Un tique de compra da una nueva coartada al padre de Asunta Basterra
La hora del comprobante de la joven que declarar¨® haberlo visto junto a la ni?a coincide con el momento en que las c¨¢maras captaron a la v¨ªctima en el coche con su madre
La tarde en que la mataron, Asunta no pod¨ªa estar en dos sitios al mismo tiempo. El principal testimonio contra el padre ¡ªrecabado durante la investigaci¨®n del supuesto asesinato de la menor¡ª sit¨²a a Alfonso Basterra en la calle con su hija a la hora en la que, seg¨²n un par de c¨¢maras urbanas, el Mercedes verde botella de la madre, Rosario Porto, circulaba por la ciudad en direcci¨®n al chal¨¦ familiar donde se cree que muri¨® la cr¨ªa. Una de esas c¨¢maras, la de una gasolinera situada en una rotonda, retrata a las 18.21 el veh¨ªculo con dos ocupantes en los asientos delanteros; seg¨²n los investigadores, Porto al volante y Asunta en el puesto del copiloto. Pero hasta ahora, seg¨²n lo que fue trascendiendo del sumario en los dos a?os transcurridos desde el d¨ªa de la muerte de la peque?a, siempre se situ¨® un tiempo antes el instante en el que Basterra y Asunta eran identificados en el centro de Santiago por otra joven que hab¨ªa sido compa?era de la ni?a en clases de la Alianza Francesa.
Este lunes, esta chica ha ratificado su versi¨®n. Ha asegurado que aquella tarde de s¨¢bado, 21 de septiembre de 2013, fue con un amigo a comprar unas zapatillas de deporte y que, "dos o tres minutos despu¨¦s" de salir del establecimiento, se top¨® con la v¨ªctima y su padre a la vuelta de una esquina. No tiene ninguna duda de que fueran ellos, pero no la salud¨®, ha explicado, porque Asunta "estaba de espaldas". La cr¨ªa, en ese momento, caminaba con normalidad, a pesar de la fort¨ªsima dosis de Orfidal con la que supuestamente hab¨ªa sido drogada en la comida.
No obstante, si este encuentro tuvo lugar al salir de la tienda, como ella recuerda, solamente se podr¨ªa explicar a trav¨¦s de un extra?o error de la m¨¢quina registradora. Porque la pareja de j¨®venes abon¨® el calzado antes de salir de la tienda, y el tique de compra obtenido por la Guardia Civil marca las 18.22. Antes de recorrer un tramo de calle y creer ver a Asunta y Basterra en la esquina tendr¨ªan que haber transcurrido, como m¨ªnimo, otros dos minutos. La abogada del padre acusado de asesinato, Bel¨¦n Hospido, ha hecho ver en la sala la contradicci¨®n y la ha convertido en una nueva coartada para Basterra. Su defensa se sostiene sobre la tesis de que el padre no sali¨® de su piso en toda la tarde, atareado en preparar viandas para la semana (alb¨®ndigas y crema de calabac¨ªn) y en la lectura de un libro.
Adem¨¢s, en una sesi¨®n que se ha prolongado unas siete horas, este lunes han declarado ante el jurado popular, entre otros, los vecinos de la pista forestal donde fue hallado el cuerpo de la ni?a; uno de los dos hombres que dieron la alerta a los servicios de emergencias tras toparse el cad¨¢ver de madrugada; varios de los agentes que intervinieron en las pesquisas iniciales, el jardinero de Rosario Porto y el vecino del chal¨¦ familiar, situado en el municipio de Teo, que se encontr¨® a la acusada abandonando el lugar hacia las nueve menos cuarto de la tarde.
