba Hello Kitty, que seg¨²n cuentan dos prostitutos rumanos apostados en la salida del metro, es la m¨¢s violenta de todos. Pero a Minnie, asfixiada por el calor dentro de su traje de felpa, alg¨²n transe¨²nte le ha dado una colleja y est¨¢ llorando mientras la consuela Mickey. Sin embargo, por raro que parezca, lo realmente extra?o en este submundo del kil¨®metro 0 de Espa?a es que ayer tres personas descolgaron el auricular de la cabina 7313U, uno de los 12 tel¨¦fonos que soportan el vandalismo y un creciente desuso hasta que llegue su retirada en diciembre de 2016. Si es que el Gobierno no lo impide.
En una jornada de diez horas en Sol, solo tres personas la utilizaron
En Espa?a quedan 25.820 cabinas telef¨®nicas de las 100.000 que hab¨ªa en el a?o 2000. En los ¨²ltimos tres a?os la ca¨ªda interanual ha sido del 40%. Hoy son todas deficitarias. Y la Puerta del Sol es quiz¨¢ el lugar con mayor concentraci¨®n de estos artefactos del siglo pasado enterrados por los m¨®viles y los locutorios. La 7313U se encuentra justo enfrente del Palacio de Correos. Est¨¢ garabateada, tiene la chapa ro¨ªda y un sobre de k¨¦tchup vac¨ªo del Burger King. En los laterales luce el anuncio de una casa de cambio que paga 20 euros al d¨ªa por colocar ah¨ª su publicidad.
Esta cabina es la que usar¨ªa todo el que pase por la calle Preciados o Carmen, probablemente dos de las m¨¢s concurridas de la ciudad. Pero en 10 horas descuelgan su auricular solo tres personas: un inmigrante boliviano que acaba de llegar a Madrid y necesita verse con un amigo, una espa?ola de 27 a?os que ha olvidado su m¨®vil en casa y ha quedado con su novio y un rom¨¢ntico de las cabinas con tarjeta de recarga que rechaza de plano su cercana extinci¨®n. ¡°Si usted puede hacer algo¡±, pide, ¡°que no las quiten¡±.
En Espa?a quedan unas 25.820 cabinas y todas son deficitarias
Mientras eso no sucede ¡ªen pa¨ªses como B¨¦lgica ya las han liquidado¡ª, el ecosistema de esta cabina desarrolla otros usos. Juan Jos¨¦ Coronado, madrile?o de 67 a?os con una protesis de pl¨¢stico en el brazo, y Jaime Solano, ecuatoriano de 65, charlan apoyados en el recoveco del aparato propiedad de telef¨®nica. Son inquilinos habituales de la plaza. De hecho, el primero se viste de Bart Simpson (el traje amarillo le cost¨® 200 euros y se lo trajeron de Per¨²) y el segundo de Pocoy¨® (¨¦l no es el que peleaba antes, resulta que hay cuatro, especifica). Jaime admite que es algo as¨ª como el secretario de Juanjo, desliza que b¨¢sicamente le hincha los globos cuando van disfrazados porque su colega no puede con el brazo de pl¨¢stico. Mientras lo cuenta, Juanjo lo muestra encantado. Ellos lo ven todo en la plaza. ¡°?Las cabinas? Nadie las usa. Se tragan la plata. A m¨ª esta me sirve para apoyarme y tener un poco de sombra¡±, dice Juanjo. Su secretario asiente.
En 1928 se instalaron las primeras cabinas telef¨®nicas en Madrid: en el Viena Park (en el Retiro) y en el bar Regio. Esas todav¨ªa funcionaban con fichas. Pero en 1966 se empezaron a poner en las calles, con monedas, y llegaron hasta la Puerta del Sol.
Eso de que la 7313U se traga el dinero es verdad. Juan (nombre ficticio ya que se encuentra en actividad semidelictiva) hace la ronda a media ma?ana con una especie de gancho que mete por el agujero por donde deber¨ªa salir el cambio. Pero hoy la m¨¢quina est¨¢ seca. ?l asegura que antes ha sacado dos euros de una, y diez c¨¦ntimos de otra. Nada. ¡°Es una mierda. Esto lo hace todo el mundo y ya no se pilla nada¡±. Eso y vandalizarlas. Por eso, entre otras cosas, las cabinas dejaron de ser rentables en 2002. Desde entonces, Telef¨®nica tiene la misma sensaci¨®n a final de a?o que cuando a Jaime la cabina se le traga la plata y no puede hacer la llamada. Pero la empresa de telecomunicaciones no puede olvidarse de ellas todav¨ªa.
En Espa?a el real decreto 424/2005, modificado al cabo de seis a?os por el decreto 726/2011, obliga en su art¨ªculo 32 a Telef¨®nica a garantizar una oferta suficiente de tel¨¦fonos p¨²blicos de pago hasta el mes de diciembre de 2016. La relaci¨®n que exige la norma es de un tel¨¦fono por cada 3.000 habitantes en poblaciones medianas y grandes, y de al menos un tel¨¦fono en los n¨²cleos de menos de mil habitantes, aunque con excepciones en este ¨²ltimo caso. Eso suma, m¨¢s o menos, las 30.000 que hay en todo un pa¨ªs donde hay 50 millones de m¨®viles, m¨¢s de uno por habitante.
No sirven, solo se tragan el dinero¡±, dice un hombre disfrazado de Pocoy¨®
Por eso, aunque puede pasarse toda la tarde apoyado al lado de la 7313U, Nicola, un prostituto rumano que cobra 50 euros por sus encuentros con ¡°hombres mayores¡± ¡ªaunque a ¨¦l lo que le gusta son las mujeres¡ª nunca descuelga el auricular. ?l lleva su smartphone. Como el dominicano Rey, uno de los m¨¢s de 20 anuncios andantes de tiendas de oro y empe?os de la zona. ¡°Amigo, yo solo m¨®vil¡±, dice. O como Diego Porcel, el vendedor de la ONCE que lleva 13 a?os en la esquina de Sol con Montera y que incluso tiene un reloj desde donde puede responder las llamadas. Como si fuera el coche fant¨¢stico. ¡°Esto es un capricho. Pero, ?las cabinas, dices? Apenas las usa nadie. Solo ves a gente aporre¨¢ndolas¡±, se?ala. Nadie aqu¨ª, ni los que pasan 10 horas al d¨ªa en esta plaza, se acuerda de la ¨²ltima vez que descolg¨® una.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Econom¨ªa
- Telecomunicaciones
- Comunicaciones
- Puerta del Sol
- Telef¨®nica
- Telefon¨ªa fija
- Telefon¨ªa m¨®vil
- Empresas
- Telefon¨ªa
- Distrito Centro
- Madrid
- Distritos municipales
- Comunidad de Madrid
- Espa?a
- Tecnolog¨ªas movilidad
- Tecnolog¨ªa
- Ciencia
- Ayuntamiento Madrid
- Ayuntamientos
- Gobierno municipal
- Administraci¨®n local
- Pol¨ªtica municipal
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Reportajes