Las huellas dactilares persiguen a los refugiados
Pa¨ªses de la Uni¨®n Europea solicitan la vuelta a Espa?a de miles de refugiados que emigraron al norte en busca de un futuro mejor despu¨¦s de haber quedado registrados en la Pen¨ªnsula
Vuelta a la casilla de salida. Es el lugar en el que se encuentran Ola al Masri y sus cuatro hijos, todos refugiados. Hasta hace dos semanas viv¨ªan en el norte de Suecia. Los ni?os iban al colegio y ella trabajaba como peluquera en pr¨¢cticas. Viv¨ªan en un piso que les facilitaba el Gobierno sueco, ten¨ªan amigos y proyectos de futuro. Estaban en definitiva integrados. Su vida se parti¨® el d¨ªa que recibieron el ultim¨¢tum oficial que les ordenaba regresar a Espa?a, el pa¨ªs donde algo m¨¢s de tres a?os antes se les hab¨ªa concedido el asilo. Hace un par de semanas aterrizaron en Barajas con una mano delante y otra atr¨¢s. Su historia ilustra los dilemas que plantea el conocido como sistema de Dubl¨ªn, que fija qu¨¦ pa¨ªs de la UE es responsable de examinar las solicitudes de asilo; normalmente el primero en el que pone las huellas el solicitante al entrar en la Uni¨®n.
Como la familia Al Masri, miles de refugiados que imprimieron sus huellas dactilares en una frontera espa?ola cuando entraron en Europa vuelven o est¨¢n pendientes de ser devueltos a la Pen¨ªnsula. La aplicaci¨®n del Reglamento de Dubl¨ªn genera un costoso trasiego de refugiados dentro de la UE y frustra a menudo procesos de integraci¨®n como el de la familia Al Masri. La revisi¨®n del sistema de Dubl¨ªn, cuyas deficiencias ha resaltado la propia Comisi¨®n Europea, es uno de los asuntos que los ministros de Interior de la UE prev¨¦n tratar en la cumbre extraordinaria que celebrar¨¢n el pr¨®ximo d¨ªa 14, aseguran fuentes diplom¨¢ticas.
Ali Doudieh y Loubaba Alabed, padres de familia sirios tambi¨¦n han sido devueltos. Un visado espa?ol les permiti¨® en 2012 tocar suelo europeo y escapar de Yarmouk, el gran campo de refugiados a las afueras de Damasco y epicentro del horror de la guerra siria. En Espa?a apenas pasaron cinco d¨ªas y emprendieron rumbo al norte, a Suecia. Tres meses tardaron en devolverles. Un peque?o negocio en Alcobendas (Madrid) y la ayuda que les llega de una t¨ªa en la di¨¢spora n¨®rdica les permite sobrevivir. "Llega la polic¨ªa, te deporta¡ psicol¨®gicamente, la vuelta es muy dura. Haber estado en otro pa¨ªs y ver que all¨ª hay muchas m¨¢s facilidades¡", explica Salam, una de las hijas.
En Nador, al otro lado de la frontera que separa Marruecos de Melilla, los refugiados toman una decisi¨®n que marcar¨¢ el resto de sus vidas. Pueden caminar hasta territorio espa?ol y solicitar asilo en la misma frontera si logran sortear los obst¨¢culos de los agentes maroqu¨ªes, pero deben ser conscientes de que entonces no podr¨¢n pedir acogida en otro pa¨ªs europeo porque les devolver¨¢n. Por eso, hay quien prefiere comprar un pasaporte falso marroqu¨ª o espa?ol y continuar rumbo al norte de Europa. El anuncio de Berl¨ªn de que no devolver¨¢ a ning¨²n sirio aunque haya entrado por otro pa¨ªs europeo podr¨ªa a partir de ahora reducir la compra de papeles falsos. La confusi¨®n reina entre los solicitantes. "He puesto las huellas, ?Me tendr¨¦ que quedar en Espa?a?", preguntaba un sirio hace semanas en la frontera. "?Me expulsar¨¢n de Alemania?", dec¨ªa otro.