En la noche de aquel s¨¢bado, por la pista forestal de Teo (un municipio vecino del de Santiago), donde de madrugada apareci¨® el cuerpo de Asunta, los vecinos no vieron ning¨²n Mercedes verde. Seg¨²n ellos, a eso de la medianoche, en este lugar situado a unos cuatro kil¨®metros del chal¨¦ de Rosario Porto tampoco hab¨ªa ning¨²n cuerpo depositado sobre el talud en el que, horas m¨¢s tarde, fue hallado el cad¨¢ver. Esto es lo que, 24 meses despu¨¦s de la muerte por asfixia de la ni?a compostelana de 12 a?os, insisten en declarar los ¨²nicos residentes en el camino de tierra, un matrimonio que vive a 50 metros del punto exacto en el que ahora un sinf¨ªn de desconocidos ha improvisado un mausoleo con flores y peluches para Asunta. "Para m¨ª que la ni?a no estaba", ha afirmado esta ma?ana el hombre, que adem¨¢s, al igual que su mujer, niega que aquella noche clara, con luna llena y tiempo c¨¢lido y seco, viese internarse por aquel camino del lugar de Feros (en el municipio de Teo) un coche como el de la acusada, madre de la v¨ªctima.
Este matrimonio pas¨® tres veces en torno a la medianoche "a unos 60 cent¨ªmetros" del lugar donde supuestamente ya hab¨ªan abandonado el cad¨¢ver. No hab¨ªa maleza porque hac¨ªa poco que se hab¨ªan limpiado las orillas del camino. El hombre, seg¨²n dijo, llevaba una linterna. Y ninguno apreci¨® nada. A aquella hora, Porto y Basterra ya hab¨ªan ido a presentar denuncia por la desaparici¨®n de su hija adoptiva en la comisar¨ªa del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y estaban de vuelta en el piso de la madre, esperando noticias de los agentes.
Esta pareja, sin embargo, desde la ventana de su casa vio pasar al menos tres veh¨ªculos aquella noche. Uno negro, uno rojo y otro blanco con techo solar. Este se intern¨® en la pista, fue primero en un sentido y "unos ocho minutos despu¨¦s", en el contrario. Los investigadores identificaron este auto con el Golf que conduc¨ªa uno de los hombres que dieron la voz de alarma cuando hallaron el cuerpo.
Estos dos amigos recurrieron a esta poco transitada pista forestal para llegar desde un bar hasta un club de alterne (pr¨®ximo al lugar donde estaba el cuerpo de Asunta) porque el conductor hab¨ªa perdido todos los puntos del carn¨¦. Pasaron primero en una direcci¨®n y creyeron ver "un espantap¨¢jaros", pero, ante la duda, al llegar al burdel acordaron dar la vuelta. Fue entonces cuando comprobaron que aquello era el cuerpo de una ni?a. Llamaron al 061 y, seg¨²n su relato, un m¨¦dico les indic¨® que probasen a pellizcar a la cr¨ªa en un pez¨®n para comprobar si todav¨ªa estaba viva. Antes de todo esto, y porque hab¨ªan bebido y no pod¨ªan conducir, se tomaron un tiempo para llevar el coche a otro lugar, situado a medio kil¨®metro, y regresar caminando.
De este par de testigos de la noche del 21 al 22 de septiembre solo ha podido declarar uno, con antecedentes policiales, porque el otro se encuentra gravemente enfermo. El que ha hablado se ha ratificado en todo lo que en 2013 cont¨® en varios programas de televisi¨®n: en el tiempo que se ausentaron para alejar su coche de aquel camino rural, uno de los brazos de Asunta "cambi¨® de posici¨®n" y, adem¨¢s, en todo momento, tuvo la "sensaci¨®n", la "intuici¨®n", de que alguien les estaba observando entre los ¨¢rboles, desde las sombras. A diferencia de los vecinos de la pista, ellos ¡ªuna hora despu¨¦s¡ª fueron capaces de ver el bulto de la ni?a, supuestamente porque llevaban los faros del coche encendidos.
Seg¨²n han testificado tambi¨¦n este lunes algunos de los agentes que participaron en las primeras diligencias y la elaboraci¨®n del atestado, durante las horas iniciales estos amigos de noche de fiesta se convirtieron en los primeros sospechosos. "?Qu¨¦ le hab¨¦is hecho a la ni?a?", recuerda un guardia civil que les pregunt¨® aquella madrugada. Hasta que este miembro del Grupo de Delitos contra las Personas del cuartel de Lonzas (A Coru?a) se fij¨® en las cuerdas abandonadas junto al cuerpo (semejantes a otras halladas despu¨¦s en el chal¨¦ de Teo) y comprob¨® que el Golf blanco de los amigos, con el motor a¨²n caliente, no ten¨ªa ni un rasgu?o. "La hip¨®tesis inicial era la del atropello".
