El campo de entrenamiento del Ej¨¦rcito del Aire, con permiso de Dios
Los pilotos tienen en el parque de las Bardenas, en Navarra, el pol¨ªgono de tiro m¨¢s grande de Europa occidental. Entre los propietarios de los terrenos, un monasterio con 12 frailes


Caminar por el parque natural de las Bardenas Reales, en el sur de Navarra, es como hacerlo por el escenario de un western. Sin embargo, en este territorio misterioso y sorprendente, conocido como el desierto del norte de Espa?a, el ¨²nico que dispara es el Ej¨¦rcito. Los pilotos militares cuentan aqu¨ª desde hace seis d¨¦cadas con el campo de tiro aire-suelo m¨¢s grande de Europa occidental. Un lugar pol¨¦mico (dos sucesos recientes han avivado el debate) y con unos propietarios muy singulares; entre ellos, un monasterio habitado ahora por 12 monjes.
¡°Es un asunto bastante delicado que nos desborda, hay que andar con pies de plomo y ser prudentes con lo que se dice. Nosotros ya nos hemos acostumbrado a los aviones¡±, afirma nada m¨¢s empezar a hablar el padre Daniel, prior de la Abad¨ªa cisterciense de la Oliva, que ingres¨® en el templo casi al mismo tiempo que abr¨ªa el acuartelamiento. El paso atronador de los cazas invade a menudo los momentos de oraci¨®n y descanso de los religiosos, aunque eso no fue obst¨¢culo para que el representante del monasterio apoyara la continuidad del pol¨ªgono en la ¨²ltima votaci¨®n celebrada por los due?os, en 2008.
-?C¨®mo conjuga el pacifismo de su vida monacal con el respaldo a una zona de entrenamiento del Ej¨¦rcito?
-¡°Somos hijos de nuestro tiempo y de nuestras circunstancias¡±, justifica el fraile.
Adem¨¢s del monasterio, la peculiar lista de titulares de las Bardenas la completan 19 localidades lim¨ªtrofes, que en su gran mayor¨ªa no llegan a 3.000 habitantes, y dos valles pirenaicos situados a casi 100 kil¨®metros, en la frontera francesa. Desde el siglo IX tienen derechos de uso sobre el terreno por ayudar a los reyes navarros y luego a los Austrias, entre otras cosas, en la Reconquista. Todos ellos forman un ente local que dirige y gestiona el parque natural (42.000 hect¨¢reas) y que, desde 1951, alquila al Estado una parte (2.222 hect¨¢reas) para la instalaci¨®n militar a cambio de una cantidad de dinero que se ha multiplicado con el paso de los a?os. ¡°Dentro de la categor¨ªa de agrupaciones at¨ªpicas, esta es muy particular por su composici¨®n, extensi¨®n y, sobre todo, por el gran presupuesto que maneja a cuenta del pol¨ªgono¡±, apunta Juan Carlos Hern¨¢ndez, profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Navarra.
El canon del Estado a los due?os -19 poblaciones, dos valles situados a 100 kil¨®metros y un monasterio- supone el 10-15% del presupuesto para muchos de ellos
Exactamente, recibe del Estado siete millones al a?o (en 1951 eran 20.000 pesetas) y a partir de 2019 ser¨¢ el doble, seg¨²n el acuerdo firmado en 2008 para las siguientes dos d¨¦cadas (solo uno de los 22 propietarios vot¨® en contra). Cada due?o ingresa 195.000 euros anuales, equivalentes nada menos que al 10-15% del presupuesto en muchas localidades y hasta al 30% en el valle del Roncal. ¡°Sin este canon, no nos quedar¨ªa m¨¢s remedio que aumentar la mensualidad que pagan los ancianos en la residencia y reducir la partida para planes de empleo¡±, detalla el alcalde de Fusti?ana, Juan Antonio Sola (UPN). Calles, plazas, frontones, piscinas, servicios sociales y hasta una capilla interior en el monasterio¡ todo ello se ha ido pagando con estos fondos. ¡°El dinero no le viene mal a nadie¡±, sentencia con mucho pragmatismo terrenal el padre Daniel.
Adem¨¢s de la motivaci¨®n econ¨®mica, los due?os explican las sucesivas renovaciones por el miedo a la expropiaci¨®n, ya que un real decreto aprobado por el Gobierno de Aznar en 2000, en un momento de gran contestaci¨®n, permite la intervenci¨®n del Estado si este ente local se niega a firmar m¨¢s pr¨®rrogas. Aquellos a?os de principios de siglo fueron los de mayor tensi¨®n por este asunto, con ¡°amenazas¡± y ¡°presiones¡± de la izquierda abertzale, como han relatado a este peri¨®dico varios representantes p¨²blicos. ¡°A m¨ª me metieron papeles por debajo de la puerta de casa y recib¨ª llamadas con insultos¡±, recuerda el regidor de Fusti?ana.
