Catalunya: ante el abismo
La ¨²nica soluci¨®n pasar¨ªa por abrir un proceso para reordenar en sentido federal al Estado
Posiblemente resultaba menos costoso parar el tren antes de que llegara a esta estaci¨®n, donde el retorno es pr¨¢cticamente imposible. A la vista de una situaci¨®n donde ya no cabe, para los independentistas, aceptar compromisos que encaucen constitucionalmente su aspiraci¨®n, ni para el Gobierno proponer una negociaci¨®n desde otras posiciones de fuerza que las que llevan al art¨ªculo 155, resulta l¨ªcito pensar en la pertinencia de que la reforma legal que asigna al Tribunal Constitucional facultades ejecutivas frente a la desobediencia de las instituciones de Barcelona, hubiese entrado en vigor antes de la fantasmag¨®rica consulta alegal/ilegal del pasado a?o. O que el Constitucional se hubiese olvidado de la pretensi¨®n de exhibir una imparcialidad que ya no es reconocida en Catalu?a, impidiendo que la sesi¨®n de hoy hubiese tenido lugar. El orden del d¨ªa y la propuesta de independencia de Catalu?a estaban ya presentadas, y era mejor que la presidenta del Parlament, que en cualquier caso iba a ignorar la resoluci¨®n, no tuviese tras de si m¨¢s que su santa voluntad de romper, sin respaldo alguno, en vez de contar como ahora con la legitimaci¨®n (ilegal eso s¨ª) derivada del voto del Parlament para seguir adelante.
Todo esto tiene que ver con el prop¨®sito, no de interrumpir una trayectoria ya irreversible, sino de abrir tiempo para una necesaria negociaci¨®n. La huida hacia adelante del bloque independentista, si no es interrumpida por sus esperp¨¦nticas fracturas internas, no puede detenerse sin graves costes para sus componentes. En la vertiente opuesta, aqu¨ª no cabe el stand by. En t¨¦rminos de respeto a la Constituci¨®n, y m¨¢s a¨²n, a las reglas de la democracia y a los intereses vulnerados de los ciudadanos ¡ªespa?oles en conjunto, mayor¨ªa de catalanes no independentistas¡ª no le cabe otro remedio a Rajoy que poner en marcha inmediatamente los mecanismos legales para detener la secesi¨®n. Solo de haber existido, o de existir en el futuro, un tiempo suficiente para acordar una soluci¨®n que ante todo defienda el orden constitucional, pero tambi¨¦n responda a la innegable presi¨®n independentista, ser¨ªa posible evitar el choque de trenes.
El refer¨¦ndum en 2016 no es salida, dada la situaci¨®n pol¨ªtica de Catalu?a, nada propicia para un debate pluralista. Nuestros polit¨®logos a la violeta de Podemos debieran saber que no hay condiciones democr¨¢ticas hoy para un refer¨¦ndum, por a?adidura constitucional, con un ambiente independentista que sofoca toda otra alternativa (la inspirada en el sentimiento dual de identidad, por ejemplo). La ¨²nica soluci¨®n residir¨ªa en un pacto por abrir una reforma constitucional para reordenar en sentido federal al actual Estado de las autonom¨ªas, en el cual fueran comprendidos las condiciones, y los l¨ªmites, para el ejercicio de una eventual autodeterminaci¨®n. Y tambi¨¦n una reordenaci¨®n de la fiscalidad, sin privilegios y sin solidaridades territoriales ya demasiado costosas pol¨ªticamente. Pero hace falta tiempo y no lo hay.
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