Las defensas de los acusados han insistido durante el interrogatorio en el hecho de que se descartase a esos sospechosos ya esa primera noche, sin revisar a fondo el interior del coche blanco cuando, a la vista de la luz forense que se emple¨® para estudiar in situ el cuerpo de Asunta, aparecieron en el cuello de su camiseta unas manchas que generaron "dudas". A falta de un an¨¢lisis, la prueba no era concluyente ni mucho menos, pero el primer informe recog¨ªa que pod¨ªa tratarse de semen. La autopsia del d¨ªa despu¨¦s, sin embargo, descart¨® cualquier tipo de agresi¨®n sexual sobre la peque?a. El propietario del veh¨ªculo ha asegurado esta ma?ana que en ning¨²n momento los guardias civiles le pidieron que abriese el coche para inspeccionarlo. Un agente, sin embargo, afirma que s¨ª lo hicieron.
En general, esta ma?ana los investigadores han coincidido en confirmar que esa noche tan clara, al estar depositado a la sombra de un ¨¢rbol, el cuerpo no podr¨ªa haber sido descubierto sin ayuda de luces artificiales como las de un coche. En la sesi¨®n ha intervenido, adem¨¢s, el polic¨ªa que tom¨® la denuncia a los padres pasadas las diez de la noche por la desaparici¨®n de la peque?a. Ha contado que, despu¨¦s de estar unas tres horas con Basterra, de camino al piso de su exesposa, el padre de Asunta acab¨® confes¨¢ndole su temor de que la ni?a aparecer¨ªa muerta. No obstante, cuando, en torno a las cinco de la madrugada, les llevaron la noticia del hallazgo del cad¨¢ver de una ni?a de rasgos asi¨¢ticos, Rosario Porto reaccion¨® con nerviosismo e "incredulidad", negando la evidencia. Y el acusado se mostr¨® "compungido y apenado", "m¨¢s que ella", ha puntualizado un guardia civil.
Otro de los testigos de esta ma?ana ha sido el propietario del chal¨¦ m¨¢s pr¨®ximo al que hered¨® Rosario Porto de sus padres, en el municipio de Teo, supuesto escenario del asesinato de Asunta en torno a las 20.00 de aquel s¨¢bado. Este vecino se top¨® con la madre de la v¨ªctima hacia las 20.45 o 20.50, cuando ella aguardaba a que se cerrase el portal¨®n autom¨¢tico de su finca antes de abandonar el lugar. Y Porto no evit¨® el encuentro; m¨¢s bien todo lo contrario. Baj¨® la ventanilla del copiloto y mantuvo con ¨¦l una breve conversaci¨®n que ella misma empez¨®, con una cuesti¨®n dom¨¦stica. La madre de Asunta le dijo: "Oye, tenemos que hablar de lo de la le?a". Y ¨¦l le contest¨®: "No hay prisa". Despu¨¦s, el hombre le recomend¨® arreglar un fallo visible en su coche y le record¨® que deb¨ªa encender los faros para regresar a Santiago, a pesar de que "no hac¨ªa falta, porque la visibilidad, a esa hora, era buena". "Bueno, me voy, que tengo a mi ni?a sola", ataj¨® finalmente Porto, ya para despedirse.
El vecino sal¨ªa de paseo con su esposa, su hija y las dos perras de la casa. Asegura que no vio ning¨²n bulto entre los asientos delanteros y traseros, como se sospecha que transportaron a la v¨ªctima hasta la pista forestal situada a cuatro kil¨®metros. Tampoco vio a Basterra en toda la tarde por la zona. Sus perras, adem¨¢s, no dieron se?ales de oler nada extra?o mientras rondaban el Mercedes verde.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.