Saint-Denis es nuestro Legan¨¦s

Saint-Denis recuerda a Legan¨¦s. El asalto policial de este 18-N en busca de los autores de la matanza del viernes, 13-N, en Par¨ªs se asemeja pr¨¢cticamente en todo a la entrada que los GEO espa?oles intentaron el 3 de abril de 2004 en el piso de la localidad madrile?a en busca de los asesinos del 11-M. Con una gran diferencia: los agentes franceses que han cercado el piso situado entre la calle R¨¦publique y la de Corbillon ten¨ªan ya la experiencia de lo que ocurri¨® en Madrid hace m¨¢s de 11 a?os, y, seguramente, contaban con la posibilidad de que los terroristas hicieran estallar sus explosivos para cometer su ¨²ltimo crimen, el que en Legan¨¦s cost¨® la vida del geo Francisco Javier Torronteras.

Los agentes espa?oles llegaron por la ma?ana a la morada de los terroristas del 11-M siguiendo la pista de un tel¨¦fono m¨®vil. Quer¨ªan comprobar qui¨¦n viv¨ªa en ese piso de la calle de Carmen Mart¨ªn Gaite de Legan¨¦s. El recibimiento fue doble: un terrorista (Adelmajid Bouchar, condenado a 18 a?os) los avist¨® y sali¨® corriendo al tiempo que avisaba a sus compa?eros. Los siete terroristas que quedan en el piso disparan por las ventanas. Algo parecido a Saint-Denis.

La polic¨ªa, como este martes en Par¨ªs, sab¨ªa que hab¨ªa dado en el clavo. El edificio (una manzana en realidad, con cuatro fachadas y la piscina en un ajardinado y espacioso patio interior) fue desalojado. La zona fue acordonada, con un per¨ªmetro que iba creciendo a medida que pasaba la tarde. Aquel 3-A como este 18-N, ese rinc¨®n de Europa se convirti¨® en el centro del mundo, con cientos de periodistas por todas partes merodeando los cordones policiales.

Dentro de la casa de Legan¨¦s permanec¨ªan Serhane Ben Abdelmajid (El Tunecino), Jamal Ahmidan (el Chino), Allekema Lamari, Abdennabi Kounjaa, los hermanos Rachid y Mohamed Oulad Akcha y Rifaat Anouar. Ten¨ªan armas y una gran cantidad de dinamita Goma 2 ECO y EC, robada en la entonces ya famosa Mina Conchita de Asturias. No eran todos los autores. Algunos se les supone a¨²n huidos, como quiz¨¢s acabe sabi¨¦ndose tras el final de las pesquisas de la cadena de atentados de Par¨ªs. Del comando de Espa?a, Mohamed Alfalah (con fuertes v¨ªnculos con B¨¦lgica) acab¨® con sus d¨ªas en un atentado suicida en Irak. Y a¨²n hay rastros gen¨¦ticos recabados durante las investigaciones del 11-M que no est¨¢n identificados.

A las 19.00, 15 miembros de los GEO llegan a la zona. Tras un primer estudio de la situaci¨®n, descartan el asalto directo. Cortan la luz, el gas y el agua de la vivienda. Los hombres de Harrelson espa?oles y reales derriban la puerta con una peque?a carga, y comienzan a dialogar con los terroristas. La petici¨®n es sencilla: salid desnudos, de uno en uno y con las manos en alto. Pero la negativa de los terroristas es una andanada de disparos. Los GEO les lanzan gases lacrim¨®genos.

Y la respuesta de los terroristas es letal: a las 21.00 hacen estallar 20 kilos de dinamita que hab¨ªan situado en el centro de un c¨ªrculo macabro que hab¨ªan formado antes ejecutar la fatal decisi¨®n que horas antes hab¨ªan comunicado a sus familias por tel¨¦fono. Murieron los siete y mataron a Torronteras. Los otros geo quedaron heridos (en total 34 personas sufrieron da?os), aturdidos y cubiertos de escombros. Pero vivos. Una esquirla de metal fue la que acab¨® con la vida de Torronteras, la v¨ªctima 192 del 11-M.

En el caso de Par¨ªs, a la espera del cierre de la operaci¨®n, ha muerto la mujer que se ha hecho explotar con un cintur¨®n de explosivos, una segunda persona que, seg¨²n fuentes policiales, tambi¨¦n habr¨ªa fallecido en el curso del operativo y el perro polic¨ªa Di¨¦sel. Hay heridos y al menos siete detenidos, algo que en Legan¨¦s fue imposible. La esperanza es que el asalto de Saint-Denis, como ocurri¨® en el caso de Madrid, suponga el final de la cadena de atentados.