Al final, ?voto ¨²til?
El volumen de indecisos y voto oculto es la sombra, como aquella que acompa?aba a Peter Pan, que ha perseguido a los partidos pol¨ªticos que compiten en estas elecciones. Y quiz¨¢ en el momento decisivo, en el juicio final, en el cuarto oscuro, el tema de los ¨ªndecisos ceda el testigo a un viejo protagonista de nuestro sistema electoral: el voto ¨²til.
El voto indeciso y el voto oculto puede, desde esta perspectiva, conocer una metamorfosis o cambio de forma que determina el desenlace de la elecci¨®n.
En este 20-D, el desenlace no contempla la mayor¨ªa aplastante de un partido, el Partido Popular. Eso, seg¨²n todos los indicios que maneja el propio interesado, est¨¢ descartado.
El desenlace, para el PP, es sumar en el palamento la mayor¨ªa absoluta de 176 para salirse con la investidura de Mariano Rajoy y volver a gobernar este pa¨ªs.
Para ello el PP ha trabajado sobre el voto ¨²til. Albert Rivera, que siente en las ¨²ltimas horas en el cuello el aliento de Rajoy, ha terminado su campa?a con un grito contra el voto ¨²til, prometiendo que llegado el momento no va a destrozar las posibilidades de que gobierne el partido con mayor¨ªa de votos.
Ha venido a decir: los que pens¨¢bais votarme hasta ahora no vacil¨¦is, que por mi no ser¨¢ que el PP vaya a dejar de gobernar. Votadme que no desperdici¨¢is el voto.
?A quien le funciona mejor el voto ¨²til? ?A quien le puede reportar en las ¨²ltimas horas el par de puntos que necesita asegurar?
La respuesta es simple: hasta ahora al PP.
El PSOE no logra imponer la idea del voto ¨²til desde hace a?os. Ha recurrido hasta a los doberman en 1996 para lograrlo. Pero no ha funcionado. Ni ese intento extremo ni la alianza precipitada a ¨²ltima hora con Izquierda Unida en el 2000.
En el v¨ªa crucis del bipartidismo, la cuesti¨®n es cu¨¢l de los dos pilares se fracturar¨¢ m¨¢s.
El movimiento de los indignados, el 15-M, despu¨¦s de proceso de gestaci¨®n de a?os, rompe precisamente en mayo de 2011, con un a?o de vigencia del programa de ajuste y recorte de derechos del gobierno del PSOE de Rodr¨ªguez Zapatero, el plan que sale adelante en el Congreso de los Diputados el 12 de mayo de 2010. Y este movimiento se revitaliza durante el gobierno del PP de Rajoy.
Por tanto, el voto ¨²til aplicado a aquellos votantes del PP que quieren la renovaci¨®n del partido y que por ello estaban por depositar el voto a favor de Ciudadanos tiene te¨®ricamente m¨¢s pegada ante el riesgo de una mayor¨ªa de izquierda (PSOE, Podemos, Izquierda Unida), con aliados de otras fuerzas tambi¨¦n contrarias al PP (Amaiur, el PNV, Democracia y Libertad, ERC)
Podemos, por tanto, puede canalizar el castigo a una de las columnas del bipartidismo, el PSOE, con mayor fuerza que Ciudadanos a la otra, el PP. Aunque en este caso, el partido en el Gobierno, sufre, l¨®gicamente, p¨¦rdidas que no capitaliza Ciudadanos.
La conclusi¨®n: al final...?es el voto ¨²til, est¨²pido?
Pero, hay que insistir, el n¨²mero m¨¢gico a sumar es 176.
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