El juicio por la muerte de Asunta, visto para sentencia
Los acusados no han aprovechado la ¨²ltima palabra y las defensas insisten en la "inconsistencia" de los indicios y en la inexistencia de un m¨®vil en la muerte de Asunta
Rosario Porto y Alfonso Basterra no han querido aprovechar este viernes su ¨²ltima palabra en el juicio por la muerte de su hija, que ya ha quedado visto para sentencia. Ni para negar, ni para confesar, ni para enfrentarse. Todo lo que hab¨ªa que decir lo han dicho antes sus abogados, durante unas cuatro horas y procurando no da?arse mutuamente: que cualquier m¨®vil imaginado por la acusaci¨®n es un "absurdo"; que la investigaci¨®n no ha reunido m¨¢s que indicios "inconsistentes"; que solo se han tenido en cuenta los testigos y las se?ales que encajaban en el relato oficial del delito, propagado a los cuatro vientos a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n mientras persist¨ªa el secreto del sumario.
M¨¢s contenido el letrado de ella, Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez Aranguren, m¨¢s vehemente la de ¨¦l, Bel¨¦n Hospido, ambos han pedido al tribunal popular que se tome su tiempo; que dicte un veredicto "en conciencia"; que no se deje llevar por "sensaciones", "impresiones" o "simpat¨ªas"; y que tenga en cuenta que es "quien acusa, y no quien defiende" quien tiene que probar "al 100%" lo que sostiene. "El reto m¨¢s grande es defender a una persona inocente", ha espetado a los jurados la abogada de Basterra, porque si ha llegado al banquillo es "porque el sistema ha fallado". "No hay pruebas", ha insistido, "estoy convencida de que mi cliente no ha matado a su hija". Y ha pedido que se juzguen los indicios como si se tratara de "una ecuaci¨®n matem¨¢tica".
As¨ª que, para empezar, ella misma ha echado delante de todos su propia cuenta. Ha justificado por qu¨¦ mantiene que el padre de Asunta compr¨® aquel verano, entre julio y septiembre, tres cajas de Orfidal, y no cuatro, como dice la acusaci¨®n. Habr¨ªan sido dos envases de 50 comprimidos y uno de 25, en total, 125 pastillas. Basterra, que asum¨ªa el rol familiar de ¡°amo de casa¡±, ¡°lo compraba para su exmujer¡±. Tirando ¡°por lo bajo¡±, seg¨²n Hospido, si se suma la dosis diaria que ten¨ªa pautada desde finales de julio Porto, m¨¢s los orfidales que consumi¨® durante el duelo y los d¨ªas de calabozo, y por ¨²ltimo las 24 pastillas que la Guardia Civil entreg¨® al juez como prueba, la operaci¨®n, a la letrada, le da ¡°exactamente 125 pastillas¡±. ¡°?D¨®nde est¨¢n las m¨¢s de 27 que se le dieron a Asunta el d¨ªa de su muerte, y todas las que [seg¨²n los an¨¢lisis del pelo] se le suministraron antes?¡±, ha preguntado la defensa.
"Es del g¨¦nero bobo"
Tanto ella como Aranguren han evidenciado la contradicci¨®n que existe entre el hecho de que se haya presentado a los padres como seres "inteligent¨ªsimos" y la cantidad de errores de bulto que habr¨ªan cometido en el supuesto asesinato, unas torpezas que sirvieron para enfocar hacia ellos la investigaci¨®n desde los primeros d¨ªas. "Si uno est¨¢ preparando, ensayando, intentando la muerte de su hija durante tres meses, dentro de un plan concertado, es del g¨¦nero bobo" que la lleve con s¨ªntomas a clase de m¨²sica, o que se arriesgue a dejarla salir sola a la calle "en estado semicomatoso", como habr¨ªa sucedido la tarde en que la peque?a muri¨®.
"Si es as¨ª, estamos ante alguien que raya la subnormalidad", ha llegado a decir acerca de su clienta (pidiendo disculpas a quien pudiera ofender) Guti¨¦rrez Aranguren, que ha desarrollado toda una "teor¨ªa del absurdo" en torno a la muerte de la cr¨ªa. "Va radiando que su hija anda como drogada; redacta una carta de justificaci¨®n para el tutor [en la que dice que la ni?a sufre mareos y v¨®mitos]; limpia las cuerdas para que no aparezca ADN pero echa otra a la papelera; quita las alfombrillas de atr¨¢s y deja las de delante en el coche en las que puede haber tierra de la pista donde aparece el cuerpo¡", ha empezado a enumerar errores el abogado. Y justo cuando se supone que transporta el cad¨¢ver en el Mercedes, "baja la ventanilla" y se para a preguntar por la le?a al vecino del chal¨¦ de al lado.
