El Senado que nadie quiere
Hasta el PP acepta impl¨ªcitamente una reforma de la Constituci¨®n y tras el 20-D la C¨¢mara puede ganar trascendencia con mayor¨ªas diferentes a las del Senado
Entre todos los mantras t¨®picos de los programas electorales, como la despolitizaci¨®n de la Justicia o los tradicionales lazos de amistad con Latinoam¨¦rica, destaca el de ¡°convertir al Senado en una aut¨¦ntica C¨¢mara de representaci¨®n territorial¡±. As¨ª ha figurado en todos los programas de los grandes partidos, elecci¨®n tras elecci¨®n, aunque nadie ha sabido qu¨¦ hacer con ¨¦l.
La expresi¨®n sirve para todo y el problema llega cuando hay que precisar c¨®mo hacerlo: si basta la reforma del reglamento o si es necesaria la reforma de la Constituci¨®n.
Ahora las recetas de los partidos van desde la desaparici¨®n del Senado (Ciudadanos) a la reforma en profundidad para que deje de ser una C¨¢mara de elecci¨®n de los ciudadanos y para que sean las comunidades las que designen a sus parlamentarios, es decir, el modelo alem¨¢n de segunda C¨¢mara. En esa propuesta coinciden PSOE y Podemos, y supone tocar la Constituci¨®n. En alg¨²n momento el PP defendi¨® la reforma constitucional del Senado, pero nunca lleg¨® a ponerlo claramente en un programa electoral. Ahora el programa del PP para el 20 de diciembre incluye una ambigua referencia que podr¨ªa entenderse como un compromiso impl¨ªcito, por primera vez, de modificar la Constituci¨®n. "El PP ha participado, junto a otras fuerzas pol¨ªticas, en la Ponencia de estudio para reforzar las funciones de esa C¨¢mara. Confiamos en que el documento final derivado de esta Ponencia sirva en la pr¨®xima legislatura de gu¨ªa para potenciar la naturaleza territorial de nuestra C¨¢mara Alta", asegura.
En concreto esa ponencia aseguraba que ¡°se mantiene el modelo del Senado como C¨¢mara Parlamentaria dentro del sistema bicameral establecido en la Constituci¨®n de 1978, es decir, en el marco de un bicameralismo imperfecto o no paritario. Si bien, al mismo tiempo, se pretende mejorar la posici¨®n de la C¨¢mara aumentando su participaci¨®n en el ejercicio de las funciones parlamentarias teniendo en cuenta la dimensi¨®n territorial que se deriva de la definici¨®n contenida en el art¨ªculo 69 de la Constituci¨®n. Para ello, y de acuerdo con las presentes conclusiones, ser¨¢ necesario realizar una reforma de diversos preceptos constitucionales as¨ª como llevar a cabo modificaciones sustantivas en las normas que regulan el procedimiento legislativo y, en su caso, de control, tanto en el Reglamento del Senado como en el Reglamento del Congreso de los Diputados".
Son variaciones sobre el consenso de todos en torno a la certeza de que tal y como est¨¢ ahora no sirve para nada. Esa percepci¨®n est¨¢ basada en la imagen real de la C¨¢mara alta como lugar de retiro de pol¨ªticos veteranos, especialmente expresidentes auton¨®micos, y tambi¨¦n la degradaci¨®n progresiva de su actividad y funciones previstas.
Tambi¨¦n por el hecho de que los sucesivos gobiernos, y este con mayor¨ªa absoluta especialmente, lo han dado de lado y han reducido en la pr¨¢ctica sus funciones, incluso desoyendo el reglamento.
Por ejemplo, la norma establece que todos los a?os debe celebrarse un debate sobre el estado de las comunidades, con participaci¨®n de los presidentes auton¨®micos, y, sin embargo, en esta legislatura no se ha celebrado ninguno. Tambi¨¦n se prev¨¦ la celebraci¨®n de sesiones de la llamada Comisi¨®n General de Autonom¨ªas para asuntos concretos con participaci¨®n de consejeros de comunidades y, sin embargo, frente a las 29 de la anterior legislatura, en esta solo se ha reunido tres veces y por obligaci¨®n legal: para la ley de educaci¨®n o ley Wert; para la reforma local y para la del Estatuto de Castilla-La Mancha.
Se incumple el reglamento del Senado hasta en los detalles menos esenciales. Por ejemplo, sorprendentemente la norma asegura que los discursos ¡°no podr¨¢n, en ning¨²n caso, ser le¨ªdos¡± y es obvio que se hace cada d¨ªa hasta para las r¨¦plicas. Tan infrautilizado est¨¢ que en la docena de reformas estatutarias de las ¨²ltimas legislaturas en el Senado, la te¨®rica c¨¢mara territorial no ha introducido ni una sola enmienda.
No obstante, seg¨²n el escenario pol¨ªtico ajustado que describen las encuestas para el 20 de diciembre podr¨ªa darse la paradoja de que, incluso, en la legislatura en la que m¨¢s partidos piden su reforma radical, el Senado gane una posici¨®n institucional relevante. El PSOE cree que no es descabellado que con el sistema de voto de listas abiertas que, como ha ocurrido en dos legislaturas anteriores, la mayor¨ªa que se forme en el Senado sea distinta a la del Congreso. Esta ¨²ltima C¨¢mara tendr¨¢ la ¨²ltima palabra en la aprobaci¨®n de leyes, pero el Senado tendr¨ªa capacidad pol¨ªtica para complicar la vida al Gobierno.
Hay dos precedentes: en la ¨²ltima legislatura de Felipe Gonz¨¢lez, el PP estaba en minor¨ªa en el Congreso, pero ten¨ªa mayor¨ªa absoluta en el Senado que le permiti¨®, por ejemplo, aprobar una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre los GAL. O con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, el Senado vet¨® los Presupuestos. Ese veto se levanta en el Congreso, pero supone un desgaste para el Gobierno y un cierto contrapeso.
Los socialistas proponen la elecci¨®n por las comunidades "Revisar su estructura y composici¨®n optando entre un modelo intergubernamental o un modelo representativo de las comunidades" y en el de Podemos: "Conformar el Senado con representantes de los gobiernos regionales, intercambiables y con voto en bloque".
Ciudadanos propone su desaparici¨®n y la creaci¨®n de un "consejo Permanente de presidentes" con capacidad legislativa.
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