Embajadoras: pocas y perif¨¦ricas
Las mujeres est¨¢n subrepresentadas en la c¨²pula diplom¨¢tica
Tradicionalmente, la se?ora embajadora era el nombre que recib¨ªa la esposa del embajador. Con el par¨¦ntesis de la II Rep¨²blica ¡ªcuando Isabel Oyarz¨¢bal dirigi¨® la legaci¨®n en Suecia¡ª el cuerpo diplom¨¢tico ha sido en Espa?a un coto masculino. Hasta 1964, las mujeres ten¨ªan prohibido su ingreso y, aunque se ha avanzado mucho desde entonces, a¨²n se est¨¢ lejos de la paridad o incluso de los niveles de otras profesiones.
Seg¨²n datos del Ministerio de Exteriores, el 23% de los diplom¨¢ticos espa?oles son mujeres. Pero solo representan el 9,3% de los embajadores. Y aunque hay se?oras embajadoras en destinos importantes (L¨ªbano, Finlandia y ante la ONU en Ginebra), ninguna ocupa embajadas de primer¨ªsimo nivel, como Washington, Par¨ªs o Rabat. El continente con m¨¢s embajadoras es ?frica y el ¨²nico grupo donde est¨¢n sobrerrepresentadas es entre los embajadores en misi¨®n especial; seguramente, porque residen en Madrid y cobran menos que sus colegas en el extranjero.
Si se analiza el escalaf¨®n de la carrera se observa que el porcentaje de mujeres crece a medida que se desciende en la escala jer¨¢rquica: no hay ninguna mujer con categor¨ªa de embajadora, la m¨¢s alta de la carrera (no confundir con el destino de embajador) y s¨®lo son el 5% de los ministros de primera clase, el siguiente escal¨®n. Sin embargo, suponen un tercio de los secretarios o de los diplom¨¢ticos en pr¨¢cticas, las escalas inferiores. Podr¨ªa alegarse que al ser m¨¢s modernas no han tenido tiempo de ascender, pero ya hay 61 diplom¨¢ticas con m¨¢s de 20 a?os de antig¨¹edad.
?Cu¨¢l es la causa de esta situaci¨®n? Beatriz Larrotcha, primera diplom¨¢tica que ha presidido un tribunal de oposici¨®n, apunta a la dif¨ªcil conciliaci¨®n familiar. Los diplom¨¢ticos deben salir destinados al extranjero al menos cada nueve a?os, lo que entra?a un duro sacrificio familiar. ¡°Si hay hijos, quien suele renunciar a la carrera es la mujer. No conozco a ning¨²n compa?ero que lo haya hecho¡±, afirma Larrotcha.
Laura Garc¨ªa Alfaya, c¨®nsul en Nueva Delhi, cree que la tradici¨®n pesa mucho en un cuerpo que era exclusivamente masculino y elitista. En su opini¨®n, es un error plantear la concili¨®n familiar como un beneficio para la mujer, cuando ata?e a ambos sexos.
Discriminaci¨®n
Un problema a?adido se da en los pa¨ªses donde la mujer est¨¢ discriminada. ?Hay que adaptarse y renunciar a enviar diplom¨¢ticas? ¡°A menudo lo debatimos entre nosotros¡±, admite Garc¨ªa Alfaya. ¡°Nuestra obligaci¨®n es mostrar que una mujer puede hacer el trabajo igual que un hombre. Si todos los pa¨ªses que defendemos estos principios lo hacemos, servir¨¢ como modelo a los dem¨¢s¡±.
Milagros Hernando, embajadora en L¨ªbano, admite que puede haber ¡°cierto reflujo¡± tras una etapa, con el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, en la que se tomaron medidas de ¡°discriminaci¨®n positiva¡±, no siempre bien entendidas por sus compa?eros varones.
Tras haber superado el 30% de las ¨²ltimas promociones de la Escuela Diplom¨¢tica, el porcentaje de mujeres cay¨® al 20% en la ¨²ltima. Eso s¨ª, hab¨ªa dos entre los tres primeros clasificados.
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