El penalista ha puesto en duda varias de las pruebas, como la pericia de las c¨¢maras, que concluye que la acusada solo fue y vino del chal¨¦ una vez aquella tarde. La Guardia Civil descart¨® grabaciones en las horas intermedias en las que aparec¨ªan coches parecidos al de Porto por determinados rasgos distintivos que, seg¨²n ¨¦l, "no se pueden apreciar" en unos fotogramas que son borrosos. Y aunque un agente trat¨® de explicarlo la semana pasada, el abogado tampoco comprende por qu¨¦ se tuvieron en cuenta unos posicionamientos del tel¨¦fono m¨®vil y otros facilitados por las compa?¨ªas no se consideraron v¨¢lidos. Ni encuentra explicaci¨®n al hecho de que no se analizase, por ejemplo, la almohada del supuesto dormitorio del crimen, si la peque?a de 12 a?os fue asfixiada con un objeto blando que nunca apareci¨®.
Modificaci¨®n del fiscal
Esta ma?ana, la defensa de Porto se ha podido beneficiar en cierto modo de la modificaci¨®n que hizo el jueves el fiscal, al admitir que cabe la hip¨®tesis de que Basterra nunca llegase a estar en el chal¨¦ familiar del municipio de Teo, durante el proceso de asfixia. Seg¨²n Aranguren, Rosario Porto no habr¨ªa tenido ni fuerza ni medios para transportar ella sola el cad¨¢ver al camino forestal, situado a unos cuatro kil¨®metros de la casa y a 12 del centro de Santiago. No hay se?ales de arrastre en la vivienda, y seg¨²n la tesis de la acusaci¨®n la ni?a, que pasaba de los 40 kilos, habr¨ªa muerto en el piso de arriba. Por eso Rosario no se habr¨ªa bastado, ni "para subirla sedada" ni para bajarla ya fallecida.
La investigaci¨®n siempre ha destacado que la acusada tard¨® el doble de tiempo en hacer el camino de vuelta, desde Teo a Santiago, que el de ida, de Santiago a Teo. Pero en ese intervalo, ha enumerado su letrado, habr¨ªa tenido que transportar el cad¨¢ver "con el tr¨¢fico intenso de regreso de las playas", "colocar" el cuerpo, quitarle las cuerdas, limpiarlas de todo rastro gen¨¦tico y regresar a su piso. A la madre, seg¨²n ¨¦l, el tiempo no le habr¨ªa bastado.
Las marcas de ataduras en la piel de la menor eran "purulentas y sangrantes", ha dicho la defensa. "O bien esas cuerdas nunca ataron a Asunta", o bien "Rosario Porto se para a limpiarlas para luego dejarlas all¨ª", ha seguido Aranguren, dentro de su exposici¨®n general de "absurdos". En esta enumeraci¨®n de los sinsentidos que ¨¦l ve en el caso, incluye los hipot¨¦ticos m¨®viles del crimen, que los investigadores fueron cambiando, dice, seg¨²n les conven¨ªa. Primero se dijo que Asunta era la heredera de sus abuelos; y se demostr¨® que era falso. Luego, que Porto podr¨ªa tener "una enfermedad mental, un brote psic¨®tico"; pero despu¨¦s se supo que la depresi¨®n puede llegar a empujar al suicidio, no al asesinato.
"No queremos condenas a medias"
M¨¢s tarde, se empez¨® a decir que a la madre "la ni?a le estorbaba"; "pero Asunta era una ni?a deseada, y en todo caso Rosario pod¨ªa cederle la custodia a Alfonso, o mandarla interna", ha defendido Aranguren. Finalmente, "el ¨²ltimo m¨®vil", el de la "conjunci¨®n de voluntades entre padres" que garantizar¨ªa el sustento econ¨®mico a Basterra y le unir¨ªa para siempre a Porto, es para este letrado el m¨¢s delirante. "?Ustedes se imaginan que una pareja se pueda reconciliar matando a la hija que tiene en com¨²n?", ha preguntado a los jurados. "No queremos condenas a medias. Estamos absolutamente convencidos de la inocencia", ha defendido.
