Por encima de las reglas de juego
Parece que Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz ha hecho regresar de las vacaciones a gran parte de su equipo para preparar su comparecencia. Y todo para decir esto: Rodrigo Rato me ha llamado, est¨¢ preocupado por las amenazas que le llegan desde las redes sociales y teme que en esta situaci¨®n se le quiten los escoltas. Le he explicado cu¨¢l es nuestra pol¨ªtica.
Ni dos ni una hora, seg¨²n asegura el ministro que dur¨® el encuentro, se necesitaba para agotar este asunto el 29 de julio. ?Esto, las amenazas, es "todo" lo que le pasa a Rato, seg¨²n declar¨® a este peri¨®dico? ?O "todo lo que le pasa" se refiere a los hechos por los que est¨¢ imputado (Bankia, tarjetas Black y presuntos delitos fiscales y de blanqueo con sus empresas), am¨¦n de su decisi¨®n de acogerse, previa llamada telef¨®nica al ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, a la amnist¨ªa fiscal de 2012?
Da la impresi¨®n de que Rato, seg¨²n reconoce, mantiene relaci¨®n con varios dirigentes del PP, con quienes habla sobre sus avatares. Javier Arenas es uno de ellos; el portavoz parlamentario, Rafael Hernando, es otro. Y la lista no se acaba. Adem¨¢s mantiene relaci¨®n con dirigentes amigos de otras formaciones. Como Uni¨®.
Bien.
El problema es que Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz es ministro del Interior. Y de ¨¦l dependen la Polic¨ªa y la Guardia Civil. Y uno de los ¨®rganos de investigaci¨®n de este ¨²ltimo cuerpo, la UCO, investiga a Rato por orden del juzgado n¨²mero 31 de Madrid.
Fern¨¢ndez D¨ªaz ha hecho de inspector Clouseau de La Pantera Rosa, la saga de Blake Edwards, y se ha enredado de cabo a rabo. Primero nos dijo que hab¨ªa puesto condiciones a Rato: no se pod¨ªa hablar en la reuni¨®n de su situaci¨®n procesal. Dijo tambi¨¦n que la Polic¨ªa no investigaba a Rato y en su improvisaci¨®n hasta se invent¨® un organismo inexistente que segu¨ªa el rastro del ex vicepresidente imputado, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Agencia Tributaria. No hay tal cosa. En todo caso la se?ora Valdecasas deber¨ªa instruir al ministro. Se llama nada menos que ONIF, la Organizaci¨®n Nacional de Investigaci¨®n del Fraude, uno de los sabuesos m¨¢s conocidos de la AT.
Pero si el tema era la seguridad personal, ?para qu¨¦ poner condici¨®n alguna? ?Para qu¨¦ establecer que no se hablar¨ªa de la situaci¨®n procesal de Rato?
Es una patra?a. Que no dur¨® lo que un caramelo en la puerta de un colegio, que se dice. Porque Rato se carg¨® el argumento en sus declaraciones. Es de sentido com¨²n que en sus contactos el ex vicepresidente hable de sus imputaciones. Que otra cosa m¨¢s importante puede pasarle.
Fern¨¢ndez D¨ªaz y Rajoy est¨¢n en sinton¨ªa. Seg¨²n el ministro, el presidente de Gobierno se enter¨® por los medios de comunicaci¨®n del encuentro. Una vez publicada la noticia, dice el ministro, fue ¨¦l quien llam¨® a Rajoy. El presidente ni siquiera tuvo la iniciativa.
Bien.
Todo esto excita la memoria.
?rase una vez un gobierno socialista en el cual su presidente recibi¨® al abogado de dos chantajistas.
