Catalunya por su independencia
Nadie se pregunta c¨®mo podr¨¢ ser frenado "el proceso". Y sus protagonistas aseguran que en modo alguno; son conscientes de su impunidad
Recordemos un viejo cuento de sabor kafkiano. El aduanero ve venir un hombre montado sobre un carro con su carga de hierba. La registra a fondo: no hay nada. Al d¨ªa siguiente se repite la historia, y al otro, y al otro. Desesperado, el aduanero le dice al hombre que ya no le registrar¨¢ m¨¢s si le dice cu¨¢l es el contrabando que hace. Respuesta:"¡°De carros, claro".
Algo as¨ª sucede con la secesi¨®n catalana. Los focos se centran en las angustias de Mas, en la CUP, en la resoluci¨®n del Tribunal Constitucional, incluso en el art¨ªculo del Financial Times. Pero nadie se pregunta c¨®mo podr¨¢ ser frenado "el proceso". Y sus protagonistas aseguran que en modo alguno; son conscientes de su impunidad. Las dificultades de Mas para ser presidente suponen una an¨¦cdota propia de una pol¨ªtica esperp¨¦ntica. Lo que importa es que a pesar de eso, y de la desaz¨®n de la burgues¨ªa catalana dada la sumisi¨®n de Convergencia ante la CUP, nada indica que la trayectoria hacia la independencia se vea interrumpida. Mas lo explica muy bien: el a?o pasado, prohibieron la consulta ilegal, y nosotros la hicimos. No pas¨® nada. Con el TSJ catal¨¢n dilatando el procedimiento, las condenas de entonces, como las de ahora, pueden llegar cuando se est¨¦ celebrando el segundo aniversario de la rep¨²blica catalana. Y ya el jefe de los Mossos ha bloqueado la relaci¨®n entre sus hombres y el fiscal, asumiendo un papel de freno y juez que no le corresponde e imponiendo por adelantado la eximente de la obediencia debida.
Rajoy no ha aprendido nada de su impotencia para impedir la consulta rechazada hace un a?o por el TC, y tampoco le ayudan los latiguillos de S¨¢nchez. Cambi¨® la ley a ¨²ltima hora, confiriendo facultades ejecutivas al TC, que las acoge de puntillas, y no ha modificado el C¨®digo Penal en dos art¨ªculos clave: las definiciones de "rebeli¨®n" y "sedici¨®n" pues ambas solo son consideradas tales si media "alzamiento" p¨²blico, y violento o tumultuario. El Constitucional se agarra al clavo ardiendo de la desobediencia, de menor eficacia, pues lo que cuenta es su contenido: independizarse de Espa?a contra una Constituci¨®n democr¨¢tica y enfrent¨¢ndose a m¨¢s del 50% de votos. Solo falta que a esa fr¨¢gil resistencia, manteniendo Ciudadanos un bajo tono, venga a sumarse Iglesias con su m¨¢scara de amor a Espa?a para vender un refer¨¦ndum o una consulta, le da lo mismo, asociada al prop¨®sito de "volar la Constituci¨®n", seg¨²n propone su especialista. Pocas razones para el optimismo.
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