Dos accidentes ocurridos en 2015 con poblaci¨®n civil afectada han avivado la pol¨¦mica
El campo de tiro siempre ha generado, cuando menos, cierta incomodidad entre los pol¨ªticos (tambi¨¦n en la derecha) y, con m¨¢s o menos intensidad, el debate en la calle y en las instituciones es recurrente. Nunca ha habido consecuencias graves para la poblaci¨®n m¨¢s all¨¢ del ruido (las cifras oficiales hablan de 13 muertos militares en 11 siniestros; los detractores triplican la cantidad de accidentes), pero dos sucesos recientes han avivado la pol¨¦mica. En marzo, a una pareja que paseaba por los exteriores de la zona militar le cay¨® a solo 50 metros, seg¨²n la Polic¨ªa Foral, dos bombetas no explosivas, aunque el Ministerio de Pedro Moren¨¦s niega los hechos y ofrece una llamativa ¡°hip¨®tesis¡±: entr¨® en la zona de blanco, movi¨® un proyectil de sitio, y luego llam¨® al 112 y a la prensa para buscar notoriedad. Y en julio, esta vez sin dobles versiones, se produjo el primer herido civil: un hombre sufri¨® contusiones leves en un omoplato despu¨¦s de que una bala del mismo tipo disparada por un helic¨®ptero Superpuma rebotara, saliera de los l¨ªmites del pol¨ªgono e impactara en su coche.
El Gobierno navarro de Uxue Barkos pidi¨® el cierre nada m¨¢s llegar al poder, pero con nulo ¨¦xito
El nuevo Gobierno navarro de Geroa Bai, Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra, el primero abiertamente contrario, exigi¨® el cierre por tierra, mar y aire (incluso al Rey), pero hasta ah¨ª lleg¨® su capacidad de oposici¨®n porque la Administraci¨®n no es la propietaria del lugar. ¡°Los dos ¨²ltimos sucesos demuestran que las instalaciones se han quedado peque?as y que hay mucho ocultismo en lo que se lanza¡±, advierte Milagros Rubio, una veterana activista que lleva 30 a?os al frente del movimiento antipol¨ªgono. En la idea del ocultismo tambi¨¦n abunda Jes¨²s Mari Mar Iturbide, alcalde durante ocho a?os de Rada, una poblaci¨®n cercana al campo militar que, sin embargo, no recibe ni un euro por no ser uno de los 22 due?os: ¡°Trabaj¨¦ cinco a?os al lado del pol¨ªgono y de lo que ocurre dentro la gente nos enteramos poco. En uno de los ¨²ltimos accidentes, a los pocos minutos ten¨ªan todo acordonado y no te pod¨ªas ni acercar. En un d¨ªa y medio ya estaba todo limpio y nada m¨¢s se supo de lo que hab¨ªa pasado¡±.

Una vez dentro del parque natural, ocho kil¨®metros de zigzagueo por una estrecha carretera conducen a la puerta de entrada. EL PA?S ha solicitado varias veces asistir a una jornada de pr¨¢cticas, pero Defensa ha rechazado la petici¨®n. El Ministerio asegura que es el campo de tiro aire-suelo m¨¢s grande de Europa Occidental (solo algunos pa¨ªses del Este, Norteam¨¦rica y el norte de ?frica tienen uno similar) y que, salvo una vez al a?o, los pilotos nunca bombardean con fuego real, sino con bombetas no explosivas (conocidas en el argot militar como ladrillos).
2008 parec¨ªa que iba a ser el momento del desmantelamiento. En la renovaci¨®n de 2001, la Administraci¨®n central se comprometi¨® a encontrar en siete a?os una nueva ubicaci¨®n; pero poco antes de expirar el plazo la ministra de Defensa de entonces, Carme Chac¨®n, que cuatro a?os antes hab¨ªa reclamado junto a todo el PSOE el cierre, defendi¨® que las instalaciones eran "imprescindibles". "No nos qued¨® m¨¢s remedio que renovar; si no, nos expropiaban", explica el presidente de la Junta que agrupa a los propietarios, Juli¨¢n Isla.
Alejado de toda pol¨¦mica, a medio kil¨®metro del acuartelamiento se encuentra la caba?a del ¨²ltimo ganadero que todav¨ªa vive en esta Reserva de la Biosfera (el pol¨ªgono queda fuera de esta calificaci¨®n), ya con apenas un centenar de ovejas a su cuidado. ¡°A m¨ª me molestan m¨¢s los turistas y las motos que los aviones¡±, protesta este hombre de 84 a?os, un poco harto de periodistas preguntones.
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