El Jeremy que yo conoc¨ª
Jeremy Corbyn, 66 a?os, es ya The Right Honourable leader of Her Majesty¡¯s Loyal Opposition. Es decir: el Muy Honorable l¨ªder de la Oposici¨®n Leal de Su Majestad, el partido Laborista. O simplemente, el Rt Hon, expresi¨®n honor¨ªfica con la que se alude en los pa¨ªses de la Commonwealth al primer ministro y al l¨ªder de la oposici¨®n.
Corbyn sali¨® elegido diputado en el municipio de Islington North, en el norte del inner Londres o Londres interior, el pasado mes de mayo de 2015. Era la octava elecci¨®n a la que se presentaba, incluyendo la de 1983, cuando las gan¨® por primera vez. Ahora, en mayo pasado, obtuvo una victoria r¨¦cord. Ya era un personaje en busca de autor. Pero la derrota del partido Laborista del mes de mayo y la decisi¨®n de convocar elecciones primarias para seleccionar al nuevo l¨ªder le abrieron el camino para poner la guinda a su larga militancia municipal y parlamentaria. Nadie en la c¨²pula del partido Laborista, dominada por las ideas del New Labour de Tony Blair, pod¨ªa imaginar que este hombre, que hab¨ªa ganado ocho elecciones, y a quien, no obstante, consideraban un loser, un perdedor, un activista, por su trayectoria de izquierdas, podr¨ªa alzarse por goleada con el liderazgo.
Conoc¨ª a Jeremy Corbyn a mediados de octubre de 1998. Ven¨ªa de ganar la elecci¨®n en Islington North, la circunscripci¨®n parlamentaria m¨¢s peque?a del Reino Unido, un barrio pobre de Londres que cohabita con casas de ricos. En Islington South, el municipio colindante, viv¨ªa Tony Blair antes de ser primer ministro en 1997.
Sobre todo, ven¨ªa Corbyn de firmar una carta especial, junto con otras setenta y cuatro personalidades. El general Pinochet hab¨ªa sido detenido por los polic¨ªas de Scotland Yard la noche del 16 de octubre de 1998 en la London Clinic seg¨²n una orden del juez de guardia Nicholas Evans. Era la respuesta a la orden de detenci¨®n para extradici¨®n cursada a la polic¨ªa brit¨¢nica por el juez Baltasar Garz¨®n. Corbyn apoyaba el arresto y ped¨ªa el enjuiciamiento de Pinochet.
La detenci¨®n del exdictador chileno culminaba una larga campa?a de Corbyn en el Comit¨¦ de Derechos Humanos del Parlamento, del cual era miembro, contra las dictaduras latinoamericanas. Llevaba en aquellos d¨ªas diez a?os casado con Claudia T¨¦llez, hija de Marisol T¨¦llez, endocrin¨®loga chilena especializada en medicina nuclear en el Reino Unido. Marisol era hermana de Alicia T¨¦llez. Ambas eran hijas del diplom¨¢tico espa?ol republicano, Salvador T¨¦llez, exiliado tras la guerra civil espa?ola en Chile. Alicia, mira por d¨®nde, es la esposa de ?scar Soto, el cardi¨®logo que acompa?¨® a Salvador Allende hasta minutos antes de su suicidio en el palacio de la Moneda ante el inminente asalto ordenado por el general Pinochet. Los T¨¦llez, una vez m¨¢s, tuvieron que partir al exilio. Esta vez desde Chile a ra¨ªz del golpe del 11 de septiembre.
Corbyn era la mosca cojonera que en el Parlamento denunciaba el exquisito trato de VIP que se le daba a Pinochet durante sus regulares visitas a Londres, invitado por la f¨¢brica de armamentos Royal Ordnance. Sea bajo el gobierno tory de John Major o el de Tony Blar. En 1997, pregunt¨® al ministro del Interior Jack Straw:
-?Cu¨¢ntas visitas al Reino Unido ha realizado el general Pinochet a lo largo de los ¨²ltimos tres a?os.??Que protecci¨®n de seguridad se le ha proporcionado?
Tras el arresto de Pinochet, el Alto Tribunal de Justicia fall¨® a favor del recurso de la defensa del exdictador. Cuando parec¨ªa que ya se embarcaba hacia Chile, un recurso de la Fiscal¨ªa de la Corona, en representaci¨®n del juez Garz¨®n, apoyado por Amnist¨ªa Internacional y otras organizaciones, ante el comit¨¦ judicial de la C¨¢mara de los Lores, el equivalente entonces del Tribunal Supremo, paraliz¨® el regreso a Chile y abri¨® m¨¢s de diecis¨¦is meses de debates jur¨ªdicos y pol¨ªticos. Pinochet permaneci¨® bajo arresto en un chal¨¦ alquilado en Surrey durante 503 d¨ªas.
Hay tres momentos que merecen la pena apuntar. El 3 de noviembre de 1998, Corbyn organiz¨® una audiencia p¨²blica en la C¨¢mara de los Comunes para apoyar el recurso de apelaci¨®n contra el fallo favorable a Pinochet. Diez personas llegaron a Londres de diversas partes del mundo para dar testimonio.