La situaci¨®n de los devueltos por Dubl¨ªn una vez en Espa?a es m¨¢s complicada si cabe que para el resto de los refugiados. "En el mejor de los casos, se les coloca a la cola para acceder a los servicios sociales. A menudo, ni siquiera tienen acceso, porque el sistema saturado", explican fuentes humanitarias. En a?os anteriores, los devueltos por Dubl¨ªn sumaban una cifra casi anecd¨®tica. La actual crisis migratoria ha convertido estos supuestos en un nuevo fen¨®meno sin un encaje asistencial espec¨ªfico. Los datos del ministerio de Interior indican que solo en los seis primeros meses de este a?o, Espa?a recibi¨® 2.686 solicitudes de Dubl¨ªn de otros pa¨ªses de la Uni¨®n, aunque la cifra de los que efectivamente han vuelto no se ha hecho p¨²blica. Preguntado, el Gobierno sueco por ejemplo confirma el traslado este a?o de 95 personas. Estrella Gal¨¢n, secretaria general de Cear, la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado, confirma un incremento y detalla que a los que menos devuelven es a los sirios.
Al Masri, palestina, se encontr¨® en la calle a su vuelta a Espa?a hace dos semanas. En el pasado hab¨ªa superado con creces los seis meses de alojamiento reglamentario, le explicaron. Pasados unos d¨ªas contact¨® con el Samur Social en Madrid, en cuyas instalaciones pernocta. Asegura que desde Cear le han conseguido una ayuda econ¨®mica a la vivienda para cuatro meses, pero nadie quiere alquilarle un piso porque no tiene contrato de trabajo. "No puedo volver a Suecia porque el Gobierno no me deja, ni a Palestina porque mi marido me quitar¨ªa a los ni?os. En Espa?a no tengo donde vivir. ?Qu¨¦ voy a hacer?", se lamenta Al Masri, de 36 a?os, entre l¨¢grimas. Cada d¨ªa, con sus cuatro hijos de la mano se patea Madrid sin ¨¦xito en busca de un piso. A menudo, reciben llamadas de Suecia. Son los amigos suecos de las gemelas de 14 a?os, que dicen que las echan de menos, o sus profesores, que lamentan que ya no est¨¦n en sus clases.
Muchos de los que llegan pasan apenas un par de d¨ªas en Espa?a y vuelven a emprender rumbo al norte
Disfunciones del sistema
"Este es un fen¨®meno nuevo. Por el reglamento de Dubl¨ªn llega gente que estaba integrada y estabilizada en Reino Unido o Berl¨ªn. En el ¨²ltimo a?o se ha producido un incremento importante", confirma Dar¨ªo P¨¦rez, jefe de servicios del Samur Social de Madrid. "Llegan a nosotros porque la red de acogida a refugiados es insuficiente, pero no es la atenci¨®n adecuada, nuestros recursos son de emergencia, no est¨¢n adaptados para el asilo", a?ade el jefe del Samur, quien detalla que en el ¨²ltimo a?o han empezado a dar asistencia en el Aeropuerto de Barajas por el incremento de retornados de Dubl¨ªn. Muchos de los que llegan pasan apenas un par de d¨ªas en Espa?a y vuelven a emprender rumbo al norte, coinciden refugiados y trabajadores sociales.
En Bruselas hace tiempo que son conscientes de las disfunciones que genera el sistema, en particular en ausencia de una pol¨ªtica de asilo com¨²n que equipare los beneficios sociales que ofrecen unos pa¨ªses u otros a los refugiados. "El mecanismo para determinar la responsabilidad de examinar las solicitudes de asilo [el sistema de Dubl¨ªn] no est¨¢ funcionando como deber¨ªa", advert¨ªa la Agenda Europea para la Migraci¨®n que la Comisi¨®n Europea present¨® el pasado mayo. Hasta que el sistema termine de ajustarse, los aviones seguir¨¢n cruzando Europa cargados de refugiados, resignados a empezar de cero en un nuevo pa¨ªs.
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