Esto no es un Libro Blanco

El Gobierno ha vuelto a repetir el error de despreciar la participaci¨®n para elaborar un diagn¨®stico riguroso. En mi opini¨®n una iniciativa de esta ¨ªndole requiere desde el inicio la participaci¨®n activa de las comunidades aut¨®nomas y de los agentes que integran el sistema educativo. Entre otras cosas, para tener un diagn¨®stico compartido sobre este ¨²ltimo y para que fuese la base desde la que poder construir las propuestas. Al ser la educaci¨®n una responsabilidad de toda la sociedad, no deber¨ªa utilizarse esa f¨®rmula de encargo a terceros.

En cuanto al contenido el Libro Blanco tiene grandes incongruencias dif¨ªciles de comprender como supone el hecho afirmar que su aplicaci¨®n ser¨ªa compatible con la actual LOMCE, lo cual choca frontalmente con algunas de los fundamentos en los que dice basarse para sustentar sus propuestas.

Llama tambi¨¦n la atenci¨®n que est¨¦n casi ausentes las principales recomendaciones y orientaciones en materia educativa que se han hecho desde la UE a los pa¨ªses miembros. En cambio, el documento publicado por el MEC incluye continuas referencias a teor¨ªas e ideas de los propios autores del mismo y que no forman parte de ning¨²n consenso institucional europeo sobre estas materias. Por ejemplo, hace tiempo que se lleg¨® al acuerdo en que el perfil del alumnado que acaba la ense?anza obligatoria debe ser definido por las competencias clave recomendadas por la UE y esto parece ignorarlo el Libro Blanco.

En lo que podr¨ªa tener de mayor originalidad, el documento del MEC se centra en la creaci¨®n de un nuevo y complejo entramado burocr¨¢tico-institucional que tiene serios problemas de encaje con la estructura del sistema educativo universitario y no universitario y es evidente que exigir¨ªa cambiar a fondo las Leyes vigentes. Ocurre as¨ª con la creaci¨®n de nuevos entes como el Consejo Pedag¨®gico del Estado o los Centros Superiores de Formaci¨®n del Profesorado que tropiezan con las estructuras institucionales, con el modelo de gesti¨®n del sistema educativo en Espa?a.

Choca especialmente el razonamiento que subyace para llegar a la conclusi¨®n de que el profesorado se convierta en una profesi¨®n de ¨¦lite. Se alude a la ausencia de un conocimiento especializado en el terreno cient¨ªfico (que debemos suponer que alguien debe estar desarrollando, por cierto) para que esta profesi¨®n pueda ser definida como una profesi¨®n fuerte. En tanto nos llega aquel conocimiento, en el documento del MEC se tiene claro que la clave es orientar todo el proceso de formaci¨®n del profesorado a la constante competitividad. Una idea muy querida para el PP y que ha venido a sustituir a la de colaboraci¨®n en el proceso de la tarea de ense?anza y aprendizaje.

El MEC ha creado unas expectativas muy altas para un resultado tan simple como el que se recoge su propuesta y que dif¨ªcilmente podemos considerar Libro Blanco. Los socialistas hemos planteado una propuesta que es respetuosa con el marco institucional de colaboraci¨®n entre las Administraciones P¨²blicas que gestionan en Espa?a el sistema educativo y con los agentes de toda ¨ªndole que deben llevarlo a cabo (Administraciones, profesorado, familias, estudiantes, etc¨¦tera). Es respetuosa con las orientaciones y recomendaciones de la UE y creo que mejor adaptada a la situaci¨®n actual de nuestro pa¨ªs.

Yo conf¨ªo en que llegue pronto el momento en que estas iniciativas puedan realizarse en Espa?a en el seno de un verdadero di¨¢logo social y pol¨ªtico, con plena disponibilidad para llegar a acuerdos, con el rigor y la voluntad de que se inserten en los par¨¢metros seguidos por el debate europeo y comprendiendo que un cambio de hondura no puede hacerse al margen de las condiciones, con las fortalezas y desventajas que presenta la realidad vigente.

Jos¨¦ Miguel P¨¦rez? es secretario de Educaci¨®n del PSOE y secretario general del PSOE de Canarias.?