No digas que fue un sue?o

He desayunado esta ma?ana, muy pronto, en el bar Pinotxo. Un local genuino de la Boquer¨ªa cuyo camarero principal se viste como el presentador de un circo y tiene m¨¢s a?os que Gepetto. He desayunado en Pinotxo y no se me ocurre mejor alegor¨ªa de la enso?aci¨®n truncada por las urnas. Una derrota del proyecto plebiscitario que TV3 se obstina en encubrir -el diario Ara lo hace esta ma?ana de oficio- y que anestesia a los clientes estelados del bar Pinotxo en la resaca multi¨¦tnica -unas turistas japonesas, una samaritanas nigerianas- como si realmente hubieran alcanzando la independencia.

Me preguntaba si deb¨ªa despertarlos. Si deb¨ªa hacer lo mismo con los votantes cr¨¦dulos e ingenuos que anoche aclamaron el ejercicio de ilusionismo de Artur Mas.

Los minti¨® o les confort¨® con una versi¨®n arbitraria del veredicto electoral. Se apropi¨® a su antojo del resultado de la CUP, un partido antisistema que ha prometido descabezarlo y que el president anoche instrumentaliz¨® para ama?ar los n¨²meros. Mas lleg¨® a decir que hab¨ªan cruzado el umbral de la mayor¨ªa absoluta en votos. Y no era cierto. Se qued¨® el desaf¨ªo al 3%, un porcentaje de enorme valor simb¨®lico, el 3% comisionista y hasta tot¨¦mico, que adquiri¨® el aspecto de una maldici¨®n o de un sortilegio.

No creo que haya mejor sitio que Pinotxo para desayunar el d¨ªa despu¨¦s. Ni mejor remedio a la realidad que la propaganda matinal de Rac 1, cuyos voceros redundaban en la euforia de una victoria hist¨®rica. Y no se refer¨ªan a la de Albert Rivera, premonitoria de los nuevos equilibrios en escenario nacional, alud¨ªan a la sant¨ªsima trinidad -Mas, Junqueras, Romeva- que anoche celebraba el hito y se conced¨ªa a una entrevista homenaje en TV3 apurando los estertores de la impostura.

Les crec¨ªa la nariz, como a Pinotxo. Y le crec¨ªa a Pablo Iglesias, art¨ªfice de un discurso victimista que encubr¨ªa su negligencia con los brochazos de una manipulaci¨®n verbal. Dec¨ªa ¡°Coleta Morada¡± que las urnas hab¨ªan penalizado su discurso social, cuando hab¨ªan penalizado su posici¨®n especulativa y transversal: izquierda alternativa, como la CUP, discurso de cohesi¨®n nacional, como Ciudadanos, apolog¨ªa del derecho a decidir, como sosten¨ªa el PSC antes de desdecirla Iceta.

No iba a desperdiciar Pedro S¨¢nchez la ocasi¨®n de atribuirse la lambada de petit Hollande Iceta. Una victoria inexistente porque el PSC hab¨ªa retrocedido cuatro esca?os, pero el himno oficioso de la noche en la resaca de Pinotxo -¡±vamos a contar mentiras¡±- consent¨ªa interpretaciones voluntaristas y subjetivas. Y descaradas tambi¨¦n, pues sucede que Garc¨ªa Albiol, desahuciado en un hotel Barcelona con m¨¢s camareros que militantes, lleg¨® a declarar que su catastr¨®fica marca electoral hab¨ªa duplicado los resultados de un sondeo publicado en julio y que conced¨ªa al PP seis diputados.

Me parece un punto de vista entra?able, susceptible de indulgencia. Todo lo contrario de cuanto Artur Mas urdi¨® en la mascarada nocturna y alevosa del mercado del Borne. Hizo un elogio de la democracia para luego someterla a los requisitos de la victoria preventiva y del pucherazo medi¨¢tico. Le crec¨ªa la nariz y le crec¨ªa, pero me ha dado cierto pudor despertar esta ma?ana a los incr¨¦dulos del coche escoba que desayunaban en el bar Pinotxo. No dig¨¢is que fue un sue?o.