L¨®pez y Espejel, hacia el ¡®partido de vuelta¡¯
Los jueces, separados por ¡°apariencia de falta de imparcialidad¡± del tribunal de 'G¨¹rtel', se encaminan al pleno que resolver¨¢ si concurre esa misma carencia en los 'papeles de B¨¢rcenas'
Los magistrados Enrique L¨®pez y Concepci¨®n Espejel, separados por ¡°apariencia de falta de imparcialidad¡± del tribunal del caso G¨¹rtel, se encaminan al pleno de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que deber¨¢ resolver si concurre esa misma carencia en el caso de los papeles de B¨¢rcenas o Contabilidad b del Partido Popular. Ambos son ponente y presidente de dicho tribunal, respectivamente, posiciones de las que han sido despojados en el primero de los casos.
El debate en el pleno del pasado 30 de octubre, seg¨²n queda reflejado en el auto y los votos particulares difundidos esta semana, ha provocado una fractura, de car¨¢cter profesional y personal, entre los 20 magistrados que forman la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Si bien L¨®pez y Espejel no participaron en el debate, las votaciones a favor de su recusaci¨®n llevaron a que varios magistrados ya no se dirijan la palabra entre s¨ª.
¡°Esa frase tan manida de que hay un antes y un despu¨¦s en esta ocasi¨®n no puede ser m¨¢s cierta¡±, se?ala una fuente de la Audiencia Nacional. Ya en otro ¨¢mbito de dicho tribunal, tuvo lugar una quiebra de confianza cuando el fiscal jefe de entonces, Jos¨¦ Aranda, y el fiscal Florentino Ort¨ª, presentaron, en 1994, la querella criminal contra Mario Conde y los administradores de Banesto.
Una cosa es segura: ni los autos sobre L¨®pez y Espejel, que expresan a la mayor¨ªa a favor de la recusaci¨®n, ni las posiciones discrepantes, reflejan el verdadero detalle de la votaci¨®n del pleno.
En el caso de L¨®pez, 13 magistrados se pronunciaron al principio a favor de la recusaci¨®n y cinco en contra. Al calibrar esta mayor¨ªa inicial, el presidente de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, abandon¨® el bando de los cinco, sum¨¢ndose a la mayor¨ªa, y el partido qued¨® 14 a 4.
Los cuatro, capitaneados por el magistrado ?ngel Hurtado, firman un voto particular. En lugar de circunscribirse a la apariencia de imparcialidad, Hurtado, que ser¨¢ presidente y ponente del caso G¨¹rtel, expresa su ¡°acuerdo con la alegaci¨®n del Partido Popular¡±.
Hurtado es transparente. Cita al PP: ¡°No olvidemos¡±, escrib¨ªa el partido, ¡°la particular condici¨®n procesal ¡ªsecundaria y colateral¡ª que dicho partido ostenta en el presente procedimiento, que no es otra que la de supuesto part¨ªcipe a t¨ªtulo lucrativo¡±. Y se pregunta ¡°hasta qu¨¦ punto es tolerable que la implicaci¨®n de un actor secundario en el proceso penal, como es un mero part¨ªcipe a t¨ªtulo lucrativo, pueda condicionar la formaci¨®n de un tribunal penal¡¡±.
Hurtado deja constancia de ¡°la campa?a medi¨¢tica orquestada por un determinado sector de la prensa en torno a la presente recusaci¨®n, as¨ª como a la articulada contra la presidenta de la secci¨®n segunda, con determinado tipo de opiniones y valoraciones, no positivas, generadoras de aut¨¦nticos juicios paralelos¡¡±. Y se adhiere, asimismo, al voto particular contra la recusaci¨®n de Espejel.
La recusaci¨®n de L¨®pez estaba cantada. La mayor¨ªa final de 14 a 4 as¨ª lo certifica. Pero es la de Espejel la que brilla m¨¢s por lo que no se dice que por aquello que se refleja en el auto y los votos particulares.
Entre los diez magistrados y magistradas que votaron a favor de apartarla hay de todo. Jos¨¦ Ricardo de Prada y Julio de Diego ¡ªmiembros de la secci¨®n segunda de lo Penal que ella preside¡ª votaron a favor de su recusaci¨®n, pero magistradas de perfil conservador como Teresa Palacios y ?ngela Murillo, por ejemplo, que mantienen buenas relaciones con Espejel, tambi¨¦n bajaron el pulgar. O tambi¨¦n es el caso de la magistrada Carmen Paloma, que vot¨® contra ella, habida cuenta de su amistad con Espejel. Quiz¨¢ decisiones como estas, que parten de un conocimiento m¨¢s profundo del alcance de las relaciones entre Espejel y el PP, sean m¨¢s significativas que la reflejada en la ponencia y auto posterior de la magistrada Clara Bayarri, favorable a la recusaci¨®n.
La historia no ha terminado. Queda el partido de vuelta: decidir si ambos ser¨¢n apartados tambi¨¦n de los papeles de B¨¢rcenas, donde la caja B del PP ser¨¢ el protagonista del juicio.
Pero incluso si la recusaci¨®n de ambos tambi¨¦n fuera admitida, todo est¨¢ atado. Ser¨¢ tambi¨¦n Hurtado el presidente y ponente en este caso. Porque, seg¨²n revel¨® EL PA?S, tras las recusaciones, el 24 de julio, la sala de Gobierno de la Audiencia Nacional aprob¨® un sistema de turnos y ponencias entre magistrados en caso de ¡°ausencias¡±. Seg¨²n dicho reparto, corresponde la ponencia de G¨¹rtel y de los papeles de B¨¢rcenas al magistrado Hurtado.
Grande-Marlaska, para disipar la idea de que esta norma pretend¨ªa tener todo atado y bien atado (asegurar que la ponencia, en el caso de que se apartara a L¨®pez, ser¨ªa para un magistrado conservador) explic¨® en la apertura del pleno del pasado 30 de octubre que la norma hab¨ªa sido elaborada por Espejel a petici¨®n suya.
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