Los costes del cuento separatista
Mas ofrece la ilusi¨®n de una independencia que librar¨ªa a Catalu?a de un expolio fiscal sin salir del euro. Los n¨²meros lo cuestionan
Para algunos catalanes la independencia es un bien superior, cualesquiera que sean sus costes. Para el presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras, es ¡°una cuesti¨®n de dignidad¡±. Y Carme Forcadell, n¨²mero dos de la lista unitaria Junts pel S¨ª, repite en sus m¨ªtines: ¡°Si podemos ser libres no debemos vivir como esclavos¡±. Pero no son bastantes para construir una mayor¨ªa social. Por eso presentan la independencia como promesa de prosperidad para todos, liberados de esa ¡°Espa?a nos roba¡± al que se ha puesto la cifra m¨ªtica de 16.000 millones de euros.
Mas y Junqueras ofrecen a los catalanes el cuento de una independencia sin costes, que liberar¨ªa a Catalu?a de un expolio fiscal ¨²nico en el mundo, que solo aportar¨ªa ventajas, no afectar¨ªa las relaciones comerciales con su principal cliente, ser¨ªa reconocida sin problemas por la comunidad internacional y no implicar¨ªa la salida de la UE y del euro. En nuestro libro Las cuentas y los cuentos de la independencia (Los Libros de la Catarata) hemos analizado estas cuestiones utilizando datos que demuestran que poco o nada de eso es cierto. Constatamos c¨®mo las cuentas mal hechas se han convertido en certezas incuestionables.
A la sociedad catalana se la ha enga?ado con una inventada comparaci¨®n con Alemania, el cuento de su balanzas fiscales y del l¨ªmite constitucional al d¨¦ficit fiscal de los l?nders, que en realidad nunca existieron.
Catalu?a no dispondr¨ªa al d¨ªa siguiente de la independencia de los m¨ªticos 16.000 millones con los que evitar recortes o disminuir su deuda. Esa cifra esta calculada por un m¨¦todo que la sobrevalora de forma injustificada. La venta de esta f¨¢bula a la opini¨®n publica ha sido un ¨¦xito de comunicaci¨®n pol¨ªtica para los independentistas. Pero es un enga?o tan grande como la farsa de las balanzas fiscales alemanas.
El conseller de Econom¨ªa, Andreu Mas-Colell, ha elaborado otra estimaci¨®n del beneficio fiscal que producir¨ªa la independencia y declarado que ¡°con los impuestos que actualmente pagamos podemos cubrir el coste de todos los servicios p¨²blicos que recibimos y todav¨ªa quedar¨ªa un peque?o excedente¡± que para 2015 fija en 2.405 millones de euros. Y, sin embargo, el presidente Artur Mas y Junqueras han estado proclamando que la Catalu?a independiente tendr¨ªa el super¨¢vit presupuestario m¨¢s grande de Europa¡
La comparaci¨®n internacional no justifica que Catalu?a sufra un ¡°expolio¡± fiscal. Seg¨²n nuestros c¨¢lculos, es cierto que Catalu?a tiene un d¨¦ficit fiscal superior al que resulta de un razonable efecto redistributivo con el resto de Espa?a. Pero la diferencia es, en el peor de los casos, del orden de 1,5 % del PIB; no 16.000 millones, sino 3.000. ?Y para solucionarlo hay que recurrir a una declaraci¨®n unilateral de independencia?
El d¨¦ficit fiscal de Catalu?a es a lo sumo de 3.000 millones, no de 16.000
Es falso que se incumpla el ¡°principio de ordinalidad¡± que establece el Estatut. Como consecuencia de su esfuerzo de solidaridad, Catalu?a no pierde ni una posici¨®n en la clasificaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas por su renta per c¨¢pita. En nuestro libro argumentamos que en realidad la norma estatutaria est¨¢ mal redactada y la referencia adecuada ser¨ªa la financiaci¨®n per c¨¢pita ajustada disponible antes y despu¨¦s de las transferencias del sistema auton¨®mico. Y que entonces, s¨ª que se altera el orden. Pero hemos calculado que su incidencia cuantitativa en la financiaci¨®n es del orden de 160 euros por habitante y a?o. Tampoco parece que sea un problema tan grave que exija recurrir a la independencia para resolverlo.