Entre ellas: Isabel Allende, hija de Salvador Allende; Sofia Prats, hija del general Carlos Prats, excomandante en jefe del Ej¨¦rcito chileno asesinado en Buenos Aires; Sola Sierra, presidenta de la Asociaci¨®n de Familiares de Detenidos y Desaparecidos en Chile; Joyce Horman, esposa Charles Horman, ciudadano norteamericano cuya desaparici¨®n fue llevada al cine en la pel¨ªcula Missing, en 1982; Juan Pablo Letelier, hijo de Orlando Letelier, ministro de Defensa y de Asuntos Exteriores en el gobierno del presidente Salvador Allende, asesinado en 1976 en Washington, donde viv¨ªa exiliado.
Fue un acontecimiento.
Hay una segunda escena que recuerdo especialmente. El 11 de diciembre de 1998, Pinochet deb¨ªa comparecer en el tribunal penal de la prisi¨®n de alta seguridad de Belmarsh a fin de recibir noticia de su situaci¨®n de los labios de un juez, seg¨²n prescribe la ley brit¨¢nica. Un grupo de periodistas de diversos pa¨ªses recibimos acreditaci¨®n para seguir en la sala la audiencia. Era lo m¨¢s parecido a un banquillo de acusado.
Corbyn no obtuvo pase para entrar. Permaneci¨® junto a los grupos de derechos humanos en los alrededor de la prisi¨®n.
A la salida, la polic¨ªa introdujo a Pinochet en un furg¨®n Galaxy para llevarlo a su casa de Surrey, bajo arresto domiciliario.
En el Galaxy colgaba por dentro ropa para tapar la visi¨®n.
Corbyn al ver salir a Pinochet dentro del furg¨®n dijo unas palabras. Aunque habla espa?ol, con fuerte acento brit¨¢nico, prefiri¨® hacerlo en su idioma:
-Cuando yo era peque?o me impactaban las im¨¢genes de asesinos y violadores en televisi¨®n. Todos sal¨ªan de los juzgados cubri¨¦ndose la cara con una manta o un abrigo, para que no se les viera el rostro. Traer a Pinochet a este tribunal marca un precedente. Y que hayan cubierto su ventanilla con un impermeable para que no le podamos ver es, en cierto modo, una forma de justicia.
La tercera escena tiene que ver con mi trabajo y con este peri¨®dico.
Mientras el gobierno de Blair urd¨ªa una salida a la crisis diplom¨¢tica con Chile, la salida de devolver a Pinochet por razones de salud, tras la decisi¨®n del comit¨¦ judicial de la C¨¢mara de los Lores de declarar que el exdictador era extraditable a Espa?a por delitos de tortura, El PA?S public¨® en la portada del domingo 30 de enero de 2000 las cartas secretas intercambiadas por el ministro del Interior, Jack Straw, y la defensa de Pinochet, a partir del 5 de noviembre de 1999. Queda al descubierto, en lenguaje sutil, toda la operaci¨®n.
Jeremy Corbyn no daba cr¨¦dito. Me pregunt¨® por la informaci¨®n y la solvencia de las cartas. Le asegur¨¦ que ni siquiera se trataba de una filtraci¨®n, algo que siempre puede tener tal o cual inter¨¦s. Le expliqu¨¦ que la correspondencia formaba parte de la documentaci¨®n puesta a disposici¨®n de los jueces y que estos las hab¨ªan incluido entre los affidavits (declaraciones juradas) trasladados a la Fiscal¨ªa de la Corona y a los abogados intervinientes.
El 3 de febrero de 2000, Corbyn encabez¨® un grupo de veinte parlamentarios que pidieron al ministro Straw la aportaci¨®n de los documentos anticipados por este peri¨®dico y solicitaban que Pinochet fuese sometido a un nuevo examen m¨¦dico. Corbyn propuso esta moci¨®n:
Esta C¨¢mara deja constancia de que el 30 de enero, el respetable peri¨®dico espa?ol EL PA?S public¨® el texto de las cartas intercambiadas entre el Home Office y la defensa de Augusto Pinochet desde noviembre de 1999 en adelante, y que estas cartas confirman que, pese a no estar bajo obligaci¨®n legal alguna para hacer esa oferta, el Home Office propuso por su propia iniciativa, antes de recibir esa petici¨®n de la defensa, que los detalles del informe m¨¦dico de Augusto Pinochet fueran mantenidos en secreto".
Jack Straw formaliz¨® el 2 de marzo de 2000 la operaci¨®n dise?ada "por razones de salud". Y acudi¨® al Parlamento un rato despu¨¦s del despegue del avi¨®n que devolv¨ªa a Pinochet a Chile tras 503 d¨ªas de arresto domiciliario.
Corbyn se dirigi¨® al ministro en la Camara de los Comunes:
-?Acepta el ministro que mucha gente en este pa¨ªs y en el mundo tiene un sentimiento de verg¨¹enza ante la noticia de que Pinochet acaba de abandonar el espacio a¨¦reo brit¨¢nico y, por tanto, se halla libre de toda probable persecuci¨®n penal en cualquier tribunal del mundo? ?Puede explicar por qu¨¦ el 5 de noviembre de 1999 ofreci¨® a los abogados de Pinochet la confidencialidad del informe m¨¦dico a cambio de que el general aceptara someterse ex¨¢menes?
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.