El 19 de septiembre de 1995, tras una investigaci¨®n de varios meses, EL PA?S public¨® una informaci¨®n bajo mi firma en portada -no en p¨¢ginas interiores- en relaci¨®n con el chantaje al que estaba sometido el gobierno de Felipe Gonz¨¢lez con el material secreto del CESID sobre la guerra sucia contra el terrorismo de ETA. M¨¢s de 1.200 microfichas hab¨ªan sido sustra¨ªdas por el coronel Juan Alberto Perote; ¨¦ste y el entonces banquero, ex presidente de Banesto, Mario Conde, hab¨ªan hecho un pacto de control sobre el material. Una parte del mismo fue filtr¨¢ndose con cuentagotas a la prensa para presionar al Gobierno.
El peri¨®dico inform¨® que el abogado de Mario Conde, el extinto Jes¨²s Santaella, hab¨ªa sido conducido a La Moncloa por el entonces ministro Juan Alberto Belloch el 23 de junio de 1995, y que por cuenta de Conde y de Perote, a quienes representaba, propon¨ªa una negociaci¨®n. El banquero quer¨ªa cobrar 14.000 millones de euros por su desalojo de Banesto y Perote buscaba su exoneraci¨®n/rehabilitaci¨®n. Gonz¨¢lez justific¨® la reuni¨®n en La Moncloa con el argumento de que todo gobierno debe velar por la seguridad nacional. Hay que apuntar que las microfichas llevaban robadas desde 1991. La informaci¨®n se titulaba: "Conde chantajea al Gobierno desde hace meses con material sustra¨ªdo del Cesid".
La negociaci¨®n fue un viaje a ninguna parte.
Pero a ra¨ªz de nuestra informaci¨®n de portada y de la intervenci¨®n de personalidades como Adolfo Su¨¢rez y Luis Mar¨ªa Anson, quienes ratificaron detalles de la misma, todos los partidos pidieron la comparecencia de Gonz¨¢lez. El presidente lo hizo el 8 de noviembre de 1995.
Tras la explicaci¨®n de Gonz¨¢lez -a saber, la obligaci¨®n del gobierno de garantizar la seguridad del Estado- habl¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
"Est¨¢bamos acostumbrados a o¨ªrle decir que cualquier circunstancia, cualquier esc¨¢ndalo que afecte a su Gobierno se enteraba el se?or Gonz¨¢lez por la prensa", ironiz¨®. Acto seguido dijo algunas cosas que, pese a las diferencias con el caso que nos ocupa, resulta ¨²til recordar ahora mismo.
Destac¨® que la reuni¨®n en La Moncloa era una "iniciativa tan asombrosa como que el presidente del Gobierno de Espa?a reciba en su despacho al abogado de unos particulares incursos en causas penales... Se?or¨ªas, ni un aventurero de la especulaci¨®n [Conde] ni un funcionario desleal [Perote] pudieron so?ar nunca en llegar tan arriba, ni el decoro de la Presidencia del Gobierno de Espa?a debi¨® nunca bajar tan abajo". Aznar dijo que al mencionar "la seguridad del Estado se busca la m¨¢s digna de las coartadas".
Y subrayaba: "A la vez se permite cuestionar, naturalmente, incluso acusar de criterios partidistas a quienes cuestionan sus actos". Para el l¨ªder de la oposici¨®n se trataba del "trapicheo con dos presuntos delincuentes".
Pero Aznar dijo algunas cosas m¨¢s que son pertinentes ahora mismo.
La reuni¨®n, se?alaba, "no es un episodio aislado sino una muestra elocuente de toda una ¨¦poca y de todo un estilo de gobierno. Un estilo de gobierno basado en la confusi¨®n deliberada de lo p¨²blico y lo privado, entre la permanencia de una instituci¨®n y la contingencia de la persona que la encarna, entre la objetividad y la neutralidad propia de los ¨®rganos del Estado y la parcialidad de los titulares que circunstancial e interinamente la desempe?an".
La conclusi¨®n no pod¨ªa ser m¨¢s precisa: "Es decir, un estilo de Gobierno en el que el poder se interpreta como una licencia para situarse por encima o al margen de las reglas de juego".
Tambi¨¦n podemos decir que el encuentro Fern¨¢ndez D¨ªaz, respaldado aparentemente solo a posteriori por Rajoy "no es un hecho aislado sino una muestra elocuente de toda una ¨¦poca y de todo un estilo de gobierno".