La financiaci¨®n auton¨®mica tiene problemas, entre ellos la agraviante comparaci¨®n con el sistema foral. Pero la financiaci¨®n per c¨¢pita ajustada que recibe Catalu?a por aplicaci¨®n del nuevo sistema ha mejorado notablemente. Desde 2009 est¨¢ casi en la media de todas las autonom¨ªas, que es hacia donde deber¨ªan converger todas, forales incluidas.
No es cierto que la comunidad internacional reconocer¨ªa una declaraci¨®n unilateral de independencia. Mas y Junqueras han comparado a Catalu?a con pa¨ªses coloniales, sometidos a dictaduras o ocupados militarmente. Pueden considerar que la Constituci¨®n espa?ola es de ¡°baja intensidad democr¨¢tica¡±, pero es la misma que tienen Alemania, Francia, Italia y EE UU. Ninguno de esos Gobiernos apoyar¨ªa la secesi¨®n de Catalu?a. Tienen inter¨¦s en evitar sentar el precedente de una secesi¨®n sin coste de una de sus regiones ricas.
Catalu?a no ser¨ªa reconocida y aceptada de forma autom¨¢tica como nuevo Estado miembro de la UE y de la uni¨®n monetaria. Ni siquiera podr¨ªa presentar su candidatura. Lo han advertido todas las autoridades comunitarias. El Comit¨¦ de las Regiones dijo en abril que en el caso de que una regi¨®n europea obtuviese la independencia, tendr¨ªa que solicitar su adhesi¨®n como miembro de la UE y esta requerir¨ªa un acuerdo un¨¢nime.
La promesa de subir las pensiones un 10% tampoco tiene fundamento. Argumentan que en los ¨²ltimos 20 a?os la ¡°seguridad social catalana¡± habr¨ªa tenido un super¨¢vit de 20.000 millones de euros. Pero no tienen en cuenta que muchos pensionistas cotizaron en Catalu?a pero cobran su pensi¨®n fuera de ella.
El precio de la independencia ser¨ªa muy alto y los beneficios inciertos
Si Catalu?a apareciese por encanto como nuevo Estado miembro de la UE y nada cambiase en las condiciones de su contorno econ¨®mico-financiero-internacional, al ser hoy un contribuyente neto a la Hacienda espa?ola, la independencia le aportar¨ªa un saldo fiscal positivo, aunque mucho m¨¢s peque?o que los 16.000 millones, unos 2.400 millones seg¨²n Mas-Colell.
Pero hay que tener muy en cuenta los costes de transici¨®n hacia un nuevo Estado. Por la salida de la UE, la contracci¨®n de la actividad producida por la alteraci¨®n de las relaciones comerciales con su principal cliente (el super¨¢vit comercial con Espa?a compensa su d¨¦ficit comercial con el resto del mundo) y las deslocalizaciones de empresas (ocurri¨® en Quebec cuando la secesi¨®n fue una posibilidad real), creemos que en el medio plazo la independencia tendr¨ªa un efecto muy negativo en la econom¨ªa catalana. Los costes ser¨ªan muy altos y los beneficios, inciertos,y a largo plazo, depender¨ªan de la mejora en la gesti¨®n p¨²blica que los pol¨ªticos independentistas no han sido capaces de hacer en los ya largos a?os han gobernando Catalu?a.
Con las cuentas bien hechas, la independencia sin costes es un cuento. Hay soluciones m¨¢s eficientes para resolver los problemas del encaje de Catalu?a en Espa?a. Y se debe trabajar urgentemente para reparar la fractura social que se est¨¢ produciendo y que el propio Mas anticip¨® en diciembre del 2011 cuando se opon¨ªa a una consulta porque dividir¨ªa la sociedad catalana en dos.
Las cuentas y los cuentos de la independencia est¨¢ editado por Los Libros de la Catarata.
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