Las ¨²ltimas balas del franquismo
El Archivo Hist¨®rico benedictino custodia los casquillos del fusilamiento de Txiki
El casquillo m¨¢s peque?o que se muestra en la fotograf¨ªa corresponde al tiro de gracia que recibi¨® Juan Paredes Txiki justo despu¨¦s de ser fusilado. En la imagen se aprecian tambi¨¦n otras cinco fundas de bala de mayor calibre (nueve mil¨ªmetros) que un pelot¨®n de seis fusileros dispar¨® sobre ¨¦l hasta dejarle agonizando. Txiki ha quedado para la historia, junto al tambi¨¦n militante de ETA ?ngel Otaegi y los activistas del FRAP Jos¨¦ Luis S¨¢nchez Bravo, Ram¨®n Garc¨ªa Sanz y Humberto Baena, como los ¨²ltimos ajusticiados del franquismo.
Mikel Paredes, hermano del ajusticiado, y Magda Oranich, abogada del reo, presentes en el trance del fusilamiento, recogieron del suelo aquellos casquillos. ¡°Yo los guard¨¦ en mi casa durante 35 a?os y hace cinco le entregu¨¦ a la madre de Txiki cinco casquillos y el de gracia¡±, rememora la letrada. ¡°Esas balas, al igual que Txiki, pertenecen a la historia del pueblo vasco¡±, asegura Mikel. A comienzos de 2011, la familia Paredes entreg¨® los casquillos al Archivo Hist¨®rico de los monjes benedictinos de Lazkao (Gipuzkoa), que almacena gran parte del patrimonio documental pol¨ªtico y sindical de la postguerra del Pa¨ªs Vasco.
"Franco empez¨® con sangre y termin¨® igual", dice Oranich ahora. Cuando se cumplen cuatro d¨¦cadas de la muerte del dictador,la abogada catalana asegura que no olvidar¨¢ ¡°jam¨¢s¡± el proceso seguido contra Txiki y ¡°las 12 horas m¨¢s largas y peores¡± de su vida cuando estuvo ¡°en capilla¡± junto a Mikel durante toda la noche hasta el momento en que seis guardias civiles le aplicaron la pena capital: ¡°A Txiki le sacaron de la c¨¢rcel y le trasladaron en un furg¨®n atravesando toda la Meridiana de Barcelona hasta Cerdanyola. Llegamos a un terreno militar que hay junto al cementerio y en un mont¨ªculo hab¨ªan sujetado a un tr¨ªpode a Txiki, atado de pies y manos¡±, recuerda la abogada. Su hermano le hizo la se?al de la victoria con los dedos y Txiki comenz¨® a cantar el Eusko gudariak (himno del soldado vasco): ¡°Cuando iba por la segunda estrofa comenzaron a dispararle¡±.
¡°Fue una venganza de Franco y cuesta mucho superarlo¡±, afirma Mikel Paredes al referirse a las cinco ¨²ltimos fusilamientos del franquismo. En realidad, un consejo de guerra sumar¨ªsimo conden¨® a Txiki a ser ajusticiado por garrote vil, pero sus abogados, Oranich y Marc Palm¨¦s, lograron que no lo agarrotaran y fuera fusilado, porque ¡°el deseo de Txiki era morir como un gudari vasco¡±.
Al parecer, el cuerpo del militante de ETA, que entonces ten¨ªa 21 a?os, recibi¨® 11 impactos de bala y uno se perdi¨® en el vac¨ªo. Seis de los casquillos y un pin con la ikurri?a, los que se ven en la foto, permanecen custodiados por el fraile archivero Juan Jos¨¦ Agirre; otros tres los entreg¨® Oranich al Museo de Historia de Catalu?a en 2012, y dos los conserva a¨²n la abogada en su casa ¡°guardados en una caja de cer¨¢mica¡±.
A finales de 2012, el Gobierno vasco reconoci¨® a Txiki y Otaegi como v¨ªctimas de violencia pol¨ªtica tras analizar sus casos una comisi¨®n de valoraci¨®n de la que form¨® parte, entre otros, la exjuez y actual alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. El decreto gubernamental contamplaba una indemnizaci¨®n de 135.000 eurospara sus deudos. ¡°Si los dos vascos han sido reconocidos como v¨ªctimas, ?por qu¨¦ no hace lo mismo el Gobierno espa?ol con los otros tres que mataron?¡±, se pregunta el hermano de Txiki, quien en todo momento se expresa "muy descontento con la justicia de este pa¨ªs". Destaca la ¡°labor importante¡± que est¨¢n realizando las v¨ªctimas en Euskadi y conf¨ªa en la investigaci¨®n abierta por la juez argentina Mar¨ªa Servini, con la que colabora la familia, para el esclarecimiento de cr¨ªmenes del franquismo.
De aquella ¨¦poca, Oranich guarda con especial cari?o el recuerdo de una fotograf¨ªa de los hermanos peque?os de Txiki vestidos con el traje de la comuni¨®n. La abogada se la dio en una de sus visitas a la c¨¢rcel y el condenado escribi¨® en su dorso el verso del Che Guevara "ma?ana, cuando yo muera, no me veng¨¢is a llorar. Nunca estar¨¦ bajo tierra, soy viento de libertad", que despu¨¦s qued¨® como epitafio en su tumba.
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