En su turno, Bel¨¦n Hospido ha ido repasando todos los argumentos que esgrime la acusaci¨®n contra Basterra, ordenador incluido, y ha ofrecido sus particulares explicaciones para casi todo. Ha recordado que nadie ha podido probar la presencia del padre de Asunta en el chal¨¦, pero que esa hip¨®tesis fue introducida en el relato oficial porque, "si esto no era cosa de dos, al juez instructor no le cuadraban las cuentas". Es por ello, dice, que se cont¨® que era un hombre extremadamente listo que se mont¨® su propia coartada y fue capaz de salir del piso, ir por la calle con la ni?a, y quiz¨¢s marchar a Teo y regresar sin que ninguna c¨¢mara recogiera su estampa. "Tan listo" que fue h¨¢bil para saber y burlar lo que no se supo hasta la investigaci¨®n: que "una c¨¢mara giratoria" situada en un garaje pr¨®ximo a su vivienda "captaba im¨¢genes, pero no grababa".
La abogada tambi¨¦n ha intentado demostrar que, de todos los episodios de mareos considerados como s¨ªntomas, o ensayos, del crimen durante el ¨²ltimo verano, Asunta solo durmi¨® con su padre una vez. Tambi¨¦n ha recordado que varios testigos, durante el juicio, reforzaron la idea de que la cr¨ªa sufr¨ªa rinitis al¨¦rgica, motivo por el que tomaba esos supuestos antihistam¨ªnicos a los que los padres atribu¨ªan el aletargamiento de la menor en dos clases de m¨²sica. El ordenador port¨¢til de Basterra, ha aseverado, se empez¨® a buscar el 4 de octubre, cuando lo requiere el juez por escrito. Las pruebas periciales nunca pudieron llegar a concluir que hubiese sido manipulado, y sin embargo, revelaron que "la ¨²ltima vez que hab¨ªa sido utilizado fue el 20 de septiembre", un d¨ªa antes de la muerte de Asunta.
Como el primer d¨ªa de este juicio, Aranguren ha vuelto a sugerir que el perfil de Asunta encajaba con el que buscar¨ªan criminales como el pederasta de Ciudad Lineal; ha recordado que "despu¨¦s de 18 a?os la Guardia Civil ha dado con el asesino de Eva Blanco" y ha comparado el caso compostelano con el de Roc¨ªo Wanninkhof, que mantuvo injustamente en prisi¨®n a otra gallega, Dolores V¨¢zquez, "durante 579 d¨ªas". "Rosario Porto ya perdi¨® todo lo que tiene que perder. Dentro o fuera de la c¨¢rcel, su vida no va a ser un camino de rosas", ha hecho ver al jurado su abogado. "Se mancill¨® su honor sin derecho alguno y se entr¨® en su vida privada para crear un ambiente hostil contra ella".
"No fue una buena investigaci¨®n, pero ya no importa", ha concluido Hospido. "Alfonso, que tras la separaci¨®n no pide un euro y encuentra un trabajo, amaba con locura a su mujer, y el v¨ªnculo era su hija. Sin la ni?a se queda sin nada", ha defendido. Tambi¨¦n sin esa "conexi¨®n con Rosario", esa mujer de la que, seg¨²n la acusaci¨®n, "esperaba vivir".
Para la abogada de Basterra "el m¨®vil es importante, pero aqu¨ª no lo hay". "Solo hay una desgracia", la de su cliente, ha recalcado, que en esta sentencia "se juega no solo 18 a?os de prisi¨®n, sino poder llorar a su hija en paz, llegar a investigar qui¨¦n la mat¨®, y tener que seguir leyendo su vida en la prensa mientras se considera l¨ªcito publicarla porque es un hombre oscuro que mat¨® a su ni?a".
Pr¨®ximos pasos
El lunes a primera hora se redactar¨¢ el objeto del veredicto, ese esquema de cuestiones encadenadas a las que los jurados tendr¨¢n que dar respuesta. Despu¨¦s, hacia el mediod¨ªa se les entregar¨¢ y empezar¨¢n a deliberar. Dormir¨¢n en un hotel, aislados de familiares y amigos, hasta que las votaciones den un resultado. En medio de este proceso, el martes de la semana que viene, el juez instructor, Jos¨¦ Antonio V¨¢zquez Ta¨ªn, conocido en toda Espa?a gracias a los casos de Asunta y el 'C¨®dice Calixtino', aprovechar¨¢ para presentar su tercer libro de ficci¨®n: 'Matar no es f¨¢cil'. El primero versaba sobre el robo de un c¨®dice en la catedral de Santiago. El segundo, presentado durante el primer aniversario del crimen de Teo, sobre el asesinato de un matrimonio entremezclado con la desaparici¨®n de una ni?a de la misma edad que ten¨ªa Asunta al morir.
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