S¨ª, en efecto.
Hemos informado en estas p¨¢ginas el 20 y 21 de enero de 2014 que Fern¨¢ndez D¨ªaz facilit¨® el encuentro entre el comisario Jos¨¦ Luis Olivera (izquierda en la foto), ex jefe de la UDEF, con el abogado Alfonso Trallero, en los primeros d¨ªas de septiembre de 2012, una operaci¨®n que comenz¨® semanas antes con una carta dirigida al director de la Polic¨ªa, Ignacio Cosid¨®, para que la UDEF modificara los informes sobre Luis B¨¢rcenas. Todo a espaldas del juez Pablo Ruz, quien censur¨® la carta en uno de sus autos, prohibiendo diligencias, sin saber en ese momento del encuentro auspiciado por Fern¨¢ndez D¨ªaz, por una parte, y Mar¨ªa Gonz¨¢lez Pico, directora de gabinete de la vicepresidenta Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, por el otro, entre el letrado de B¨¢rcenas y Olivera y otro jefe policial, en un pub de Madrid, el Milford, en la madrile?a calle de Juan Bravo.
Cuando me dirig¨ª al entonces jefe de prensa del ministro, me se?al¨®, despu¨¦s de consultar, que Fern¨¢ndez D¨ªaz prefer¨ªa no opinar sobre el asunto, que deb¨ªa entender la materia escabrosa del asunto.
Bien.
Pero hubo otras gestiones. Muchas. Y, adem¨¢s, la comunicaci¨®n v¨ªa SMS entre Rajoy y B¨¢rcenas no se vio afectada en lo m¨¢s m¨ªnimo despu¨¦s de la publicaci¨®n de la primera cuenta suiza de 22 millones de euros en el LGT Bank de Ginebra. Tampoco m¨¢s tarde, despu¨¦s que EL PA?S publicara, el 31 de enero de 2013, la contabilidad B o la caja de dinero negro del PP que gestionaban B¨¢rcenas y ?lvaro Lapuerta.
Por tanto, si bien Rajoy no conoc¨ªa el encuentro entre Rato y Fern¨¢ndez D¨ªaz - siempre que creamos al ministro- la conducta del presidente de Gobierno respecto a B¨¢rcenas -hasta que el extesorero rompi¨® todo compromiso con el presidente y con el partido - no era precisamente un buen ejemplo.
Pero aqu¨ª entra Rafael Hernando, que ha mantenido contactos con Rato y que defiende lo que ha hecho Fern¨¢ndez D¨ªaz. Y dice: "B¨¢rcenas y Rato no son comparables". El extesorero es el demonio.
Bien.
El recurso de Hernando no resiste esta pregunta: Si no son comparables, ?por qu¨¦ Rajoy mantuvo la relaci¨®n con B¨¢rcenas a pesar de la cuenta suiza? Si no son comparables, ?Por qu¨¦ Rajoy mantuvo ese v¨ªnculo, como prueban los SMS (los ya conocidos y otros pendientes de salir), tras conocerse los papeles o Contabilidad B del PP?
M¨¢s coherente ha sido Fern¨¢ndez D¨ªaz que ha aportado su ayuda, con el respaldo de Rajoy, cuando B¨¢rcenas lo pidi¨® y tambi¨¦n lo ha hecho ahora reuni¨¦ndose por razones que van m¨¢s all¨¢ de la seguridad personal con Rato.
Las explicaciones de Fern¨¢ndez D¨ªaz han avivado todav¨ªa m¨¢s el fuego dentro del colectivo de la Guardia Civil, cuya asociaci¨®n hab¨ªa solicitado su dimisi¨®n. Ahora se han resentido por el hecho de que el ministro dice prestar atenci¨®n a la protecci¨®n de Rato pero, aseguran las fuentes, da la espalda a algunos agentes que han pedido protecci¨®n aportando pruebas m¨¢s contundentes de los riesgos que corren.
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